Una Reflexión Necesaria (a nuestro modesto entender)
Campañas Comerciales, Objetivos y Ética Profesional y Personal
“Venceréis pero no convenceréis” (Miguel de Unamuno)
La actual situación, tanto en nuestro sector como en el resto del país, permite que quienes tienen sobrados motivos para ser extremadamente prudentes a la hora de tomar medidas en sus ámbitos de actuación directiva se permitan el lujo de seguir dictando doctrina y de continuar intentando imponer modelos de actuación profesional y personal de dudosa eficacia y de más que discutible justificación moral.
En lo que más directamente nos concierne, las sugerencias (por decirlo finamente) acerca de la necesidad de cumplir las campañas comerciales “a como dé lugar”, aludiendo al proceso de reconversión y de recorte de empleos derivado de la privatización de nuestra Caja forman parte de un modelo de gestión que consideramos nefasto y cuyos lamentables resultados todos conocemos.
Por mucho que algunos, por muy arriba que estén, crean que pueden darnos lecciones sobre cómo hacer nuestro trabajo y piensen que los clientes y los trabajadores sólo somos variables económicas que ellos manejan a su antojo, creemos que la actual deriva de la gestión comercial y el aumento desaforado de los objetivos a cumplir es motivo suficiente para efectuar algunas reflexiones que queremos compartir con todos los compañeros.
Así, mientras que hay productos cuya comercialización entra dentro de la lógica de nuestro trabajo (ofrecer servicios y productos financieros que cubren necesidades reales a precios competitivos) hay algunos otros que, dada la actual situación, ni los clientes necesitan ni quieren contratar, por lo que la única posibilidad de colocarlos sería aprovechar las condiciones de debilidad de los clientes más afectados por la crisis, actuación esta que, a nuestro entender, no se correspondería con la relación que siempre hemos mantenido con nuestros clientes y que ha permitido que, durante más de cien años, la Caja haya sido la entidad de referencia para la mayoría de los asturianos y que nosotros, como trabajadores de la Caja, nos pudiéramos sentir orgullosos de nuestro trabajo.
Hace tiempo se publicó el código deontológico de los trabajadores de la Caja de Ahorros de Asturias en el que se recogía como eje central de nuestra actuación el mantenimiento del “elevado cometido social de nuestra entidad”: Por mucho que las cosas hayan cambiado (para peor en muchos casos), creemos que ese espíritu debe seguir vigente en nuestras relaciones con los clientes.
Aprovechando que abordamos este tema, hay otra cuestión que no podemos dejar de plantear:
¿Qué opinión te merece el cobro de las comisiones por descubierto/excedido a quienes han tenido la desgracia de perder su empleo y han pasado de cobrar su salario a últimos de mes a percibir las prestaciones de desempleo el día diez de cada mes?
A nosotros, tal cual
25 de Octubre de 2011
P.D.: Como verás, en nuestras circulares seguimos hablando de la Caja y seguimos considerándonos parte de ella. Seguimos creyendo que la actual privatización no resuelve ninguno de los problemas que pudieran tener las Cajas y que, tarde o temprano, la salida a la actual crisis debe pasar por la constitución de una banca pública fuerte, en la que las Cajas tendrán un importante papel que jugar, al servicio de la sociedad y no de la oligarquía financiera y especulativa que nos ha llevado a la actual situación.
En la modesta medida de nuestras capacidades, en ello estamos.