13 abril 2020

Coronavirus: la dirección nos toma por idiotas (en esto también)

Patética (y un tanto nauseabunda) campaña de blanqueo de imagen de la dirección: ¿somos un equipo espectacular? ¿por eso llevan años tratándonos a palos? 

Coronavirus: la dirección nos toma por idiotas (en esto también)

Uno de los efectos secundarios de la pandemia es esa insufrible ola de supuesto buenrollismo empresarial y directivo que permite que quienes llevan décadas dando doctrina acerca de las bondades de los mercados y de la supuesta (y más falsa que la palabra de un banquero) superioridad efectiva en términos de eficiencia y de moral de lo privado frente a lo público salgan ahora pidiendo la intervención del Estado para frenar esta hemorragia sanitaria, económica y social.

Como ejemplo, véase la intervención del Consejero Delegado de Liberbank (1.200 euros al día, domingos y fiestas de guardar inclusive) en la junta de accionistas (en la que, obviamente, teníamos pensado intervenir, cosa que no pudimos hacer por “problemas técnicos”) sugiriendo, incluso, lo que deberían hacer los gobiernos de la Unión Europea, en una clara demostración de que el mal de altura provoca, además de una grave desconexión de la realidad, delirios de grandeza de dimensiones descomunales.

Ante una crisis que todavía no se puede cuantificar, se repite la misma reacción por parte de los poderes fácticos que nos gobiernan: mensajes que, implícitamente, reconocen que la barbarie a la que nos han llevado no puede seguir manteniéndose.

Este tipo de discursos, como ocurrió en ocasiones anteriores, durará lo que tarde en volver a restablecerse la anormal normalidad de un mundo regido por poderes especulativos para los cuales los intereses y los derechos de las grandes mayorías (incluida la salud y la vida) son solamente un molesto inconveniente a su avaricia y a su desmedida codicia.

En los principios de la anterior crisis global, en 2008, uno de los representantes del neoliberalismo en Europa, Nicolas Sarkozy, presidente de Francia entre 2007 y 2012, propugnó la "refundación del capitalismo".

Una vez constatado que podrían seguir sangrándonos sin que su poder se tambalease, en vez de refundar el capitalismo, nos refundieron a los trabajadores y a las clases populares.

Así pretenden hacerlo ahora.

De nuestra capacidad para enfrentar la ofensiva que sin duda vamos a volver a sufrir dependerá que salgamos de esta crisis con un mundo más decente y más justo o con un reforzamiento de esta dictadura de los mercados que nos lleva a un atolladero con muy pocas salidas salvo para las cada día más reducidas élites de la rapiña y el saqueo.

Una vez efectuadas estas reflexiones generales que nos parecen necesarias para entender la situación en la que nos encontramos, volvemos a lo que ocurre en Liberbank.

Apuntándose a la última moda en estrategia comunicacional, la dirección de Liberbank pasa momentáneamente de los teóricos del neoliberalismo como Von Hayeck y su adoración del mercado como único dios verdadero a los libros de autoayuda, a Paulo Coelho y Mister Wonderful como referentes ideológicos y a los unicornios azules como sustitutos provisionales de los hombres de negro que nos iban a comer por las patas si no aceptábamos de buen grado los recortes fraudulentos a que desde hace muchos años (1.999 en el caso de Cajastur) nos someten.

En un estomagante alarde de hipocresía, esta dirección cuya única política de personal es una novedosa adaptación del clásico palo y zanahoria donde hace mucho tiempo ha desaparecido la zanahoria y sólo queda el palo, nos remite correos en los que, tratándonos como si fuéramos cretinos (nada nuevo bajo el sol), pretenden halagarnos con palabras huecas, pomposas y, dados sus antecedentes, hasta ofensivas en los mismos días en que publica los objetivos y PPC,s que tenemos que conseguir sin que haya ninguna corrección a la baja de estos parámetros teniendo en cuenta la anómala situación que estamos viviendo.

