30 agosto 2021

Dos caras de una misma moneda: colaboracionismo y resistencia sindical en la patética historia de Liberbank

 

Dos caras de una misma moneda: colaboracionismo y resistencia sindical en la patética historia de Liberbank

La mayor parte de los recortes (fraudulentos e inmorales todos ellos) llevados a cabo por la dirección de Liberbank (el Banco Malo no, el Banco Horrible) contaron con la firma de la mayoría sindical.

Una legislación antiobrera que vacía de contenido la negociación colectiva, un consejero delegado con una prolongada trayectoria de agresiones a los trabajadores, una mayoría sindical dispuesta a firmar estos atropellos…..

¿Qué podía salirles mal?

Que no todos nos creemos el cuento y que no todos aceptamos el camino fácil del “mal menor” que, si no se ataja, resulta ser un mal mayor endémico e incurable.

Repasando la historia de Liberbank y, más concretamente, repasando la trayectoria de recortes injustificados e injustificables promovidos por la dirección de banco, no podemos obviar las circunstancias que facilitaron este saqueo a nuestros salarios y la complicidad sindical en la mayoría de dichos recortes, así como los argumentos apocalípticos y las descalificaciones sumarias hacía quienes nos opusimos a esta intolerable complicidad, luchamos contra este atraco y, en ocasiones y contra todo pronóstico, logramos su anulación por los tribunales y obligamos a que se devolviera lo ilegalmente descontado.

Un breve resumen de los recortes fraudulentos que hemos sufrido sería el siguiente:

Primer ERE fraudulento de julio 2013. Firmado por CCOO y UGT. Estuvo en vigor hasta finales de 2013, al haber sido anulado por la Audiencia Nacional en base a la demanda de la CSI por discriminación sindical. Los recortes supusieron un total de 70 millones de euros.

Segundo ERE fraudulento (enero de 2014 hasta junio de 2017), firmado por CCOO, UGT y CSIF. Los recortes durante toda su vigencia supusieron un total de 350 millones de euros.

Tercer ERE fraudulento (julio de 2017 a diciembre de 2019), firmado por CCOO, UGT, CSIF, el Sindicato Amarillo STC y la también muy Amarilla Lista Independiente de Servicios Centrales y Oviedo OP. Los recortes en este periodo ascendieron a un total de 100 millones de euros.

En este ERE, señalar varias peculiaridades: junto con los habituales recortes salariales para quienes continuamos trabajando en la entidad, incluía prejubilaciones a partir de ciertas edades, entre ellas, la de la Secretaria General del Sindicato Amarillo STC que, seguramente por olvido involuntario, no se dignó comunicar tal circunstancia a los trabajadores ni en el momento de la firma ni en el momento de acogerse a la prejubilación.

Ya para nota, en su consabida estrategia de tratarnos como idiotas a los trabajadores, el Sindicato Amarillo STC, nos comunicó a todos que, aunque en un primer momento no entendiéramos las bondades de la firma de estos recortes fraudulentos (simples que somos), con el tiempo las entenderíamos. Cuatro años después, seguimos sin entender por qué había que firmar este nuevo atraco y, peor, aún, seguimos esperando que el Sindicato Amarillo STC explique los motivos de su inexplicable (o no tanto) complicidad con la dirección en este y en otros atropellos a los trabajadores.

Medidas Unilaterales desde enero de 2020 hasta (en un principio) diciembre de 2022. Estuvieron en vigor hasta junio de 2021, a pesar de haber sido anuladas por la Audiencia Nacional en septiembre de 2020, en base a una demanda apoyada por todos los sindicatos. La dirección de Liberbank tuvo que retirar el patético recurso que había presentado ante el Tribunal Supremo y devolver lo ilegalmente descontado obligada por el proceso de absorción de la entidad por parte de Unicaja. Lo descontado durante la duración de estas medidas ascendió a 22 millones de euros.

El hecho de que, a pesar de la disposición de los sindicatos amarillos a firmar un nuevo ERE fraudulento y de la campaña realizada en este sentido en la mesa de negociación por parte del representante del Sindicato Amarillo STC (que se acogió posteriormente a la jubilación en cuanto pudo, por lo que estaba proponiendo firmar recortes para los demás, no para él) la dirección no consiguiera el apoyo de la mayoría sindical que necesitaba para convalidar este atraco, marca un antes y un después en la desdichada historia de Liberbank.

Y, además, plantea la necesidad de reevaluar los argumentos que se utilizaban para descalificar a quienes dijimos desde un principio que los sindicatos no podemos ser cómplices de este tipo de atropellos, más aún cuando no hay ninguna duda de la mala fe de quienes los proponen.

 Según dijeron en su momento, quienes no aceptamos la contabilidad a la medida con la que la empresa quería justificar sus intenciones, no firmábamos los recortes y peleábamos contra ellos, seríamos los culpables de todos los hipotéticos males que afectarían a los trabajadores si el Consejero Delegado no conseguía llevar a cabo sus planes.

Por nuestra culpa, decían, habría una oleada de despidos e incluso, podría producirse la quiebra de la empresa.

En 2020, cuando no se firmaron las medidas tan fraudulentas e injustificadas como las anteriores que la empresa pretendía llevar a cabo, pudo demostrarse que, como dijimos desde un principio, no aceptar los permanentes recortes y luchar contra ellos (gracias a lo cual nos han tenido que devolver lo ilegalmente descontado durante este último año y medio) era la única postura consecuente por parte de los sindicatos.

En 2020, al igual que en 2017, 2014, 2013, y en el caso de Cajastur, igual que en 1999.

Y también pudimos comprobar que, afortunadamente, a pesar del descarado apoyo de la dirección a los sindicatos amarillos (que estaban dispuestos a firmar una vez más), no ha conseguido, como pretende, que tengan la mayoría suficiente para poder ofrecer visos de legitimidad a sus trapacerías.

Dos cosas importantes que es bueno que todos tengamos en cuenta.

En todo caso, y resumiendo:

El antiguo Consejero Delegado de Liberbank, que pretende hacerse con el poder absoluto en Unicaja Banco, acumula a su larga trayectoria de desatinos, el hecho de haber descontado a los trabajadores de manera fraudulenta, desde 2013 hasta 2021, un total de 540 millones de euros.

De ese importe, tuvo que devolvernos 92 millones debido a que los tribunales dictaminaron que ciertos recortes, además de fraudulentos, eran ilegales, incluso amparándose en una legislación tan favorable a estos atropellos como la reforma laboral de 2012.

En buena lógica capitalista, los trabajadores de Liberbank, que hemos invertido, a nuestro pesar, un total neto de 448 millones de euros (más de 73.000 millones de pesetas) tendríamos que haber sido los principales propietarios del banco, con capacidad, por ejemplo, para destituir al consejero delegado y su cúpula directiva.

Y, dentro de cualquier lógica empresarial, el responsable de este desaguisado absoluto que fue Liberbank debería estar inhabilitado para ocupar cualquier cargo de responsabilidad en entidad alguna.

Lo que recordamos por si hiciera falta, no sólo cara al pasado, sino también como advertencia de lo que nos espera a todos si quien hizo todo esto consigue sus propósitos.

Esperemos que no.

Y, sea como sea, a seguir luchando.

Que para eso están los sindicatos.

Y para eso estamos los sindicalistas.

Por lo menos, algunos sindicatos y algunos sindicalistas.

30 de agosto de 2021