18 junio 2020

Las cartas entregadas el día 11 no son sanciones ni pueden figurar en el expediente de los compañeros afectados


Las cartas entregadas el día 11 no son sanciones ni pueden figurar en el expediente de los compañeros afectados

Con fecha de hoy, hemos remitido al Director de Relaciones Laborales el siguiente correo electrónico:

“Muy señor nuestro: una vez analizadas en detalle las cartas entregadas a los trabajadores el pasado 11 de junio a las que hacíamos referencia en el correo enviado ayer, constatamos que no reúnen los requisitos legales para ser consideradas como apercibimientos escritos (datos concretos referidos a las operaciones que permitan individualizarlas) derivados de la comisión de alguna falta, por lo que, salvo manifestación en contrario de ese departamento de Relaciones Laborales en términos que permitan los recursos legales pertinentes, consideramos que sólo deben tomarse como advertencia y recordatorio para que, a partir de esa fecha, no se efectúen operaciones del tipo a las que se hacen referencia en las citadas cartas.

Por lo tanto, consideramos igualmente que dichas cartas no tienen trascendencia disciplinaria alguna y que, por lo tanto, no van a figurar en el expediente personal de los compañeros afectados.

Un saludo

Marco Antuña (Corriente Sindical de Izquierda)”

En todo caso, a seguir en la pelea por los derechos de todos los compañeros.

Con más motivos que nunca después de todo lo que nos está pasando y con el mismo empeño de siempre.

Por la cuenta que nos trae a todos.  

Seguiremos informando
 
18 de junio de 2020

P.D.: la urgencia de denunciar lo que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.

En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!

17 junio 2020

Cartas de apercibimiento: negligencia y mala fe por parte de la dirección


Cartas de apercibimiento:
negligencia y mala fe por parte de la dirección

La remesa de cartas de apercibimiento entregadas por los jefes de zona, que interrumpieron muy brevemente su trabajo desde casa para cumplir con esta tarea, a trabajadores de oficinas (los mismos que estamos sometidos a presiones y cargas de trabajo inéditas, además de expuestos en primera fila a las consecuencias de la pandemia) ha supuesto una escalada intolerable dentro de las ya por sí lamentables relaciones laborales en Liberbank.

Al hecho, conocido por todos, de que las prácticas ligadas a la consecución de Puntos de Productividad Comercial (PPC) fueron, en muchos casos, alentadas y promovidas por los superiores jerárquicos de quienes ahora han recibido las cartas de apercibimiento, se suman diversas circunstancias que consideramos necesario resaltar:

Estas prácticas llevan muchos meses efectuándose, sin que, al igual que se hace con cualquier operación que no se ajusta a los manuales o a las instrucciones en vigor, se haya comunicado a los interesados su improcedencia y la necesidad de no reincidir en dichas prácticas, con más motivo si, según es también conocido por todos, durante mucho tiempo se consintieron y se alentaron, justo lo contrario a lo que debería haberse hecho.

El hecho de que, lejos de advertir caso por caso de manera inmediata una vez detectadas estas operatorias, como debería haber hecho el Departamento de Auditoría Interna, se haya esperado a la acumulación de operaciones para preparar una remesa abundante de cartas de apercibimiento por éstos y otros motivos revela que se está utilizando este Departamento de una manera artera e ilegítima, como parte de una estrategia de amedrentamiento de los trabajadores por parte de la Dirección que desvirtúa de forma grave la credibilidad de los mecanismos de control internos, extremo éste que nos perjudica a todos, en la medida en que la garantía de que dichos controles funcionen adecuadamente es también la garantía de protección de nuestros derechos frente a acusaciones que pueden acarrear consecuencias disciplinarias muy graves.

Ni que decir tiene que estas cartas de apercibimiento contradicen de manera evidente los mensajes hipócritas y grandilocuentes acerca de lo mucho que aprecia la dirección nuestro sobreesfuerzo, nuestra dedicación y nuestro compromiso y contradice también su supuesta intención de avanzar en el restablecimiento de unas relaciones laborales decentes y dignas de tal nombre.

Desde la CSI, hemos dirigido al Director de Relaciones el siguiente mensaje:

“Muy señor nuestro:

Con fecha 11 de junio, varios trabajadores han recibido cartas de apercibimiento con acuse de recibo entregadas por personal jerárquico de la entidad.

Dichas cartas hacen referencia a operaciones que la dirección considera no ajustadas al código ético y a diferentes manuales operativos vigentes en Liberbank.

Como a usted debería constarle, en muchos casos, dichas operaciones fueron aconsejadas y promovidas por directivos de la entidad y, hasta el momento, no había sido notificada a la plantilla por su parte ni por parte del Departamento de Auditoría Interna, ni por parte de dichos directivos, su improcedencia, lo cual hubiera evitado la acumulación de centenares de estas operaciones y su prolongación a lo largo de los meses.

A los efectos legales pertinentes, solicitamos se nos informe de los siguientes extremos:

Número de los trabajadores a los que se ha hecho entrega de las cartas de apercibimiento, indicando el tipo de operaciones a las que se hace referencia en cada caso.

Número de operaciones de cada tipo similares a las notificadas detectadas en la totalidad del banco.

Fecha de las operaciones en las que se basan las cartas de apercibimiento, en cada caso, cara a la posible prescripción de la supuesta falta.

