27 enero 2010

TRASLADOS NO SOLICITADOS: CONTINÚA EL ATROPELLO

Ante los traslados forzosos efectuados en los últimos días, los distintos sindicatos (excepto CC.OO., que no concurrió a la reunión convocada para tratar este tema a pesar de haber sido convocada en tiempo y forma), manifestamos nuestro frontal desacuerdo con la utilización torticera, una vez más, de la movilidad geográfica estipulada en el Convenio Colectivo dado que, a nuestro entender, los traslados a que nos referimos no siguen criterios objetivos derivados de las necesidades de las distintas oficinas y zonas, siendo, por el contrario, fruto de una decisión arbitraria por parte de la dirección que vuelve a incidir en el clima de desánimo entre los trabajadores.
Como CSI, añadimos nuestra particular valoración acerca de esta última oleada de cambios de puestos de trabajo no deseados.

En manos de una dirección como la que tenemos la desgracia de padecer, la habilidosa combinación de la movilidad geográfica (hasta 25 kilómetros) y la movilidad funcional (hacia abajo), permite que, sea cual sea nuestro actual puesto de trabajo, nuestra trayectoria profesional y nuestra categoría laboral, podamos encontrarnos de la noche a la mañana, sin ningún tipo de justificación, contando huchas (una labor tan encomiable como otra, pero que sirve como ejemplo) en una oficina situada, seguramente por casualidad, en el límite legal de los referidos 25 kms. desde nuestra actual ubicación.

Este tipo de traslados arbitrariamente decididos suponen en muchos casos un duro golpe para los compañeros afectados, tanto por lo que afecta a la autoestima personal y profesional como por lo que se refiere a las complicaciones de la vida familiar que conllevan. El argumento esgrimido por la dirección en ocasiones similares alegando que los traslados tienen como finalidad cubrir las necesidades de la empresa (quiera esto decir lo que quiera decir) se cae por su propio peso una vez analizados la trayectoria de los compañeros afectados y el resultado final de todos los movimientos efectuados.

Una vez más (y con la que está cayendo), lejos de dedicarse a tomar medidas que nos permitan competir, por lo menos en igualdad de condiciones, con una competencia cada día más agresiva, la dirección se dedica a aplicar su extraña teoría de las relaciones laborales basada en que tanto el que se mueve como el que no se mueve pero la dirección considera que no se está lo suficientemente quieto, no sale en la foto (o sale en la foto que no quería salir). No hay criterio objetivo ni regla de conducta profesional que permita establecer los motivos que nos incluyen entre los posibles trasladados forzosos. Nadie (excepto el pequeño grupo que todos conocemos) parece estar a salvo de la arbitrariedad y la falta de sentido de este tipo de decisiones del equipo directivo.

Ante este nuevo atropello, que seguramente no será el último, se nos plantean los siguientes interrogantes:

¿Es lógico que mientras se mantiene en el más oscuro de los secretismos el funcionamiento real del sistema de traslados, negando esta posibilidad a trabajadores que la han solicitado desde ya hace mucho tiempo, se cubran las supuestas necesidades de personal de determinadas oficinas y zonas con traslados forzosos de compañeros que ni lo han solicitado ni mucho menos lo desean?
¿Es mera casualidad que en determinados casos, el traslado se efectúe a centros de trabajo situados muy cerca del límite legal de 25 kms.? ¿También casualmente las necesidades de la entidad obligan a la dirección, muy a su pesar seguramente, a trasladar a determinados compañeros hasta dicho límite legal?

El lógico malestar que este tipo de decisiones arbitrarias causan entre todos los trabajadores (los afectados de hoy y los candidatos a ser afectados más adelante) ¿Forma parte de una estrategia definida para dejar claro cómo de grande la tienen (la capacidad de hacernos daño, obviamente) nuestros directivos o sólo es una demostración más de que no están a la altura de lo que nuestra Caja necesita? ¿Torpeza y/o mala fe?

La reestructuración llevada a cabo en algunas zonas concretas ¿Corresponde a los movimientos previos a algún cambio en la estrategia de negocio de la Caja que puede conllevar a su vez el cambio de la función a realizar por determinadas oficinas? En este caso: ¿No debería plantearse claramente esta situación y realizar los cambios necesarios mediante la negociación y el acuerdo con los interesados?

En cuanto a la negativa (otra vez más) de un determinado sindicato a participar en una reunión convocada para acordar un pronunciamiento unitario contra este tipo de arbitrariedades: ¿Significa que dicho sindicato no considera injustos estos traslados? ¿Significa que no ve necesario que haya un acuerdo unánime de los sindicatos contra esta decisión? ¿Significa que el resto de los sindicatos no cumplimos los requisitos necesarios para poder contar con su presencia en esta iniciativa a favor de los derechos de los trabajadores y contra los atropellos de la dirección? ¿Significa que ha recibido instrucciones de la superioridad sobre la conveniencia de no participar en este tipo de iniciativas? ¿Qué significa?

27 de enero de 2010


P.D. Para finalizar, y en vista a ciertos movimientos extraños en el ámbito del sindicalismo en la Caja, una reflexión que nos preocupa:

¿Se está preparando una reedición
del acuerdo del 25 de enero del 99?

Permanezcamos atentos a la pantalla (de nuestro ordenador)