28 diciembre 2016

Increíble desfachatez y tremendo ridículo del sindicalismo casposo y amarillo. La Confederación Sindical de Funcionarios Franquistas (CSIF) fracasa en su patético intento de impedir que la CSI se siga llamando CSI



Increíble desfachatez y tremendo ridículo del sindicalismo casposo y amarillo

La Confederación Sindical de Funcionarios Franquistas (CSIF) fracasa en su patético intento de impedir que la CSI se siga llamando CSI

El Juzgado de lo Mercantil nº3 de Gijón desestima en su totalidad una demanda de CSIF (y les condena al pago de las costas) por la que, muy sueltos de cuerpo, estos personajes pretendían que se nos impidiese seguir utilizando las siglas CSI ya que, según su particular entender, ellos son los únicos propietarios de esa “marca comercial” (sic). A continuación, te explicamos este chiripitiflaútico vodevil.

En 1978, una vez que se dieron cuenta de que Franco no estaba batiendo el record mundial de aguantar la respiración y se tuvieron que resignar al hecho de que no iba a resucitar, un grupo de funcionarios franquistas que habían estado tan agustito en el sindicato vertical  descubrieron repentinamente las virtudes del sindicalismo libre (a la fuerza ahorcan) y, para defender sus particulares intereses y para diferenciarse bien del obreraje y el pobrerío, fundaron un dizquesindicato llamado CSIF que, con vistas a ampliar el negocio a otros campos comerciales, modificó su nombre a CSI-F en el año 2000 y registró esta denominación como marca en 2009.

Por otro lado, en Asturias se fundaba en 1982 la Asociación Sindical Corriente de Izquierda que, en 1984 pasó a denominarse Corriente Sindical de Izquierda (CSI), sindicato de clase de ámbito asturiano.

Para cualquier ser racional, resulta fácilmente constatable que la CSI existía con esa denominación mucho antes de que CSIF cambiara su nombre. A pesar de esta evidencia, en marzo de este año CSIF presentó una demanda contra la CSI en el Juzgado Mercantil en la que, alegando que la marca comercial CSI era de su propiedad, solicitaba lo siguiente (copia textual de la demanda):

“Se declarare que Corriente Sindical de Izquierda ha realizado actos de violación de la marca de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, mediante la utilización del signo distintivo “CSI”

Se condenare a Corriente Sindical de Izquierda a la cesación en la utilización del signo distintivo “CSI”

Se prohibiera a Corriente Sindical de Izquierda realizar en el futuro actos consistentes en la utilización del signo distintivo CSI o cualquier otro que incorpore la denominación CSI (o semejantes, que pudieran vulnerar los derechos de la Central Independiente de Funcionarios (CSI-F).

Se condenare a Corriente Sindical de Izquierda a la retirada del tráfico económico y sindical de todos los elementos en los que se materialice el signo distintivo CSI que estén en posesión de la demandada.

Se condenare a Corriente Sindical de Izquierda a la destrucción (o a la cesión con fines humanitarios, si fuera posible, a elección de la actora) de los productos ilícitamente identificados con el signo distintivo CSI que estén en posesión de la demandada.

Se condenare a Corriente Sindical de Izquierda a pagar a la actora la cantidad que se concretare en ejecución de Sentencia, en concepto de indemnización de los daños y per juicio, de conformidad con las bases descritas en el expositivo IX de la demanda, y en todo caso a percibir el uno por ciento de la cifra de ingresos realizada por el infractor con los productos o servicios ilícitamente marcados.

Se ordenare la publicación de la Sentencia recaída en estos asuntos en dos revistas y publicaciones de difusión nacional que la actora reseñaría en el momento de la ejecución de sentencia, siendo los gastos de publicación a costa de la demandada.

Todo ello con expresa imposición de costas a la parte demandada”

Resumiendo: a pesar de que es obvio que la CSI existía como sindicato mucho antes de que CSIF aprobara el cambio de denominación por el cual pretenden ser dueños exclusivos de esas siglas, los directivos de este dizquesindicato, que entienden el sindicalismo como un negocio (peculiar concepción que explica muchas cosas acerca de su actividad) intentaron eliminar a “la competencia” por medio de esa desvergonzada demanda.

Una vez celebrado el juicio en noviembre de este año, el Juzgado de lo Mercantil dictó sentencia por la que, establecido entre otros hechos que CSIF ha realizado un ejercicio abusivo del derecho, contrario a la buena fe, se desestima íntegramente la demanda interpuesta por CSIF contra la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) y se les condena al pago de las costas devengadas en este proceso.

Para la CSI resulta absolutamente intolerable que, en la situación actual, cuando los trabajadores estamos sufriendo la mayor ofensiva contra nuestros derechos en las últimas décadas, haya quienes, en vez de dedicarse a pelear contra esos atropellos que estamos sufriendo, pierdan el tiempo, pretendan hacérnoslo perder a los demás y despilfarren el dinero de sus afiliados en iniciativas tan reprobables como estas demandas sin sentido.

Diga lo que diga CSIF, el sindicalismo no es un negocio, las siglas sindicales no son una marca comercial y los sindicatos tenemos que estar en los juzgados (como tenemos que estar en la calle) para defender los derechos de los trabajadores y no para hacer el ridículo como en el caso que nos ocupa.

26 de diciembre de 2016

P.D.: nos comunican que, perseverantes en su sinrazón, los directivos de CSIF han recurrido la sentencia. Al parecer, les sobra el dinero y les falta la vergüenza.

Seguiremos informando.