Tiempo
de Espera
Instrúyanse, porque necesitamos de toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitamos de todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.
Antonio
Gramsci
Tres
meses después de que la dirección manifestase su intención de
aplicarnos un brutal plan de ajuste que, recordamos, incluye recortes
salariales de hasta el 50% y un ERE temporal (para que nos vayamos
acostumbrando hasta que llega el definitivo), estamos viviendo un
momento de impasse generado por la imposibilidad de dedicarse con el
detenimiento que desearían a la siempre agradable, para ellos, tarea
de hacernos la vida imposible a los trabajadores, dado que han de
atender prioritariamente al circo de ocho pistas que tienen montado
en todo este proceso de liquidación/privatización de la Caja que,
por mucho que se esfuercen en mentir descaradamente y en tratarnos
como idiotas a unos y otros, sólo pone de manifiesto su probada
incapacidad como gestores y su falta de vergüenza a la hora de
asumir las responsabilidades derivadas de dicha gestión.
A
estas alturas del partido, a ningún trabajador de nuestra entidad se
le oculta que las maniobras del equipo directivo ( y cuándo hablamos
de equipo directivo, todos sabemos a qué persona concreta nos
referimos) siguen una serie de directrices bastante obvias, que
reflejan el orden de sus dos grandes prioridades:
Blindarse
en sus puestos de dirección en el banco resultante de la
privatización/liquidación de nuestras cajas.
Este blindaje es absolutamente imprescindible para quienes son
responsables de nuestra actual situación, ya que, aparte de
garantizarles la posibilidad de seguir percibiendo los astronómicos
sueldos que ellos mismos se han fijado, les garantiza sobre todo la
impunidad acerca de las decisiones que han tomado y que, como todos
sabemos, han resultado absolutamente catastróficas para las cajas
que dirigen, mientras, en curioso contraste, han supuesto unos
beneficios inmensos para un grupo reducido de personajes que no
tienen ninguna intención de rendir cuentas ni asumir
responsabilidades.
Como
ejemplo evidente de asuntos a investigar en un país decente, con
unas autoridades financieras decentes, una clase política decente y
una fiscalía que cumpliera con sus funciones, válgase la aportación
al Banco Malo por parte de Liberbank de activos tóxicos por valor de
varios miles de millones de euros (por los cuales vamos a recibir 300
millones, en una prueba más de la maravillosa gestión de nuestro
equipo directivo) operación esta, que además de producir un
evidente quebranto económico, pretende enterrar los nombres tanto de
los beneficiarios de la financiación ligada a la especulación
inmobiliaria (y la corrupción que lleva aparejada) que forman la
mayor parte de los activos a traspasar como de los gestores que
fueron cómplices de la utilización de entidades como las Cajas en
operaciones de este tipo que, como es obvio, no fueron aprobadas por
directores de oficina ni mucho menos.
Hasta
ahora, existía un pacto implícito que implicaba que, cuando se
producía un cambio en las cúpulas de las cajas, no se levantaban
alfombras (más bien al contrario) como garantía de que, cuando la
nueva cúpula fuese relevada a su vez, tampoco se investigaría su
gestión. Hoy en día, dada la situación, ese pacto no tiene
sentido, por lo que la única garantía de impunidad consiste en
continuar, cueste lo que nos cueste a los demás, en los puestos
directivos para evitar cualquier petición de responsabilidades.
Aprovechar
el nuevo escenario de crisis y desempleo galopante y el miedo que
esto genera entre los trabajadores para llevar a cabo su proyecto de
banco personal (con el indiscutible mérito
de hacerlo sin poner un solo euro del bolsillo propio) donde pueda
hacer y deshacer sin que nadie discuta ni critique sus decisiones,
con empleados sumisos y lacayunos a los que, mediante un sistema
salarial que le permita fijar y recortar sueldos a capricho, pueda
obligar a trabajar mañana, tarde y noche. De ahí el plan de ajuste
que pretende imponernos, no porque la situación de la entidad le
obligue a ello, ni mucho menos, sino aprovechando la situación de la
entidad que él mismo ha generado para aplicar los recortes que
siempre quiso aplicar.