Todo un ejemplo de lo que podemos esperar de quienes, para nuestra desgracia, se atornillaron a unos puestos directivos que les quedan demasiado grandes y para los que no tienen ni capacidad ni liderazgo suficiente, menos aún en estos tiempos convulsos que nos tocan vivir.

En todo caso, aquí en Liberbank, al igual que afuera, a pelear porque no seamos los de siempre los que paguemos esta nueva crisis.

¿Resistiremos? Claro que sí.

Al coronavirus también, por supuesto.

Como llevamos años resistiendo a los planes de recortes fraudulentos y a la falta de respeto a nuestra dignidad profesional y personal por parte de la dirección, otros virus que llevan años infectando nuestras vidas.

En todo caso, desde la CSI seguimos, como siempre y más que nunca, en la pelea por los derechos de todos los compañeros.

Para cualquier incidencia o consulta, poneos en contacto con los delegados del sindicato.

Seguiremos informando.

13 de abril de 2020

P.D.: Como test acerca de la veracidad de esta campaña de blanqueo de imagen de la dirección, os proponemos esta sencilla encuesta:

En la hipótesis (que esperemos no llegue a darse) de que la situación derivada de la pandemia permitiese aplicar nuevos recortes salariales y nuevos despidos (muy poco) encubiertos mediante traslados manu militari ¿crees que el consejero delegado de Liberbank, con el consabido aplauso del consejo de administración, dietas mediante, nos los aplicaría a quienes sorpresivamente nos hemos convertido de repente en “un equipo formidable”?

          No       No sabes/no contestas        Como Las Grecas, prefieres no pensar 

P.P.D.:

Como a la fuerza ahorcan y por aquello de hacer de la necesidad virtud, ante las “sugerencias” del BCE, se pospuso a última hora el reparto de dividendo por importe de 22 millones de euros que pretendían repartir. 
 
En octubre de este año, volverán a intentarlo.

Un disgusto pasajero para los fondos buitre y, es de suponer, para quienes desde el submundo del sindicalismo amarillo intentaron hacer labor de zapa en la negociación de los últimos recortes fraudulentos que estamos padeciendo actualmente.

Uno de los argumentos estrella que utilizaba en su función de lobista en los cabildeos de pasillo el representante del sindicato amarillo STC en esa mesa de negociación era que no podíamos argumentar que era absolutamente inmoral recortarnos otra vez los salarios mientras se iban a pagar millones de euros de dividendo a los fondos buitres “porque si no, nos quedamos sin accionistas y la entidad se hunde”.

Otro de los argumentos utilizados por el mismo sindicalista amarillo era que habría que firmar algún recorte y, si en un año “o así” (sic) la entidad iba bien, se podría pedir algún tipo de mejora, como, por ejemplo, la descongelación de las bandas salariales de los compañeros ingresados en Cajastur a partir del 25 de enero de 1.999.

Para dar más perspectiva a estas desfachatadas argumentaciones, recordamos que este mismo sindicalista amarillo es el que firmaba la circular sindical redactada por Recursos Humanos en la que se hacía constar, entre otras, la falsedad de que, con la aplicación del ERE anterior al actual, la empresa ya había descongelado dichas bandas salariales.

Ante la demanda interpuesta por la CSI contra esa congelación, la dirección de Liberbank presentó como principal prueba a su favor esta patética circular.

El Tribunal Superior de Justicia de Asturias dio la razón a la CSI.

Como siempre, Liberbank recurrió al Tribunal Supremo y volvió a presentar la circular del sindicalismo amarillo como prueba.

El Fiscal del Tribunal Supremo, en su preceptivo informe acerca del recurso de Liberbank, vuelve a darnos la razón y desecha una vez más las falsedades del inframundo sindical amarillo.

Mientras llega y no llega la sentencia del TS, recordamos todo esto porque, igual que el coronavirus no es el cordero de dios que quita el pecado del mundo respecto a las injusticias de la dirección, tampoco lo es respecto a quienes, desde el sindicalismo cómodo, atechado y placentero, son cómplices activos de dichas injusticias.

Que, en medio de tanto discurso azucarado y anestesiante, no se nos olvide.

Por la cuenta que nos trae.