La absorción por parte de Unicaja debe conllevar
el final de los recortes salariales unilaterales
Desde principios de 2020, venimos sufriendo recortes salariales derivados de las medidas implantadas unilateralmente por la dirección de la entidad, que son continuidad de la serie de Eres y trapacerías varias que, ininterrumpidamente desde 2013, nos ha impuesto el Consejero Delegado (1.200 euros al día, incluyendo domingos y fiestas de guardar), en aplicación de su afamada Teoría de la Austeridad Salarial Ajena que, en Asturias, ya comenzó a desarrollar en 1.999.
Salvo estas últimas medidas, aún en vigor a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el patético recurso presentado por la empresa contra la sentencia de la Audiencia Nacional que las anulaba, los atracos a los que nos somete la alta dirección siempre han contado con la firma de una mayoría sindical que, inasequible al desaliento, mantenía, una y otra vez, la necesidad de apoyar estas medidas de recorte para “evitar males mayores” y nos acusaba a quienes no firmábamos de irresponsables y temerarios (o cosas peores) que, al no firmar, poníamos en riesgo el futuro de la empresa y de nuestros puestos de trabajo.
En el caso de estas últimas medidas, a pesar de que los sindicatos amarillos estaban, como siempre, dispuestos a firmar lo que hiciera falta, ante la circunstancia de que con su firma no alcanzara para tener el apoyo de la mayoría sindical que la empresa quería, la dirección optó por adoptar medidas unilaterales, basándolas en la típica contabilidad creativa de Liberbank que permite que, a la vez, la entidad esté muy bien (para la publicidad entre los posibles accionistas) y muy mal (para justificar los recortes salariales).
Anulados los recortes al dar la razón la Audiencia Nacional a la demanda judicial presentada por la totalidad de los sindicatos, mientras esperamos la confirmación de dicha anulación por parte del Tribunal Supremo (lo que conllevará la devolución de lo descontado durante este año y medio de atraco) y, teniendo en cuenta que, de seguir su ritmo, la absorción por parte de Unicaja debería ser efectiva a lo largo de los próximos días, es obvio que dichos recortes, que se justificaban (falsamente) con cifras, datos y proyecciones de futuro relativas a Liberbank, deberían ser retirados de inmediato, ya que Liberbank (como Cajastur, como EffiBank, como el Banco Base y como todos los cadáveres financieros que ha dejado atrás en su escalada el todavía consejero delegado) dejará de existir en breve.
Esta decisión, lógica y razonable, supondría que recuperásemos de inmediato el salario anterior a los recortes fraudulentos actualmente en vigor y que sólo quedase pendiente, a este respecto, la devolución de lo descontado ilegalmente, una vez que el Tribunal Supremo confirmase la sentencia de la Audiencia Nacional (cosa que, con la precaución del caso, suponemos que ocurrirá en un plazo no muy largo).
Sería una buena demostración de que, además de intentar garantizar los intereses de los fondos buitre que anidan en el accionariado de Liberbank y los intereses personales del consejero delegado de Liberbank, la absorción por parte de Unicaja va a conllevar un cambio en la enloquecida política de personal, con mucho garrote y sin zanahoria alguna, que venimos padeciendo desde hace demasiados años.
Opten por lo razonable o continúen empeñados en seguir machacándonos hasta el final, seguimos en la pelea contra los abusos de la dirección.
Por la cuenta que nos trae a todos.
24 de junio de 2021