09 septiembre 2019

La mala reputación


La mala reputación

“En mi pueblo, sin pretensión, tengo mala reputación

Haga lo que haga es siempre igual, todo lo consideran mal”



Versión de Paco Ibañez de la mítica Mauvaise Reputation de Georges Brassens que cantábamos alegres y confiados en nuestra ya lejana adolescencia, cuando a nadie se le ocurría imaginar que llegarían unos tiempos oscuros y aciagos como estos en los que los banqueros y los especuladores se atreverían a dar lecciones de honestidad y reputación.



La dirección de Liberbank acaba de remitir a la CNMV el Documento de Registro Universal dirigido a los inversores, alguno de cuyos contenidos ha sido recogido por la prensa económica.



Después de habernos leído este soporífero mamotreto de páginas y páginas de prosa garbancera y espesa (una vez hecha la digestión, para evitar los vómitos) y una vez pasadas la resaca y el dolor de cabeza, estamos en disposición de hacer un pequeño resumen de lo que dice, de lo que no dice y, sobre todo, de lo quiere decir la alta dirección en ese pestiño de fatigosa lectura.



Como bien señala la prensa, metidos a estadistas de alto nivel, los directivos de Liberbank dicen cosas tan ocurrentes y originales como que la incertidumbre generada por la inestabilidad política en España podría tener un impacto negativo en la economía del país, de la que depende principalmente el negocio del banco.


¿Qué quieren decir realmente con esto?


Que la remota posibilidad de que haya un cambio en las políticas económicas que lleve a la derogación de leyes corruptas y genocidas como la Reforma Laboral, perjudicaría muy gravemente los intereses de los especuladores que han tomado posiciones significativas en el banco después de llegar acuerdos hasta el momento desconocidos, pero fácilmente imaginables con la cúpula de la entidad.


Hay que tener en cuenta que el mejor negocio que están haciendo los fondos buitres y el consejo de administración de Liberbank consiste en recortar, mediante sucesivos y encadenados ERES fraudulentos, los salarios de los trabajadores.


Sólo con el segundo ERE fraudulento (el primero lo tumbó la CSI), nos quitaron cuatrocientos millones de euros que, traducido a acciones de Liberbank nos haría ser, con mucho, los primeros accionistas (forzosos, obviamente) de la entidad.


En el apartado dedicado al Consejo de Administración y a la Alta Dirección, el documento dedica varias páginas a glosar los muchos diplomas y las fulgurantes trayectorias profesionales de los miembros de ambos ámbitos en un sonrojante ejercicio de autobombo al que sólo le falta añadir en cada caso, como en el Tinder, aquello de aspecto: agradable de ver.


Con una legislación totalmente a su favor y un consejo de administración (entre 5.000 y 7.000 euros por cabeza pensante y reunión compatible con cualquiera otra fuente de ingreso, no como aquellos parados que cobran 426 euros y no pueden trabajar en nada más) y una alta dirección tan sobradamente preparados, ¿qué puede ir mal en Liberbank?


Pueden ir mal muchas cosas, algunas de ellas recogidas en este documento.


Estamos expuestos a muchos riesgos (casi todos los posibles menos la avispa asiática y la listerosis) que se reflejan en el documento. Destacando, por la desfachatez de su descripción, el riesgo reputacional. 


¿Cómo explica la dirección de Liberbank el motivo de que la entidad esté sometida a este riesgo?



Para que no se pueda decir que cegados por la demagogia y el populismo exageramos las cosas, reproducimos textualmente lo contenido en este documento público:



Riesgo reputacional



“Actualmente, debido a los diversos acontecimientos acaecidos en el sector bancario español en los últimos años, que se han traducido, en otras cuestiones, en diversas resoluciones judiciales contrarias a las actuaciones llevadas a cabo por entidades financieras, este riesgo es particularmente relevante para las entidades financieras y, en particular, para las entidades financieras de tamaño y número de clientes medio como Liberbank, debido a que la naturaleza del negocio requiere que se mantenga la confianza de los clientes, inversores, acreedores y el mercado en general. Asimismo, Liberbank tiene concentrada la mayor parte de sus clientes en sus Territorios de Origen.



Aunque el Grupo Liberbank intenta llevar a cabo una política de selección de personal basada en la honestidad y capacidad de éstos, es inevitable que el Grupo Liberbank esté afectado por un riesgo reputacional consistente en la eventual actuación indebida de éstos.



Asimismo, puede haber factores externos, ajenos al control del Grupo Liberbank, como por ejemplo actuaciones indebidas de entidades o individuos, o escándalos en el sector financiero en general, que podrían fomentar la generalización de una mala imagen o un posicionamiento negativo en la mente de los clientes, de tal forma que se produzca una pérdida de confianza en Liberbank vinculada a una pérdida de credibilidad en el sector. Adicionalmente, la reputación del Grupo puede verse perjudicada en caso de rebajas de la calificación crediticia, si el Grupo se ve involucrado en litigios o actuaciones supervisoras, diminuciones significativas en el precio de la acción, o en caso de que opere con clientes en listas de sanciones, entre otros”



Para mayor desfachatez, en el mismo documento se señala taxativamente que los miembros del consejo de administración son personas de reconocida honorabilidad comercial y profesional. No añaden “al contario de los trabajadores, a los que se les debe aplicar, salvo prueba en contrario, la presunción de deshonestidad” pero la intención es clara y cristalina.



Toda una declaración de principios que pone de manifiesto la baja consideración que le merecemos a quienes dirigen la entidad, por si alguien albergaba alguna duda.



Aunque, en nuestro caso, el sentimiento es mutuo, ¿es de recibo tamaña desfachatez?



A ti, ¿qué te parece?



Imagínate a nosotros.



Más motivos para seguir en la pelea.



9 de septiembre de 2019