Como
hemos informado, la dirección no ha dado señales de vida desde que
tiempo atrás notificase que entre el 14 y el 18 de enero convocaría
a los sindicatos a una reunión para presentar el plan de viabilidad
de la entidad, reunión que no llegó a convocar.
Este
silencio no significa ni mucho menos que hayan renunciado al brutal
plan de ajuste anunciado en octubre. Mientras atienden a las
urgencias del momento, no han abandonado su campaña de mentiras e
intoxicaciones acerca del verdadero alcance de dicho plan y continúan
utilizando el socorrido recurso de los rumores para llevar a cabo su
labor de desgaste entre los trabajadores, para que cada uno piense
que los recortes y los despidos van a afectar a otros y por lo tanto,
la pelea no va con él y para que nos traguemos el despropósito de
que, en realidad, la dirección sólo ha hecho una primera propuesta
y su propósito final no es tan alarmante como lo que ha presentado
en octubre.
Ante
esta situación, desde la CSI manifestamos lo siguiente:
La
tregua actual no significa en absoluto que la dirección haya dado
marcha atrás en su intención de aplicarnos el ERE y los recortes
salariales brutales como paso previo a los despidos baratos a medio
plazo.
En
cualquier momento, la dirección puede llamar a los sindicatos para,
una vez transcurridos los plazos legales, aplicarnos sin negociación
ninguna el plan de ajuste que presentaron en octubre, tal cual era su
intención en aquellas fechas.
Los
acuerdos tomados en la asamblea de trabajadores siguen estando
absolutamente vigentes, sin que este momentáneo frenazo de la
dirección, motivado por circunstancias ajenas a su voluntad,
desvirtúe (más bien al contrario) la necesidad de la movilización
en defensa de nuestros puestos de trabajo que siguen gravemente
amenazados por mucho que, una vez vista la contundente reacción de
los trabajadores, dicha dirección pretenda hacernos creer que sus
planes son simplemente una primera oferta en la mesa de negociación.
Una vez más, estos individuos sin credibilidad ninguna que han hecho
de la mentira una herramienta habitual en su larga trayectoria de
atropellos a nuestra dignidad personal y profesional pretenden,
inútilmente, tomarnos por tontos de capirote y una vez más, no lo
van a conseguir.
Como
no podía ser menos, sigue vigente el compromiso de los
representantes de los trabajadores de obedecer los acuerdos de la
asamblea en lo referido a seguir denunciando las pretensiones de la
dirección, informar en tiempo y forma de cualquier novedad en este
proceso y someter cualquier decisión a tomar a la consideración de
dicha asamblea.
Para
finalizar, recordamos a todos los compañeros que continúa la guerra
abierta que la dirección declaró a los trabajadores en octubre.
Esta guerra va a ser larga y es mucho lo que nos jugamos en ella, por
lo que tenemos que estar preparados para darla en las mejores
condiciones posibles, sin dejarse atemorizar ni dejarse confundir por
estos funestos personajes que pretenden impunemente seguir llenándose
los bolsillos mientras vacían los nuestros. Aprovechemos esta tregua
para reponer fuerzas y estar preparados para próximas
movilizaciones.
Seguiremos
informando
23
de enero de 2012
Próxima
circular: Situación en Oficinas ¿Liquidación
por Cierre?
P.D.:
HERMANDAD
Al
parecer, algún saltimbanqui directivo pretende utilizar la Asamblea
de la Hermandad como foro para, con la que está cayendo, endosarnos
uno de esos vomitivos discursitos de falso colegueo sobre lo hermoso
que es el quererse y lo bien que les va en los torneos intercajas a
los equipos de tal y tal.
Ante
esta intolerable provocación, llamamos a todos los compañeros a
participar en dicha Asamblea para dar la respuesta adecuada.
Allí estaremos