En todo caso, dada la situación generada por el coronavirus y la sobrecarga de trabajo y de presión que hemos tenido que asumir los trabajadores de las oficinas y la supuesta voluntad de la dirección de propiciar una necesaria e imprescindible mejora de las relaciones laborales solicitamos que por parte de la dirección se anulen las comunicaciones citadas y, tanto en este caso como en otros posibles, no se espere a acumular motivos o disculpas para sancionar a los trabajadores, sino que, tanto por parte del Departamento de Auditoría Interna como por parte de la estructura jerárquica de la entidad se advierta inmediatamente de cualquier problema en las prácticas y procedimientos para que se corrija sin ningún retraso cualquier error y se eviten situaciones intolerables como la generada por esta iniciativa de la dirección

En todo caso, a seguir en la pelea por los derechos de todos los compañeros.

Con más motivos que nunca después de todo lo que nos está pasando y con el mismo empeño de siempre.

Por la cuenta que nos trae a todos.  
 
17 de junio de 2020

P.D. : la urgencia de denunciar lo que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.

En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!

14 junio 2020

Los trabajadores de Oficinas somos desechables


Coronavirus: la Nueva Normalidad de la dirección de Liberbank es, en realidad, la Anormalidad Habitual

Los trabajadores de Oficinas somos desechables

El viernes pasado, cuando todavía no nos habíamos repuesto del efecto causado por la campaña de cartas amenazantes distribuidas por los jefes de zona (que abandonaron momentáneamente el teletrabajo para hacer esa lamentable labor y volvieron inmediatamente a la seguridad de sus hogares), la dirección publicaba un escrito “Seguimos avanzando hacia la nueva normalidad” que, por si alguien albergaba alguna duda (no es nuestro caso) vuelve a incidir en la consideración, entre escasa y nula, que le merecemos a la alta dirección quienes desarrollamos nuestro trabajo en las oficinas.

En dicho escrito se anunciaba la vuelta paulatina al trabajo presencial de muchos de los trabajadores actualmente en teletrabajo, y se hacía hincapié en la progresiva incorporación a sus puestos de trabajo de los compañeros de Servicios Centrales que, según la propia dirección lo harán “en un entorno seguro, dispondrán de EPI (mascarillas, guantes, geles) que les proporcionará la Entidad y también tendrán el apoyo en este ámbito de la figura del Gestor de Prevención de Riesgos Laborales”.

Por la peculiaridad de nuestro trabajo (en la primera línea del frente) quienes trabajamos en oficinas tuvimos que efectuar nuestra labor desde los tiempos duros e inciertos del principio de la pandemia sin posibilidad de disponer de esas seguridades que a duras penas están siendo efectivas ahora, tres meses después de que comenzase todo.

Hoy en día, al peligro de contagio que padecemos se suman las evidentes insuficiencias de la estrategia de atención al público fijada por la dirección, que nos obliga a trabajar también de teleoperadores y de guardias de seguridad y que están generando unas situaciones de tensión, crispación, amenazas verbales y conatos de agresiones físicas que quienes nos dirigen, desde sus blindados despachos, alejados del mundanal ruido y de lo que nos pasa en la vida real a la gente real, prefieren ignorar de manera palmaria.

A esta situación se suma la desaforada presión para colocar ciertos productos “a como dé lugar” y, ya para nota (negativa, obviamente, no nos olvidemos que hablamos de Liberbank), las amonestaciones y amenazas derivadas de actuaciones relacionadas con el sistema del palo (muy gordo) y la zanahoria envenenada de los Puntos de Productividad Comercial.

En breve dedicaremos una circular a la, como mínimo, irregular actuación de la dirección y del Departamento de Auditoria Interna de Liberbank en torno a este maloliente asunto, que supone un gravísimo antecedente en la utilización malintencionada y artera de lo que debería ser un control profesional de las actividades realizadas en las oficinas en el que, al margen de la opinión que nos merezca la gestión de nuestros directivos (difícilmente empeorable en nuestro caso), deberíamos poder confiar como garantía de la realización correcta de las gestiones y procesos inherentes a nuestro trabajo.  

La suma de todas estas actuaciones sigue poniendo de manifiesto que, también en estos tiempos de la pandemia, a la dirección de Liberbank los trabajadores de oficinas le merecemos un respeto más bien escaso y que, por eso mismo, a su desidia y falta de capacidad habituales les está añadiendo una irresponsabilidad en el tema de la situación actual de nuestros centros de trabajo que raya en la temeridad absoluta.

En este mismo escrito, sin dar solución a ninguno de los graves problemas que padecemos en las oficinas, y tal vez para rellenar espacio, nos ofrecen una serie de consejos genéricos y absolutamente prescindibles acerca de la necesidad de cuidar la salud, a los que sólo les faltan los míticos consejos maternos “tómate el zumo rápido para que no se le vayan las vitaminas” y “llévate una chaqueta, que por la noche refresca” (en todo caso, al margen de su utilidad, mucho mejores los consejos de nuestras madres, que por lo menos están dictados desde el amor que nos tienen y no desde este permanente tomarnos por idiotas que practica la dirección de Liberbank).

Resumiendo: la Nueva Normalidad de la dirección de Liberbank es igualita a la Anormalidad Habitual en la entidad, donde todos somos iguales, pero unos más iguales que otros.

En todo caso, a seguir en la pelea por los derechos de todos.

Con más motivos que nunca después de todo lo que nos está pasando y con el mismo empeño de siempre.

Por la cuenta que nos trae a todos.  
 
13 de junio de 2020

P.D. : la urgencia de denunciar lo que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.

En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!