Juicio por el ERE fraudulento actualmente en vigor
Volvemos
a la Audiencia Nacional a defender los derechos de todos
“Estos
son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”
Groucho Marx
“Estos
son nuestros informes contables. Si no sirven para justificar un ERE
fraudulento, tenemos otros que dicen exactamente lo contrario”
La dirección de Liberbank
“Estos
son nuestros principios sindicales respecto a los EREs.
Si
no le gustan a la dirección, tenemos otros”
Los sindicalistas del régimen de Liberbank
El próximo martes, 12 de diciembre, tendrá lugar en la
Audiencia Nacional la vista de las demandas presentadas por CSI, APECASYC y
CSICA contra el ERE fraudulento actualmente en vigor firmado (una vez más) deprisa y corriendo y de
espaldas a los trabajadores por el habitual tándem dirección de
Liberbank/sindicalistas del régimen.
Como
demandados figuran la empresa y ese extraño (o no tanto) conglomerado de
sindicatos y charangas varias de Banco CCM, sus franquicias en Liberbank y sus
chicos de los recados en Asturias (CCOO, UGT, CSIF, STC/CIC y la Candidatura
Independiente de Servicios Centrales de Asturias y Oficina Principal de
Oviedo).
Al
parecer, una vez analizada por parte de un equipo de arquitectos la resistencia
del suelo de la sala de vistas de la Audiencia Nacional se ha desechado la
posibilidad de efectuar el juicio en dos sesiones dado el crecimiento
exponencial de sindicalistas firmantes de ERES fraudulentos en Liberbank y el
incremento de los riesgos de derrumbes, aglomeraciones y avalanchas humanas en
la zona de la sala que deben ocupar los representantes de la dirección y sus
sindicatos afines.
Como hemos hecho desde un principio, sin prejuzgar el
sentido de las resoluciones judiciales que se dicten en su momento, desde la
CSI, al igual que también hicimos siempre, no vamos a los tribunales a que nos
digan si este nuevo ERE es una estafa o no es una estafa, cosa que sabemos de
sobra.
Vamos a los tribunales a intentar demostrar que esta
nueva estafa es ilegal y que la dirección de Liberbank y sus cómplices
sindicales ni siquiera han respetado las condiciones que una legislación
absolutamente contraria a los trabajadores, como es la reforma laboral, impone
para que una empresa pueda promover un ERE.
Que este nuevo ERE en el
que se mezclan, intolerablemente, condiciones de salida para los compañeros que
abandonan la entidad con recortes salariales para quienes nos quedamos es un
nuevo atraco como los anteriores (igual que las medidas unilaterales aplicadas
por la dirección previamente a la aplicación del primer ERE fraudulento anulado
en base a la demanda de la CSI, que fueron anuladas también en base a la
demanda de la CSI, le pese a quien le pese), lo demuestra claramente la
estrategia comunicativa de sus firmantes: un par de circulares reproduciendo
los términos del acuerdo publicadas después, y no antes, de firmarlo y, a otra
cosa, mariposa.
A pesar de que a los
sindicalistas firmantes, como buenos expertos en cuentas (expertos y expertas
cuentistas en todo caso), les bastaron cinco minutos para analizar
exhaustivamente la contabilidad presentada por la dirección para justificar
estos nuevos recortes, dieron por sentado que los trabajadores de a pie y los
sindicalistas sin graduación nos costaría mucho más tiempo y más trabajo
entender un asunto tan profundo y tan complejo y, en algún caso, llegaron a
afirmar sin ningún tipo de rubor (ver circular de STC/CIC) que con
el tiempo, los trabajadores iríamos entendiendo las bondades de este
acuerdo.
Tan poco confiaban
en nuestra capacidad de análisis que, en vez de aprovechar todo el plazo legal
de negociación para explicarnos mediante circulares y, ya para nota, pedir
nuestra opinión mediante asambleas o, si este término les resulta demasiado
subversivo, mediante reuniones de trabajadores, le regalaron a la dirección 27
días de dicho plazo (al parecer, y esto es absolutamente verídico, alguno de
los sindicalistas del régimen manifestó que tenía las vacaciones programadas en
breve y no quería retrasarlas por culpa de las negociaciones).
En todo caso, la CSI considera que, una vez más,
debemos ser, más allá de demandas y sentencias judiciales, los propios
trabajadores los que juzguemos la actuación de los diversos sindicatos y su
coherencia (o la falta de esta) con lo prometido en las campañas electorales.
La demanda que
hemos presentado se basa en los aspectos que ya hemos denunciado durante el
proceso negociador (por llamarlo de alguna manera).
Impugnamos este ERE por inexistencia de un proceso
negociación real, falta de documentación que la CSI solicitó repetidas veces y
la dirección no entregó y por ausencia de las causas económicas y organizativas
alegadas por la empresa.
En todo caso, el
martes próximo, los sindicalistas de la CSI estaremos de nuevo en la Audiencia
Nacional, orgullosos de defender los derechos de nuestros compañeros que, por
mucho que algunos lo hayan olvidado, es nuestra obligación como representantes
de los trabajadores.
Por nosotros, que
no quede: a seguir en la pelea, por la cuenta que nos trae a todos.
7 de diciembre de
2017
P.D.: una vez que
la Audiencia Nacional ha recibido desde el Tribunal Supremo el expediente
relativo a la anulación de las medidas unilaterales previas al primer ERE
fraudulento, ya estamos en la recta final de la devolución de las cantidades
sustraídas de forma ilegal de nuestros salarios en virtud de dicho ERE.
Como advertimos
desde un principio, tumbar un ERE promovido por una dirección dispuesta a todo
tipo de engaños y triquiñuelas legales (o ilegales) al amparo de la corrupta y
genocida reforma laboral de 2012 y firmado y avalado por una mayoría sindical
traidora es un proceso trabajoso, largo y complicado.
Han pasado cuatro
años desde la primera sentencia de la Audiencia Nacional que anulaba el primer
ERE fraudulento en base a la demanda de la CSI.
Conseguimos anular
también las medidas unilaterales previas.
El Tribunal
Supremo rechazó los recursos de la dirección contra ambas anulaciones.
La dirección de
Liberbank ha presentado un inaudito y patético recurso al Tribunal
Constitucional (al parecer, las mentes pensantes que nos dirigen consideran que
estafar a los trabajadores mediante un ERE fraudulento es un derecho
constitucional) que, aparte de batir todos los records de desfachatez y falta
de sentido del ridículo, no detiene la ejecución de las sentencias que la
obligan a devolvernos lo estafado.
En todo caso,
seguimos en esa pelea también que, de momento, vamos ganando los trabajadores.