La dirección debe pasar de las palabras a los hechos
En tanto en cuanto el Banco Central Europeo hace sus deberes (los que no hizo mientras permitió el anómalo funcionamiento de esa herramienta de saqueo de nuestras cajas de ahorros que fue el Banco Horrible Liberbank y los que no hará del todo hasta que no investigue la nefasta gestión de Manuel Menéndez y su tropa) confirmando al nuevo Consejero Delegado de Unicaja y acabando con la actual situación de impasse que sólo beneficia a quienes continúan, desde dentro y cobrando unos salarios inmerecidos (antes y ahora con más motivo), llevando a cabo su particular guerra sucia contra la entidad, es necesario que la dirección tenga ya preparada su estrategia para liquidar esa vomitiva etapa que por la cuenta que nos trae a todos, debemos dejar atrás cuanto antes mejor.
Es hora de que, en cuanto se confirme por el BCE al nuevo consejero delegado y desaloje su despacho el Cesado Consejero Delegado que sigue, si no nos equivocamos, cobrando más de 2.000 euros al día como pago a no sabemos qué tarea (papiroflexia, sudoku, dirección del grupo de palmeros de la Fundacion Bancaria Cajastur, filtrado a la prensa asturiana de noticias interesadas sobre el patrimonio artístico de nuestra caja actualmente en paradero desconocido…), los trabajadores seamos informados del proyecto estratégico para los próximos años que, esperamos, coincida con lo expuesto por el representante de la Fundación Bancaria Unicaja en la última Junta de accionistas: modelo de gestión basado en los valores tradicionales de las cajas, compromiso social y cultural con los territorios de implantación, política de recursos humanos basada en la negociación y en el respeto a los trabajadores.
Y, como la mejor manera de demostrar que ese discurso es real y no solo hermosas palabras (que también son necesarias después de tantos años de neopaletismo con muchos palabros en inglés y demasiada prepotencia garrula y bellotera), la dirección tiene que poner en marcha procesos de negociación que, si por su parte se basan en propuestas justas y razonables, no deberían prolongarse en el tiempo para plasmarse en acuerdos justos y equitativos.
A todos los trabajadores de Unicaja nos afecta un grave problema común: la pérdida de poder adquisitivo derivada de la combinación de la subida de los precios y de la subida de los tipos de interés junto con un convenio nefasto de 5 años de duración que no contempla ninguna cláusula de revisión ligada al IPC
Ese problema común tiene que pelearse de común acuerdo entre todos los sindicatos, tanto en el seno de Unicaja como en el conjunto del sector.
Pero, obviamente, para que todos podamos pelear juntos por ese objetivo, es urgente y prioritario (y, además, sencillo si la dirección quiere) llevar a cabo previamente la homologación salarial pendiente desde la absorción de Liberbank por parte de Unicaja.
No sólo por un imperativo de orden moral (“a igual trabajo, igual salario”), sino también por un problema de orden práctico: ¿qué subida salarial podemos reivindicar entre todos y para todos cuando, si no hay una homologación salarial previa, habría un colectivo importante de trabajadores (los ingresados en Cajastur y Liberbank después del nefasto acuerdo del 25 de enero de 1999) que, gracias a los complementos absorbentes implantados por el Cesado Consejero Delegado (sigue cobrando más de 2.000 euros al día por no hacer nada, recordamos) con la firma de dos exsindicalistas traidores actualmente miembros del patronato de la patética Fundación Bancaria Cajastur, no tendrían ninguna posibilidad de aumento de sueldo?
Obviamente, también hay otras cosas urgentes dentro del panorama salarial: desmontar el nefasto Modelo de Distribución Objetivo y reparar el daño salarial que, derivado de las falsas promesas efectuadas por ciertos directivos que suponemos que tendrán que dar las oportunas explicaciones, se ha causado a trabajadores a los que, supuestamente se les asciende….para que cobren menos que antes de ese ascenso.
En próxima circular, hablaremos también del abandono total en que nos encontramos en las oficinas procedentes de Liberbank y en la necesidad de que, de forma expeditiva, la dirección tome medidas para que no haya una Unicaja A y una Unicaja B llamada a extinguirse, como era el propósito del Cesado Consejero Delegado.
Lo dicho: es hora de que la dirección pase de las palabras a los hechos.
Y, también, de que los sindicatos estemos a la altura de las circunstancias, con una postura común en las negociaciones y en las movilizaciones que sean necesarias.
Por nuestra parte, en esa actitud estamos.
A seguir en la pelea.
11 de septiembre de 2023
(Aniversario del Golpe de Estado en Chile y de la muerte de Salvador Allende, cuyo último discurso recomendamos volver a escuchar para no olvidar nunca de qué lado estamos)