15 junio 2010

POR EL FUTURO DE LA CAJA, NO AL S.I.P.

CONTRA LA PRIVATIZACIÓN DE LAS CAJAS

POR EL FUTURO DE LA CAJA,
NO AL S.I.P.

“En tiempos de tribulación, no hacer mudanzas” (San Agustín de Hipona)

“En tiempos de reforma laboral y reconversión financiera, no permitamos que quienes nos trajeron la enfermedad se forren vendiéndonos la vacuna equivocada” (Versión contextualizada del dicho anterior)
Sin que se hayan despejado ninguna de las numerosas incógnitas que plantea el desarrollo del S.I.P. entre Cajastur, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Caja Cantabria y Caja Extremadura, estos días se reúnen los Consejos de Administración de las cuatro cajas para aprobar una serie de medidas tendentes a consolidar este experimento de dudosa consistencia y más dudoso aún resultado final que, a nuestro modesto entender, supone la antesala de la privatización de las cajas, objetivo final que se han fijado una serie de grupos de poder económico, político y financiero y que cuenta con la ¿desinteresada? colaboración de los actuales directivos del sector.
Ante este ataque, el más grave que han sufrido las Cajas en todos los años de su existencia, los trabajadores no podemos permanecer indiferentes, ni mucho menos ser cómplices por acción u omisión de una serie de iniciativas que, entre otras cosas, ponen en peligro miles de puestos de trabajo en el sector. Lejos de alarmismos infundados, lo poco que sabemos acerca del S.I.P. sumado a lo mucho que nos ocultan, nos obliga a pronunciarnos radicalmente en contra de esta iniciativa. Los motivos de esta oposición son, entre otros, los siguientes:

La figura del S.I.P. (Sistema de Protección Institucional o “fusión fría”) es, como mínimo, de discutible legalidad, más aún cuando atenta contra la naturaleza jurídica de las cajas, dando lugar a la creación de un banco, frente a la opción más lógica de reforzamiento y desarrollo de las estructuras de cooperación propias de las cajas, como puede ser la CECA u otras de similar naturaleza. Si, contra esta lógica, se ha optado por la opción del S.I.P., todo parece indicar que se ha aprovechado la actual situación de crisis e incertidumbre económica para avanzar hacia la privatización de las cajas.

La absorción de las redes de expansión de las cajas participantes en el SIP por parte de este nuevo banco pretende enterrar, utilizando los cientos de millones de euros de ayudas del FROB, un modelo de expansión absolutamente equivocado, ligado a la burbuja inmobiliaria y cuyos máximos responsables son los equipos directivos de las cajas, que lejos de responder por sus errores, ya se han apresurado a repartirse cargos y prebendas, mientras que no se han tomado la molestia de aclarar cuál va a ser el futuro de los miles de trabajadores afectados por esta situación.

El porvenir de los Servicios Centrales se presenta muy oscuro. Conociendo antecedentes como el cierre de nuestro Centro de Proceso de Datos CPD y su desastroso resultado para Cajastur, en contraste con el cuantioso beneficio económico para la multinacional Accenture, no resulta demasiado descabellado suponer que el futuro de estos departamentos no pasa por ningún tipo de “reestructuración ordenada”, siendo más que probable su total extinción, previa externalización de los servicios que ahora desarrollan.

Todo esta complicada situación se produce, además, en un momento en que la inminente reforma laboral va a facilitar los despidos colectivos basados en causas económicas, por lo que no sería de extrañar que, con las mismas contabilidades rigurosas que permitían a los directivos de las Cajas enzarzarse en una ridícula y perjudicial pelea de delirantes cifras de beneficios, nos encontremos dentro de poco en una situación radicalmente contraria que pretendiese justificar despidos masivos y reconversiones traumáticas.

No creemos que sea casualidad que por parte de las direcciones de las cajas del S.I.P. no se haya propuesto la firma de un protocolo laboral que garantice el empleo y las condiciones laborales de los trabajadores afectados por los recortes y los cambios que conlleva dicho S.I.P. Estamos convencidos de que no quieren compromisos con el empleo ni la estabilidad laboral porque quieren tener las manos libres para hacer y deshacer a su antojo, tanto en el nuevo banco como en las cajas originarias.

Considerando que ignorar la gravedad del momento en que nos encontramos o esconder la cabeza hasta que escampe sería incurrir en una irresponsabilidad que no nos podemos permitir, desde la CSI, en coordinación con otros sindicatos de las cajas afectadas, vamos a tomar todas las medidas a nuestro alcance para oponernos a esta intolerable agresión a las cajas, al empleo en el sector y a nuestras condiciones de trabajo.

Seguiremos informando



14 de junio de 2010