Dos
años de pelea contra la estafa de los ERES, y seguimos (por la cuenta que nos
trae a todos)
Protestas 23 y 24 octubre 2014
Hace dos años, nos enterábamos por la prensa del plan de
Menéndez para darnos la puntilla final en todo el proceso de liquidación/privatización
de nuestras cajas con la implementación de un ERE brutal e intolerable, tanto
en contenidos como en duración.
Lo mucho sucedido desde entonces es de sobra conocido:
las movilizaciones de atrezzo del sindicalismo del régimen (CCOO y UGT, los
corruptos que liquidaron las cajas y se lucraron con nuestra ruina), su
traición, la firma del primer ERE, la monumental hostia que les dimos con el
recurso de la CSI tumbándolo en la Audiencia Nacional, la siguiente (no la
última, que esa siempre está por llegar) traición posterior con la firma del
segundo ERE por parte de CCOO, UGT y CSIF (uno más en la familia de
vendeobreros), los consiguientes recursos del Comité de Oficinas de Asturias/CSI/CSICA,
la anulación parcial por parte de la Audiencia, los recursos al Supremo, la
deuda de 70 millones de euros del primer ERE, los traslados/despidos
encubiertos, los despidos puros y duros, las patrañas de la dirección y los
sindicatos traidores, la intoxicación desde los medios de comunicación a tanto
el embuste, etc. etc.
En Asturias, a todo esto sumamos las decenas de movilizaciones
para denunciar las estafas de los ERES, la privatización/liquidación y el
saqueo de nuestra caja, la desaparición sin combate de algunos gerifaltes de
CCOO y de UGT, que después de años de sindicalismo atechado, de boicot a las
asambleas de trabajadores y a las movilizaciones ahora se han comido la misma
lengua con las que nos daban lecciones a todos, la reconversión a sindicalistas
más amarillos todavía de los que, desde el consejo de administración y otros
órganos de dirección en nombre de CCOO, eran cómplices absolutos de Menéndez (en
la privatización de la caja, en la liquidación de la mutualidad complementaria,
en la externalización de servicios centrales de Asturias y en lo que hiciera
falta) y por la tarde andaban paseando la banderita roja con el puño en alto,
la reciente confirmación para quien la necesitase (no es nuestro caso,
obviamente) de que la dirección de la caja fue un regalo de un poderoso
sindicalista corrupto a uno de sus subalternos, la pelea continua y permanente
de algunos (más de los que ellos quisieran y menos de los que un día llegaremos
a ser) por cumplir los compromisos que adquirimos ante los compañeros como
sindicalistas y ante nosotros mismos como personas.
Dos años después seguimos en la pelea contra los ERES,
los recortes y los despidos y, mucho más tiempo todavía, seguimos en la lucha
por nuestro futuro, nuestros empleos y nuestra dignidad profesional y personal.
Porque contra estos animales, tirar la toalla no es
una opción.
Porque rendirse significa dar la razón a quienes arruinan
nuestras vidas.
Porque, afortunadamente, no todos los sindicatos y los
sindicalistas somos iguales (y nuestro trabajo nos cuesta).
Porque estamos convencidos que, al final de la
batalla, vamos a ganar los buenos.
Por todo eso y mucho más, seguimos en ello.
25 de octubre de 2014