23 enero 2013

Tiempo de Espera

Instrúyanse, porque necesitamos de toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitamos de todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.
Antonio Gramsci

Tres meses después de que la dirección manifestase su intención de aplicarnos un brutal plan de ajuste que, recordamos, incluye recortes salariales de hasta el 50% y un ERE temporal (para que nos vayamos acostumbrando hasta que llega el definitivo), estamos viviendo un momento de impasse generado por la imposibilidad de dedicarse con el detenimiento que desearían a la siempre agradable, para ellos, tarea de hacernos la vida imposible a los trabajadores, dado que han de atender prioritariamente al circo de ocho pistas que tienen montado en todo este proceso de liquidación/privatización de la Caja que, por mucho que se esfuercen en mentir descaradamente y en tratarnos como idiotas a unos y otros, sólo pone de manifiesto su probada incapacidad como gestores y su falta de vergüenza a la hora de asumir las responsabilidades derivadas de dicha gestión.

A estas alturas del partido, a ningún trabajador de nuestra entidad se le oculta que las maniobras del equipo directivo ( y cuándo hablamos de equipo directivo, todos sabemos a qué persona concreta nos referimos) siguen una serie de directrices bastante obvias, que reflejan el orden de sus dos grandes prioridades:

Blindarse en sus puestos de dirección en el banco resultante de la privatización/liquidación de nuestras cajas. Este blindaje es absolutamente imprescindible para quienes son responsables de nuestra actual situación, ya que, aparte de garantizarles la posibilidad de seguir percibiendo los astronómicos sueldos que ellos mismos se han fijado, les garantiza sobre todo la impunidad acerca de las decisiones que han tomado y que, como todos sabemos, han resultado absolutamente catastróficas para las cajas que dirigen, mientras, en curioso contraste, han supuesto unos beneficios inmensos para un grupo reducido de personajes que no tienen ninguna intención de rendir cuentas ni asumir responsabilidades.

Como ejemplo evidente de asuntos a investigar en un país decente, con unas autoridades financieras decentes, una clase política decente y una fiscalía que cumpliera con sus funciones, válgase la aportación al Banco Malo por parte de Liberbank de activos tóxicos por valor de varios miles de millones de euros (por los cuales vamos a recibir 300 millones, en una prueba más de la maravillosa gestión de nuestro equipo directivo) operación esta, que además de producir un evidente quebranto económico, pretende enterrar los nombres tanto de los beneficiarios de la financiación ligada a la especulación inmobiliaria (y la corrupción que lleva aparejada) que forman la mayor parte de los activos a traspasar como de los gestores que fueron cómplices de la utilización de entidades como las Cajas en operaciones de este tipo que, como es obvio, no fueron aprobadas por directores de oficina ni mucho menos.

Hasta ahora, existía un pacto implícito que implicaba que, cuando se producía un cambio en las cúpulas de las cajas, no se levantaban alfombras (más bien al contrario) como garantía de que, cuando la nueva cúpula fuese relevada a su vez, tampoco se investigaría su gestión. Hoy en día, dada la situación, ese pacto no tiene sentido, por lo que la única garantía de impunidad consiste en continuar, cueste lo que nos cueste a los demás, en los puestos directivos para evitar cualquier petición de responsabilidades.

Aprovechar el nuevo escenario de crisis y desempleo galopante y el miedo que esto genera entre los trabajadores para llevar a cabo su proyecto de banco personal (con el indiscutible mérito de hacerlo sin poner un solo euro del bolsillo propio) donde pueda hacer y deshacer sin que nadie discuta ni critique sus decisiones, con empleados sumisos y lacayunos a los que, mediante un sistema salarial que le permita fijar y recortar sueldos a capricho, pueda obligar a trabajar mañana, tarde y noche. De ahí el plan de ajuste que pretende imponernos, no porque la situación de la entidad le obligue a ello, ni mucho menos, sino aprovechando la situación de la entidad que él mismo ha generado para aplicar los recortes que siempre quiso aplicar.

Como hemos informado, la dirección no ha dado señales de vida desde que tiempo atrás notificase que entre el 14 y el 18 de enero convocaría a los sindicatos a una reunión para presentar el plan de viabilidad de la entidad, reunión que no llegó a convocar.

Este silencio no significa ni mucho menos que hayan renunciado al brutal plan de ajuste anunciado en octubre. Mientras atienden a las urgencias del momento, no han abandonado su campaña de mentiras e intoxicaciones acerca del verdadero alcance de dicho plan y continúan utilizando el socorrido recurso de los rumores para llevar a cabo su labor de desgaste entre los trabajadores, para que cada uno piense que los recortes y los despidos van a afectar a otros y por lo tanto, la pelea no va con él y para que nos traguemos el despropósito de que, en realidad, la dirección sólo ha hecho una primera propuesta y su propósito final no es tan alarmante como lo que ha presentado en octubre.

Ante esta situación, desde la CSI manifestamos lo siguiente:

La tregua actual no significa en absoluto que la dirección haya dado marcha atrás en su intención de aplicarnos el ERE y los recortes salariales brutales como paso previo a los despidos baratos a medio plazo.

En cualquier momento, la dirección puede llamar a los sindicatos para, una vez transcurridos los plazos legales, aplicarnos sin negociación ninguna el plan de ajuste que presentaron en octubre, tal cual era su intención en aquellas fechas.

Los acuerdos tomados en la asamblea de trabajadores siguen estando absolutamente vigentes, sin que este momentáneo frenazo de la dirección, motivado por circunstancias ajenas a su voluntad, desvirtúe (más bien al contrario) la necesidad de la movilización en defensa de nuestros puestos de trabajo que siguen gravemente amenazados por mucho que, una vez vista la contundente reacción de los trabajadores, dicha dirección pretenda hacernos creer que sus planes son simplemente una primera oferta en la mesa de negociación. Una vez más, estos individuos sin credibilidad ninguna que han hecho de la mentira una herramienta habitual en su larga trayectoria de atropellos a nuestra dignidad personal y profesional pretenden, inútilmente, tomarnos por tontos de capirote y una vez más, no lo van a conseguir.

Como no podía ser menos, sigue vigente el compromiso de los representantes de los trabajadores de obedecer los acuerdos de la asamblea en lo referido a seguir denunciando las pretensiones de la dirección, informar en tiempo y forma de cualquier novedad en este proceso y someter cualquier decisión a tomar a la consideración de dicha asamblea.

Para finalizar, recordamos a todos los compañeros que continúa la guerra abierta que la dirección declaró a los trabajadores en octubre. Esta guerra va a ser larga y es mucho lo que nos jugamos en ella, por lo que tenemos que estar preparados para darla en las mejores condiciones posibles, sin dejarse atemorizar ni dejarse confundir por estos funestos personajes que pretenden impunemente seguir llenándose los bolsillos mientras vacían los nuestros. Aprovechemos esta tregua para reponer fuerzas y estar preparados para próximas movilizaciones.

Seguiremos informando

23 de enero de 2012

Próxima circular: Situación en Oficinas ¿Liquidación por Cierre?

P.D.:

HERMANDAD

Al parecer, algún saltimbanqui directivo pretende utilizar la Asamblea de la Hermandad como foro para, con la que está cayendo, endosarnos uno de esos vomitivos discursitos de falso colegueo sobre lo hermoso que es el quererse y lo bien que les va en los torneos intercajas a los equipos de tal y tal.

Ante esta intolerable provocación, llamamos a todos los compañeros a participar en dicha Asamblea para dar la respuesta adecuada.

Allí estaremos