19 octubre 2011

La Caída de los Dioses
(sobre un mullido colchón de indemnizaciones, blindajes y sinecuras varias)
Las últimas informaciones publicadas sobre la orgía salvaje de jubilaciones escandalosas y blindajes indignantes que se autoadjudicaron los directivos que llevaron a las cajas a su lamentable situación actual, no hace más que confirmar lo que, desde hace años, era bastante obvio para quien quisiera verlo: las cajas se dejaron en manos de individuos sin ninguna experiencia profesional en este sector y sin más méritos constatables que sus conexiones políticas que gobernaron a su antojo dichas cajas, sin que ni por parte de los respectivos consejos de administración ni por parte del Banco de España se ejerciera el obligado control sobre su actuación y sobre las consecuencias de sus decisiones.
No hace demasiado tiempo, algunos de esos directivos ( y no hace falta ir geográficamente muy lejos) eran jaleados por la prensa del régimen y la clase política de sus respectivas regiones como ejemplo de buena gestión, austeridad y visión de futuro. Lo que hemos ido constatando hasta ahora deja bien claro que detrás de estas campañas de autobombo a tanto la página no había nada (o por lo menos nada bueno). Resulta que quienes vinieron a modernizar las Cajas han terminado practicando la vieja estrategia de toma el dinero y corre en sus diversas variantes: prejubilaciones de escándalo, indemnizaciones indignantes o blindajes en los cargos directivos de los bancos resultantes de la fusión/privatización de nuestras cajas.
Al margen de que la aprobación o no por parte de los respectivos consejos de administración permita dar una apariencia de legalidad a la política salarial y a los blindajes que se autoaplicaron las altas direcciones de las cajas, hay una serie de cuestiones que, hoy en día, cuando nuestras condiciones laborales y salariales están siendo objeto de una serie de agresiones incalificables (despidos encubiertos como traslados, propuesta de congelación salarial), merece la pena plantearse:
¿ Es legal que, por ejemplo, el límite de mandatos como presidente de nuestra Caja, que hasta la llegada del actual presidente, en el año 1995, estaba fijado en dos periodos de cuatro años improrrogables se haya modificado sin motivo defendible alguno, dando como resultado una perpetuación en el cargo que contradice cualquier código de buen gobierno?
En caso de que sea legal ¿Es éticamente aceptable?
¿Es legal que las mismas personas que han dirigido las cajas hasta ahora se hayan blindado en los altos cargos de los bancos resultantes de la fusión y la privatización de esas mismas cajas?
Más concretamente ¿Es legal que el presidente de Cajastur, después de dieciséis años de mandato, se haya blindado por seis años, ampliables a otro periodo igual como presidente de Liberbank?
En caso de que sea legal ¿Es éticamente aceptable?
¿Es legal que a estas alturas del partido no sea público el importe de las retribuciones del Presidente, el Director General y demás miembros de la alta dirección así como la evolución de estos importes en los últimos años, para que, entre otras cosas, podamos constatar cuál ha sido la política salarial que se han autoaplicado quienes han recortado de todas las maneras posibles nuestra capacidad adquisitiva?
En caso de que sea legal ¿Es éticamente aceptable?
¿Qué Opinas Tú?
Nosotros, tal cual
18 de Octubre de 2011