28 noviembre 2016

Nuevo Plan Comercial: El viaje a ninguna parte de la dirección de Liberbank



De los aclamados autores de “Privatización Siniestra”, “Expansión Letal” y “Dos ERES (fraudulentos) y un destino”, llega

Nuevo Plan Comercial: El viaje a ninguna parte de la dirección de Liberbank

En los últimos meses, nos hemos visto sometidos a una serie de transformaciones radicales de nuestra entidad que suponen un nuevo empujón en el proceso de privatización/liquidación de lo que fueron nuestras cajas.

A la externalización y la paulatina liquidación de los servicios centrales se han sumado los cierres y remodelaciones en la red de oficinas como paso previo a la implantación de un rimbombante y absurdo Plan Comercial cuyo último fin no puede ser otro que obedecer a los deseos de los especuladores que han tomado posiciones en el accionariado de Liberbank con intenciones fácilmente deducibles y que, en todo caso, nada tienen que ver con la consolidación de una política comercial que, después de todas las zozobras que hemos pasado merced a la nefasta gestión del equipo directivo, apueste por el mantenimiento de la calidad del servicio, la cercanía y la empatía con nuestros clientes, única garantía de un futuro a medio y largo plazo para nuestra entidad y para nuestros puestos de trabajo.

Según lo que se deduce de la puesta en práctica de ese Plan Comercial en algunas zonas, las grandes líneas de este nuevo experimento (en el que una vez más, los clientes y los trabajadores somos utilizados como involuntarias cobayas), son las siguientes:

La dirección quiere que echemos fuera de las oficinas a los clientes, forzándoles a utilizar, quieran o no quieran, tengan la edad que tengan, los cajeros automáticos y la banca a distancia, cerrando oficinas o privándolas del servicio de caja. Como en tantas cosas similares (fracasadas en su mayor parte), la dirección pretende ser pionera en este tipo de muy discutibles iniciativas, para regocijo y alegría de la competencia y sin que los trabajadores seamos informados de cuáles son los verdaderos propósitos de esta política que contradice todo lo que, según nuestra experiencia profesional hay que hacer para afianzar una relación duradera con nuestros clientes, única garantía de futuro.

La dirección nos aísla más aún de nuestros clientes, impidiendo que puedan incluso contactar telefónicamente con las oficinas, mediante la utilización de un Call Center externo que nos sustituye en las gestiones y consultas telefónicas.

La dirección pretende, mediante la asignación de cupos de llamadas obligatorias (y se supone que, en breve, cupo de ventas de productos por ese medio), que contactemos con esos mismos clientes que quiere que echemos de las oficinas y a los que nos impide atender telefónicamente para ofrecerles tarjetas, seguros y toda la panoplia de productos cuya venta, según ellos, debe ser nuestra única prioridad.  

Como es fácilmente deducible, la implantación de un Plan Comercial siguiendo estas premisas, no nos va a traer nada bueno ni a la propia entidad ni a los trabajadores.

Esto es algo que no nos extraña. Desde 1995 hasta ahora, la política seguida por la dirección de Cajastur (ahora dirección de Liberbank) sólo ha respondido a intereses ajenos a la entidad y a la sociedad asturiana, teniendo como único objetivo la privatización/liquidación de nuestra caja, un expolio sin precedentes efectuado a plena luz del día y con las complicidades políticas, mediáticas y sindicales que han garantizado la impunidad, de momento, de sus autores.

La implantación de este disparatado Plan Comercial coincide en el tiempo con la revelación (por causas legales, al superar más del 10% del accionariado de Liberbank) de la posición que ocupa Oceanwood Capital Management, un fondo buitre, como segundo accionista del banco, sólo por detrás de la Fundación Bancaria Cajastur.

Es obvio que este fondo, con sede en Londres y Malta, que en principio se introdujo en Liberbank mediante el banco suizo USB (Londres, Malta y Suiza, tres paraísos fiscales, qué casualidad más casual) no viene precisamente a apostar por el futuro a largo plazo de nuestra entidad.

Por pura lógica, ni este fondo, ni el dinero mejicano, ni las familias de la oligarquía asturiana que no tuvo reparo en liquidar la banca regional privada y ahora va a beneficiarse de la liquidación de lo más parecido a la banca pública que teníamos vienen a Liberbank a otra cosa que no sea el pelotazo a corto plazo.

No cabe ninguna duda que, al contrario que los trabajadores o las fundaciones bancarias que representan a las antiguas cajas que dieron origen a Liberbank, estos especuladores tienen información de primera mano sobre los planes reales de la dirección y sobre el verdadero propósito de los vertiginosos cambios que estamos sufriendo en vivo y en directo.

En todo caso, una vez más podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la dirección de Liberbank está trabajando directamente para el enemigo, mientras sigue pretendiendo que los trabajadores asistamos como convidados de piedra a esta nueva vuelta de tuerca en el camino de la liquidación de la entidad en función de sus particulares intereses.

Por nuestra parte, continuaremos oponiéndonos a estos planes que ponen en grave riesgo nuestro futuro como trabajadores.

Por la cuenta que nos trae a todos.

Seguiremos informando
 
27 de noviembre de 2016