11 diciembre 2022

¿Qué pasó con la pelea (aún por empezar) contra la pérdida de poder adquisitivo?

 

¿Qué pasó con la pelea (aún por empezar) contra la pérdida de poder adquisitivo?

Nos acercamos al final de año, con una inflación disparada y con nuestros salarios prácticamente congelados (0,75% de subida este año, después de dos años de subida 0), sin que, para nuestro muy relativo asombro, las estructuras sindicales que firmaron este lamentable Convenio Estatal y todos los recortes habidos y por haber en Cajastur y en Liberbank den señales de vida en una pelea que resulta urgente para quienes vemos como, mientras se niegan a actualizar nuestras tablas salariales, las entidades en las que trabajamos declaran cifras crecientes de beneficios y algunos directivos, como el actual consejero delegado de Unicaja, tiene la desfachatez de incrementarse el salario un 25% (de 1.250 a 1.500  euros diarios, domingos y fiestas de guardar incluidos).

En este punto, consideramos que los directivos del Banco de España (otros que tal bailan) deberían establecer un nuevo índice Premium para que se distinga adecuadamente entre el pobrerío (a los que se nos seguiría referenciando al IPC) y aquellos seres humanos de altas capacidades e incontables méritos (según ellos mismos), a los que se les aplicaría el IPCCDU (Índice de Precios al Consumo del Consejero Delegado de Unicaja).

Una vez realizado este aporte a la estadística de masas, sin coste adicional alguno, continuamos en el análisis de la situación en la que nos encontramos los trabajadores del sector de antiguas Cajas de Ahorros. Y para que no se nos acuse de demagogos ni de falsear cifras y datos, lo hacemos con las mismas consideraciones de los sindicatos todofirmantes.

En octubre, la situación era la siguiente, según manifestaban en la prensa estos sindicatos:

“Los trabajadores del sector bancario siguen intentando que las entidades compensen con subidas salariales una pérdida de poder adquisitivo derivada de la elevada inflación que cifran en el 14,8% en los últimos cuatro años.

Ya han pasado cinco meses desde que los representantes de las plantillas del sector bancario comenzaron a negociar con las patronales subidas salariales o compensaciones para enfrentar el exacerbado crecimiento de los precios y su impacto en la capacidad adquisitiva de los empleados bancarios.

No en vano, los sindicatos tienen calculado que los trabajadores de los bancos asociados a la AEB han visto en los últimos cuatro años cómo se minaba en torno a un 14,8% su poder adquisitivo. Entre 2019 y 2022 sus sueldos han subido un 1%, mientras que la inflación lo ha hecho en torno a un 15,8%.

Un impacto de un 14,8% sobre su poder adquisitivo que sería mayor en el caso de los empleados de las antiguas cajas de ahorro, que en 2022 vieron sus sueldos subir algo menos, un 0,75%.”

En noviembre, la patronal de banca pacta un incremento adicional del 3,25 (a sumar al 1,25% estipulado en su Convenio) para 2023.

Si los propios sindicatos hablaban de una perdida de poder adquisitivo de 14,8% en los últimos tres años, una subida total del 4,5% no parece ser como para tirar cohetes, pero peor aún lo tenemos en las antiguas cajas, donde, de momento, esa subida salarial ni está ni se le espera.

Y, ya para nota, mucho peor aún lo tenemos en Unicaja, donde la empresa, con el beneplácito de la mayoría sindical, ni siquiera tiene pensado cumplir en tiempo y forma el compromiso firmado en el ERE en vigor para unificar la estructura salarial y homologarla a la de Unicaja, única oportunidad para, de una vez por todas, liquidar el injusto e inmoral sistema retributivo impuesto en Cajastur en 1999, gracias a la impagable (o no tanto) colaboración de unos sindicalistas corruptos, por el actual Consejero Delegado de Unicaja (el mismo que se sube el sueldo un 25%).

Después de meses de inactividad de quienes firman todo lo que le conviene a la patronal y luego se desentienden de las consecuencias de esos acuerdos que avalan una y otra vez, nos preguntamos si van a convocar movilizaciones para exigir la subida salarial o van a pedírsela directamente a los Reyes Magos.

Y, en el caso de Unicaja, nos preguntamos también si van a explicar los motivos por los que admiten sin más el incumplimiento del ERE que ellos mismos firmaron en la única parte que podría interesar a quienes seguimos trabajando y, ya para nota, si están dispuestos a que, al igual que pasó en Liberbank, convivan indefinidamente varias estructuras salariales distintas para que siga indefinidamente en vigor el acuerdo del 25 de enero de 1999.

Por nuestra parte, a seguir en la pelea, por los derechos y la dignidad profesional y personal de todos los compañeros.

12 de diciembre de 2022

P.D.: Después de multitud de avatares entre chuscos y patéticos, el próximo 19 de enero tendrán lugar las Elecciones Sindicales para el Comité de Oficinas de Asturias.

Un buen momento para evaluar lo que hemos hecho y lo que vamos a hacer.

Un buen momento también para distinguir entre las franquicias de los “sindicatos conseguidores” a los que, por pura aritmética, lo que suceda en Asturias les importa entre muy poco y nada (y a las pruebas nos remitimos) y el sindicalismo modesto y molesto para algunos, de la CSI que, desde Asturias, pelea por los derechos de todos y que, modestia aparte, consigue hermosas victorias para todos (véase, entre otras, las peleas contra el ERE del 2013 y las medidas unilaterales previas que permitió su anulación y la devolución de los salarios que nos habían recortado ilegalmente)

Un buen momento, además, para recordar que somos el único sindicato al que la empresa no autoriza a distribuir sus comunicados mediante el correo electrónico interno y para preguntarse el porqué de esta evidente discriminación.

La respuesta es muy obvia.

Por eso te pedimos que, si crees que merece la pena que lo que decimos llegue a todos los compañeros, nos ayudes a distribuir nuestras circulares.

Un pequeño esfuerzo que merece la pena.