La justicia (con minúscula) avala el censo a la
medida de los intereses de la patronal y sus cómplices sindicales
Pucherazo en Servicios centrales y Oviedo O.P.:
El sindicato amarillo (STC+Independientes) gana las
elecciones sin necesidad de que los trabajadores voten
Se conocen
como amarillos a aquellos
sindicatos que responden a los intereses de la dirección de la empresa y de los
dirigentes de dichos sindicatos antes que a los de los trabajadores. Como
ejemplo práctico de amarillismo sindical, sirva la tocata y fuga de la
secretaria general de STC aprovechando el ERE fraudulento que ella misma se
encargó de firmar.
Una reciente sentencia de un Juzgado de lo Social
de Oviedo ha dado por válida la exclusión de los trabajadores en excedencia
pactada compensada del censo para las elecciones sindicales en Servicios
Centrales y Oviedo O.P. que habrían de celebrarse el próximo 11 de septiembre.
Decimos que habrían de celebrarse porque, con dicho
censo y teniendo en cuenta las renuncias registradas en diferentes
candidaturas, sólo se mantiene la candidatura patrocinada por la dirección (STC+Independientes)
por lo que, una vez más (ya lo hicieron en la firma del ERE fraudulento
actualmente en vigor), evitarán que los trabajadores puedan decidir y se
evitarán a ellos mismos el trabajo de pedir el voto y el sofoco de explicar la
curiosa circunstancia de que quienes seguimos en la entidad estemos sufriendo
recortes salariales injustificados gracias a la firma de ese ERE mediante el
cual la secretaria general de STC (que lo firmó deprisa y corriendo, tal y como
exigía la dirección y sin consultar a los afectados, por si acaso) abandonó la
entidad para acogerse a la prejubilación que le estamos pagando entre todos
(involuntariamente, por lo que a nosotros respecta).
Ante la posibilidad de que todas las extrañas
circunstancias que rodean a este peculiar proceso electoral en el que no es
necesario que se vote (el ideal de distopía totalitaria) sean fruto de la mera
casualidad y no como algunos malintencionados (nosotros, sin ir más lejos) podrían
pensar, fruto de un montaje directivosindical que busca evitar la presencia de
candidaturas incómodas (la de la CSI, sin ir más lejos), planteamos unas
cuestiones que consideramos pertinentes.
STC promueve las elecciones. El censo que la
dirección (que es quien dispone la fecha de salida de los excedentes) presenta,
excluyendo a los compañeros que se han acogido a la excedencia, consta, por
casualidad seguramente, de 252 trabajadores. Según la legislación, a partir de
251 y hasta 500 trabajadores corresponde elegir un comité de 13 miembros. Entre
100 y 250, correspondería elegir un comité de 9 miembros, con lo que sería más factible
presentar candidaturas alternativas al sindicato amarillo ¿Casualidad o maniobra
conjunta directivosindical?
La mesa electoral dispone que los excedentes deben
figurar en el censo. La dirección y STC impugnan dicha decisión. Mientras
tanto, el proceso electoral sigue adelante con la presencia de cuatro listas
distintas (tres de los firmantes de los ERES y la de la CSI). Desde STC se llama
a personas que figuran en la candidatura de la CSI para que se den de baja
(cosa que no consiguen) intentando que se anule nuestra lista y que los
trabajadores no tengan la opción de votar a un sindicato que ni traiciona ni
vende a los compañeros. ¿Iniciativa casual de STC o reparto de tareas en la
maniobra conjunta directivosindical?
El laudo arbitral da la razón a la dirección y a
sus cómplices sindicales, se suspenden las elecciones que iban a tener lugar el
12 de julio y se fija nueva fecha de elecciones, con el censo a la medida de la
dirección y sus cómplices sindicales, para el 11 de septiembre. Con dicho
censo, la CSI no consigue tener candidatura completa y teniendo en cuenta
diversas renuncias de candidatos que anulan otras listas, sólo queda en vigor a
día de hoy la presentada por el sindicato amarillo (STC+Independientes) por lo
que, sin necesidad de que los
trabajadores ejerzan su derecho al voto, los cómplices sindicales de la
dirección se hacen con los 13 miembros del comité de empresa de Servicios
Centrales de Asturias y Oviedo OP. ¿Casual coincidencia de un cúmulo de
casuales casualidades o putrefacto resultado de las artimañas
directivosindicales?
En México, durante decenios gobernó el PRI (Partido
Revolucionario Institucional), especialista en ganar todas las elecciones
mediante descarados pucherazos en lo que Octavio Paz definió como la Dictadura
Perfecta. Para dar la sensación de pluralismo y para intentar disimular el
fraude recurrente, el propio PRI se encargaba de promocionar partidos políticos
de diverso pelaje que supuestamente competían con él, mientras liquidaba de las
maneras más diversas (y eso en México tiene la lectura que se supone al verbo
liquidar) a quienes planteaban una alternativa real a ese partido corrupto y
despótico.
La dirección y sus sindicalistas amarillos en su
prepotencia y en su falta de respeto a los trabajadores, ni siquiera disimulan
como el PRI: nos toman por idiotas y quieren que se note.
Por nuestra parte, a pesar de todas estas
zancadillas, seguimos en la pelea por los derechos de todos los trabajadores.
Por la cuenta que nos trae a todos.
8 de agosto de 2018