19 julio 2013

El máximo dirigente de CCOO Liberbank se refugia en una comisaría de policía del centro de Oviedo huyendo de los trabajadores de Cajastur



Increíble pero cierto

El máximo dirigente de CCOO Liberbank se refugia en una comisaría de policía del centro de Oviedo huyendo de los trabajadores de Cajastur

(Antiguamente, el titular lógico hubiese sido: dirigente sindical acaba en comisaría por defender a los trabajadores.
  ¡¡Qué tiempos tan extraños nos tocan vivir!!)








Hoy jueves tuvo lugar por fin la reunión de CCOO en la que su principal dirigente a nivel de Liberbank tuvo a bien desplazarse hasta este territorio díscolo para, en teoría, dar explicaciones de la traición de la que nos han hecho víctimas a todos los trabajadores con la firma, junto con UGT, del acuerdo ilegal y fraudulento que recoge las más aviesas intenciones de la dirección y que ésta ha pretendido usar como tapadera legal de todos los atropellos a los que nos lleva sometidos en los últimos tiempos.

Como habíamos acordado, un grupo de trabajadores nos concentramos a las puertas del local donde tenía lugar la reunión para hacer constar nuestro desacuerdo con la estrategia de la permanente traición de UGT  y CCOO y para exigir que se nos diese una explicación acerca de la firma del acuerdo fraudulento e ilegal ya que, afiliados o no, consideramos que tenemos derecho a ella, en tanto en cuanto dicha firma nos afecta directamente. Igualmente consideramos que la representatividad que permite firmar o no firmar acuerdos se consigue mediante los votos de afiliados o no afiliados y debe emplearse para defender los mismos principios y los mismos objetivos que figuraban en el programa electoral y, por encima de todo, debe servir para defender los derechos de los trabajadores y no para venderse y para vendernos (por muy sabroso que sea el precio de compra) a la dirección.

Por lo que nos iban comentando los compañeros que salían de la reunión, Genillo hacía suya la doctrina Rajoy: tengo los votos suficientes para hacer lo que quiero, aunque sea contrario a mis promesas y me importa un pito lo que digan ni los afiliados ni los votantes; para mayor abundamiento, anunció que está dispuesto a firmar una nueva traición, pero mejor orquestada esta vez, para que sea más difícil tumbarla en los tribunales (obviamente, no lo dijo con estas palabras, pero ese es el sentido de su discurso).

El ambiente caldeado generado por estas noticias, sumado al intento del tal Genillo de ignorar olímpicamente, como si no existiéramos, a quienes estábamos a la puerta del local de CCOO hizo que un grupo de nosotros siguiéramos sus pasos una vez que abandonó el local, pidiéndole explicaciones por sus traiciones presentes y futuras, recriminándole su actitud impropia de un sindicalista y expresándole nuestra opinión (nada favorable, por cierto), acerca de las consecuencias para nuestras vidas y las de nuestras familias de su rastrera actividad como cómplice de Manuel Menéndez.

En su errante huída, vagó despavorido, con nosotros detrás, por las calles del centro de Oviedo hasta que, no sabemos si por causalidad o porque ya había sido informado previamente por sus guías locales, topó con la comisaría de policía enclavada frente al Hotel de la Reconquista, donde se adentró como alma que lleva el diablo, no sabemos si sólo para escapar de las reclamaciones de los obreros o también para interponer una denuncia. En breve sabremos esto último.
 
 
 
 
 
 

 
En todo caso, creemos que en tanto en cuanto sigan afirmando con todo el descaro que van a volver a traicionarnos, no es mala cosa que recordemos a estos individuos, vergüenza del sindicalismo, que no se puede jugar impunemente con los salarios y los puestos de trabajo de miles de compañeros y que trabajar para el enemigo no puede salir gratis.

Que cunda el ejemplo.

Así fue la cosa y así os la hemos contado.  

Genillo: recuerdos de los astures, nosotros también te queremos