06 junio 2012



Situación en oficinas
¿Un barco a la deriva?

Está a punto de cumplirse un año del comienzo del proceso de prejubilaciones que supuso que decenas de compañeros, en muchos casos con responsabilidades de dirección o subdirección de oficinas, pasasen a ser prejubilados, sin que hasta el momento se hayan cubierto los puestos de trabajo vacantes, ni se hayan convocado las plazas de directores y subdirectores, ni se haya tomado ninguna medida para paliar la situación de falta de personal propia de estas fechas. Estas situaciones son un buen reflejo del abandono a que nos tiene sometida una dirección que pretende ignorar una realidad básica y elemental en este negocio: por mucho que les moleste a algunas estrellas del universo financiero y diga lo que diga la prensa del régimen, quienes sacamos adelante todos los días esta empresa somos los trabajadores. De las genialidades de los directivos y del desprecio a un oficio (el nuestro) que no se aprende en ninguna universidad, vienen estos lodos de la crispación, la desconfianza y la tensión con los que tenemos que lidiar día a día en las oficinas sin recibir ninguna ayuda por parte de la dirección (más bien al contrario).

Sin pretender elaborar un exhaustivo memorial de agravios, no podemos por menos que reflejar algunas de las situaciones que contribuyen a agravar nuestra situación como trabajadores de Oficinas: 

·        Escasez de personal. Efectuadas ya todas las prejubilaciones, ni se cubren las bajas, ni se conceden los traslados solicitados, ni se toman las medidas pertinentes para que las oficinas tengan la dotación de personal adecuada. Añadiendo a esto las Declaraciones de la Renta y las vacaciones, un panorama realmente deprimente.

·        Aumento exponencial de las tareas burocráticas sin ningún fin productivo concreto. Como si esto fuera la extinta Unión Soviética, la dirección nos impone un mareante vaivén de informes, contrainformes, hojas de Excel reconfirmando lo previamente confirmado, mensajes recordatorios y/o admonitorios y así hasta el infinito y más allá. ¿Será para tener entretenidos a los jefes de zona e instancias superiores de mando o será sólo para tenernos agobiados a nosotros? En todo caso, tensión añadida cuyos nulos resultados en términos de productividad y de trabajo bien hecho son fácilmente previsibles.

·        Cursillos (supuestamente) On-Line. ¿Les decimos a los clientes que vuelvan en un par de horas mientras los hacemos? Aparte de las ocurrentes sugerencias de algunos ingeniosos jefes de zona que recuerdan que estos cursillos se pueden hacer en casa, ¿Tiene pensado la dirección poner en marcha alguna iniciativa para impartir formación de verdad y no este lamentable sucedáneo? ¿Para que sirve la Escuela de Formación? ¿Van a abrir un Wok con buffet libre para darle alguna utilidad al edificio?



·        Vacaciones. A estas alturas, en contraste con las prisas y los agobios a primeros de año de otras ocasiones, de la planificación de las vacaciones, ni una palabra. ¿Se acordará la dirección de que es un derecho que, de momento (y cruzamos los dedos), todavía tenemos? ¿Tiene pensado tomar alguna medida para que podamos ejercer ese derecho sin causar el colapso de las oficinas?

·        Convocatoria de plazas de directores e interventores. ¿Van a convocar en algún momento del presente siglo las plazas vacantes generadas por el proceso de prejubilación? ¿Les parece normal la situación de tantas y tantas oficinas sin director y/o subdirector y la situación de los compañeros que están asumiendo esas responsabilidades por puro pundonor profesional y por compromiso con la Caja y con los clientes sin ningún tipo de reconocimiento, ni moral ni económico?

·        Cobro de sustituciones, cobro de objetivos y cobro de paga 20 (ahora con la rebaja paga 18 y media). A estas alturas del partido, ni los compañeros que están realizando labores de dirección y subdirección saben si cobrarán las sustituciones, ni los directores y subdirectores saben si cobrarán los objetivos, ni el resto de los trabajadores sabemos si cobraremos la paga variable. ¿Es normal esto? ¿Es propio de una empresa medianamente seria o más bien de un chiringuito playero? ¿Cuándo nos van a informar acerca del cobro (o no cobro) de estas retribuciones? ¿Darán, una vez más, la callada por respuesta?

Seguramente que se podrán añadir más cosas a este resumen de las circunstancias que nos tocan vivir en las oficinas, pero creemos que, de todo lo que hacemos constar, nada es mentira y ninguna pregunta sobra. En todo caso, aquí no cabe echarle la culpa a la socorrida crisis ni apelar a la situación de los mercados para, como en tantas otras chapuzas, desviar responsabilidades. Por omisión o por acción, quienes tienen la culpa de lo que pasa en las oficinas son quienes forman parte de la dirección, entre cuyas obligaciones muy generosamente retribuidas figura dotar a las oficinas de los medios humanos y materiales necesarios para que se pueda desarrollar el trabajo de la manera más eficiente posible.

A nuestro humilde entender, la Dirección sigue con su conocida estrategia Tente Mientras Cobro y no está cumpliendo (tampoco en este caso) con sus obligaciones, dejándonos una vez más a los trabajadores de las Oficinas Solos Ante El Peligro.

¿Qué opinas tú?


6 de Junio de 2012