Situación en oficinas
¿Un barco a la deriva?
Está a punto de cumplirse un año del comienzo del
proceso de prejubilaciones que supuso que decenas de compañeros, en muchos
casos con responsabilidades de dirección o subdirección de oficinas, pasasen a ser
prejubilados, sin que hasta el momento se hayan cubierto los puestos de trabajo
vacantes, ni se hayan convocado las plazas de directores y subdirectores, ni se
haya tomado ninguna medida para paliar la situación de falta de personal propia
de estas fechas. Estas situaciones son un buen reflejo del abandono a que nos
tiene sometida una dirección que pretende ignorar una realidad básica y
elemental en este negocio: por mucho que
les moleste a algunas estrellas del universo financiero y diga lo que diga la
prensa del régimen, quienes sacamos adelante todos los días esta empresa somos
los trabajadores. De las genialidades de los directivos y del desprecio a
un oficio (el nuestro) que no se aprende en ninguna universidad, vienen estos
lodos de la crispación, la desconfianza y la tensión con los que tenemos que
lidiar día a día en las oficinas sin recibir ninguna ayuda por parte de la
dirección (más bien al contrario).
Sin pretender elaborar un exhaustivo memorial de
agravios, no podemos por menos que reflejar algunas de las situaciones que contribuyen
a agravar nuestra situación como trabajadores de Oficinas:
·
Escasez de
personal. Efectuadas ya todas las prejubilaciones, ni se cubren las bajas, ni
se conceden los traslados solicitados, ni se toman las medidas pertinentes para
que las oficinas tengan la dotación de personal adecuada. Añadiendo a esto las
Declaraciones de la Renta
y las vacaciones, un panorama realmente deprimente.
·
Aumento
exponencial de las tareas burocráticas sin ningún fin productivo concreto. Como
si esto fuera la extinta Unión Soviética, la dirección nos impone un mareante
vaivén de informes, contrainformes, hojas de Excel reconfirmando lo previamente
confirmado, mensajes recordatorios y/o admonitorios y así hasta el infinito y
más allá. ¿Será para tener entretenidos a los jefes de zona e instancias
superiores de mando o será sólo para tenernos agobiados a nosotros? En todo
caso, tensión añadida cuyos nulos resultados en términos de productividad y de
trabajo bien hecho son fácilmente previsibles.
·
Cursillos (supuestamente)
On-Line. ¿Les decimos a los clientes que vuelvan en un par de horas mientras
los hacemos? Aparte de las ocurrentes sugerencias de algunos ingeniosos jefes
de zona que recuerdan que estos cursillos se pueden hacer en casa, ¿Tiene
pensado la dirección poner en marcha alguna iniciativa para impartir formación
de verdad y no este lamentable sucedáneo? ¿Para que sirve la Escuela de Formación? ¿Van
a abrir un Wok con buffet libre para darle alguna utilidad al edificio?
·
Vacaciones. A
estas alturas, en contraste con las prisas y los agobios a primeros de año de
otras ocasiones, de la planificación de las vacaciones, ni una palabra. ¿Se
acordará la dirección de que es un derecho que, de momento (y cruzamos los
dedos), todavía tenemos? ¿Tiene pensado tomar alguna medida para que podamos
ejercer ese derecho sin causar el colapso de las oficinas?
·
Convocatoria de
plazas de directores e interventores. ¿Van a convocar en algún momento del
presente siglo las plazas vacantes generadas por el proceso de prejubilación?
¿Les parece normal la situación de tantas y tantas oficinas sin director y/o
subdirector y la situación de los compañeros que están asumiendo esas
responsabilidades por puro pundonor profesional y por compromiso con la Caja y con los clientes sin
ningún tipo de reconocimiento, ni moral ni económico?
·
Cobro de
sustituciones, cobro de objetivos y cobro de paga 20 (ahora con la rebaja paga
18 y media). A estas alturas del partido, ni los compañeros que están
realizando labores de dirección y subdirección saben si cobrarán las
sustituciones, ni los directores y subdirectores saben si cobrarán los
objetivos, ni el resto de los trabajadores sabemos si cobraremos la paga
variable. ¿Es normal esto? ¿Es propio de una empresa medianamente seria o más
bien de un chiringuito playero? ¿Cuándo nos van a informar acerca del cobro (o
no cobro) de estas retribuciones? ¿Darán, una vez más, la callada por
respuesta?
Seguramente que se podrán añadir más cosas a este
resumen de las circunstancias que nos tocan vivir en las oficinas, pero creemos
que, de todo lo que hacemos constar, nada es mentira y ninguna pregunta sobra.
En todo caso, aquí no cabe echarle la culpa a la socorrida crisis ni apelar a
la situación de los mercados para, como en tantas otras chapuzas, desviar
responsabilidades. Por omisión o por acción, quienes tienen la culpa de lo que
pasa en las oficinas son quienes forman parte de la dirección, entre cuyas
obligaciones muy generosamente retribuidas figura dotar a las oficinas de los
medios humanos y materiales necesarios para que se pueda desarrollar el trabajo
de la manera más eficiente posible.
A nuestro humilde entender, la Dirección sigue con su
conocida estrategia Tente Mientras Cobro y no está cumpliendo (tampoco en este
caso) con sus obligaciones, dejándonos una vez más a los trabajadores de las
Oficinas Solos Ante El Peligro.
¿Qué opinas
tú?
6 de Junio de 2012