13 mayo 2010

GOOD BUSINESS

(CIRCULAR SECUESTRADA POR LA DIRECCIÓN)

GOOD BUSINESS

Una nueva sentencia del TSJA, que se suma a las anteriormente existentes en el mismo sentido, anula el plan parcial de La Talá, poniendo una vez más de actualidad un suculento (para algunos) negocio realizado en julio de 2008, mediante la compra por parte de Beyos y Ponga S.A., sociedad cuyo único accionista es Cajastur, de una parcela de 222.118,50 metros cuadrados en La Talá (Llanes) por el módico precio de 47.56 millones de euros (7.913 millones de pesetas). En el momento de esta compra ya habían sido dictadas, como fruto de las demandas presentadas por la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL) dos sentencias que impedían la construcción de centenares de viviendas en este paraje de la costa llanisca.

El grupo Nozar, vendedor de la parcela a Beyos y Ponga, la había adquirido a su anterior propietario, en julio de 2006, por 36 millones de euros, consiguiendo en dos años una plusvalía de 11,5 millones de euros (1.900 millones de pesetas). Un buen negocio para ellos, sin duda.

A su vez, quienes vendieron al grupo Nozar habían pagado a sus anteriores propietarios 3 millones de euros, consiguiendo unos bonitos beneficios de 32 millones de euros (5.300 millones de pesetas). Un buen negocio para ellos, obviamente.

Quienes vendieron La Talá a quienes posteriormente la revendieron (a aquellos que a su vez la revendieron a Beyos y Ponga) habían pagado en 1990 1,8 millones de euros por esa misma parcela, consiguiendo al venderla un beneficio de 1,2 millones de euros (200 millones de pesetas). A todas luces, un buen negocio para ellos.

Esta mezcla de trabalenguas financiero y relato (in)moral acerca de la especulación que nos llevó a la crisis actual se resume de la siguiente manera:

La Caja pagó 47,56 millones de euros (7.913 millones de pesetas) por una parcela en la que, ni cuando se efectuó la compra ni mucho menos actualmente, se puede realizar actividad económica alguna que justifique dicho desembolso.

¿Un buen negocio para la Caja?
¿Qué te parece?

Las cifras son lo suficientemente escandalosas por si mismas, pero puestas en perspectiva resultan aún más indignantes. Veamos algunas comparaciones:

Con lo pagado por una parcela cuyo único destino a día de hoy sólo puede ser la siembra intensiva de cebollín y/o la alimentación de asnos, rucios y jumentos varios, se hubiesen cubierto la mitad de los gastos de personal de todo el Grupo Cajastur durante el año 2009.

Lo pagado por La Talá supone el equivalente al 88% de los beneficios netos de Cajastur en el primer trimestre de 2010. Como si, durante ese trimestre, hubiésemos trabajado 79 días para generar el beneficio equivalente a lo pagado a los exdueños de La Talá. O como si, de cada jornada laboral de ese trimestre, hubiésemos dedicado más de 6 horas de trabajo a conseguir el beneficio equivalente a lo pagado por esa parcela.

Lo pagado por esta parcela equivale a más de 1.566.000 llamadas a trabajadores, parados, pensionistas y clientes diversos para recordarles lo que ya saben de sobra: que cada día está más complicado llegar a fin de mes y que el modelo de gestión actual está dando lugar a actuaciones y situaciones que, al margen de que el Banco de España las autorice, son intolerables.

Lo que se pagó por La Talá equivale a más de 40 veces lo percibido como paga variable por todo el personal adscrito a niveles durante el año 2009.

Como ves, queda bastante claro el motivo por el cual los trabajadores llevamos años perdiendo poder adquisitivo, mientras que, en sólo dos años (2008 y 2009), las retribuciones globales del equipo directivo han aumentado en un 25%: hay que ahorrar en nuestros salarios para poder financiar operaciones como la compra de La Talá, que como sabes, forma parte de la gestión que año tras año aprueban los representantes de los trabajadores en los Órganos de Gobierno. (Por cierto: ¿A ti te dieron alguna explicación acerca de esta reiterada y lamentable actitud de sumisión y/o complicidad con la Alta Dirección? A nosotros, lo mismo)


12 de mayo de 2010