La mala reputación
“En
mi pueblo, sin pretensión, tengo mala reputación
Haga
lo que haga es siempre igual, todo lo consideran mal”
Versión de Paco Ibañez de la mítica
Mauvaise Reputation de Georges Brassens que cantábamos alegres y confiados en
nuestra ya lejana adolescencia, cuando a nadie se le ocurría imaginar que
llegarían unos tiempos oscuros y aciagos como estos en los que los banqueros y
los especuladores se atreverían a dar lecciones de honestidad y reputación.
La
dirección de Liberbank acaba de remitir a la CNMV el Documento de Registro
Universal dirigido a los inversores, alguno de cuyos contenidos ha sido
recogido por la prensa económica.
Después
de habernos leído este soporífero mamotreto de páginas y páginas de prosa
garbancera y espesa (una vez hecha la digestión, para evitar los vómitos) y una
vez pasadas la resaca y el dolor de cabeza, estamos en disposición de hacer un
pequeño resumen de lo que dice, de lo que no dice y, sobre todo, de lo quiere
decir la alta dirección en ese pestiño de fatigosa lectura.
Como bien señala
la prensa, metidos a estadistas de alto nivel, los directivos de Liberbank
dicen cosas tan ocurrentes y originales como que la incertidumbre generada por
la inestabilidad política en España podría tener un impacto negativo en la
economía del país, de la que depende principalmente el negocio del banco.
¿Qué quieren decir
realmente con esto?
Que la remota posibilidad de que haya un cambio en las
políticas económicas que lleve a la derogación de leyes corruptas y genocidas
como la Reforma Laboral, perjudicaría muy gravemente los intereses de los
especuladores que han tomado posiciones significativas en el banco después de
llegar acuerdos hasta el momento desconocidos, pero fácilmente imaginables con
la cúpula de la entidad.
Hay que tener en cuenta que el mejor negocio que están
haciendo los fondos buitres y el consejo de administración de Liberbank
consiste en recortar, mediante sucesivos y encadenados ERES fraudulentos, los
salarios de los trabajadores.
Sólo con el segundo ERE fraudulento (el primero lo
tumbó la CSI), nos quitaron cuatrocientos millones de euros que, traducido a
acciones de Liberbank nos haría ser, con mucho, los primeros accionistas
(forzosos, obviamente) de la entidad.
En el apartado
dedicado al Consejo de Administración y a la Alta Dirección, el documento
dedica varias páginas a glosar los muchos diplomas y las fulgurantes
trayectorias profesionales de los miembros de ambos ámbitos en un sonrojante
ejercicio de autobombo al que sólo le falta añadir en cada caso, como en el
Tinder, aquello de aspecto: agradable de ver.
Con una
legislación totalmente a su favor y un consejo de administración (entre 5.000 y
7.000 euros por cabeza pensante y reunión compatible con cualquiera otra fuente
de ingreso, no como aquellos parados que cobran 426 euros y no pueden trabajar
en nada más) y una alta dirección tan sobradamente preparados, ¿qué puede ir
mal en Liberbank?
Pueden ir mal
muchas cosas, algunas de ellas recogidas en este documento.
Estamos expuestos a muchos riesgos (casi todos los posibles menos la avispa asiática y
la listerosis) que se reflejan en el documento. Destacando, por la desfachatez
de su descripción, el riesgo reputacional.
¿Cómo explica la dirección de Liberbank el
motivo de que la entidad esté sometida a este riesgo?
Para que no se pueda decir que cegados por
la demagogia y el populismo exageramos las cosas, reproducimos textualmente lo
contenido en este documento público:
Riesgo reputacional
“Actualmente,
debido a los diversos acontecimientos acaecidos en el sector bancario español
en los últimos años, que se han traducido, en otras cuestiones, en diversas
resoluciones judiciales contrarias a las actuaciones llevadas a cabo por
entidades financieras, este riesgo es particularmente relevante para las
entidades financieras y, en particular, para las entidades financieras de tamaño
y número de clientes medio como Liberbank, debido a que la naturaleza del
negocio requiere que se mantenga la confianza de los clientes, inversores,
acreedores y el mercado en general. Asimismo, Liberbank tiene concentrada la
mayor parte de sus clientes en sus Territorios de Origen.
Aunque
el Grupo Liberbank intenta llevar a cabo una política de selección de personal
basada en la honestidad y capacidad de éstos, es inevitable que el Grupo
Liberbank esté afectado por un riesgo reputacional consistente en la eventual
actuación indebida de éstos.
Asimismo,
puede haber factores externos, ajenos al control del Grupo Liberbank, como por
ejemplo actuaciones indebidas de entidades o individuos, o escándalos en el
sector financiero en general, que podrían fomentar la generalización de una
mala imagen o un posicionamiento negativo en la mente de los clientes, de tal
forma que se produzca una pérdida de confianza en Liberbank vinculada a una
pérdida de credibilidad en el sector. Adicionalmente, la reputación del Grupo
puede verse perjudicada en caso de rebajas de la calificación crediticia, si el
Grupo se ve involucrado en litigios o actuaciones supervisoras, diminuciones
significativas en el precio de la acción, o en caso de que opere con clientes
en listas de sanciones, entre otros”
Para mayor desfachatez, en el mismo
documento se señala taxativamente que los
miembros del consejo de administración son
personas de reconocida honorabilidad comercial y profesional. No añaden “al
contario de los trabajadores, a los que se les debe aplicar, salvo prueba en
contrario, la presunción de deshonestidad” pero la intención es clara y
cristalina.
Toda una declaración de principios que
pone de manifiesto la baja consideración que le merecemos a quienes dirigen la
entidad, por si alguien albergaba alguna duda.
Aunque, en nuestro caso, el sentimiento es
mutuo, ¿es de recibo tamaña desfachatez?
A ti, ¿qué te parece?
Imagínate a nosotros.
Más motivos para seguir en la pelea.
9 de septiembre de 2019