14 mayo 2012



Más dinero público para regalar nuestras Cajas a la gran banca,
mientras los trabajadores pagamos la crisis que trajeron otros

Continúa el sindiós de las fusiones/privatizaciones

Los responsables (de la crisis) pueden esconderse detrás de todos esos conceptos porque el sistema —ahora sí cabe la palabra— les ha permitido escudarse detrás de decisiones de órganos tales como consejo de administración, inacción del regulador, o autorización más o menos activa de los políticos que deberían haber intervenido en última instancia. Ésta es otra de las fuentes de la indignación, que al final todos se van a ir de rositas. Después del banquete les pasan la factura a quienes nunca estuvieron invitados a participar en él. Y cuando quieren señalar a los culpables resulta que estos se han desvanecido detrás de las más sofisticadas estrategias de encubrimiento. A ellos sí que les pegaría llevar esa máscara que tan célebre ha hecho el grupo Anonimous. ¡Sobre todo por la sonrisa!.
(Banqueros imprudentes, jóvenes desesperados) Fernando Vallespin. El País 10-05-12

Los últimos acontecimientos acaecidos en el turbulento mundo de las finanzas y las presiones del gobierno para que a uña de caballo, varias entidades (entre ellas la nuestra) se fusionen deprisa y corriendo, cuando es público y notorio que ni las actuales fusiones están funcionando ni el crecimiento a cualquier precio resuelve los graves problemas por los que pasa el sector, dibujan un futuro complicado a corto y medio plazo.

Lo que si parece haber quedado meridianamente claro es que el único interés de las actuales cúpulas directivas reside en conservar sus poltronas y sus sustanciosos salarios y camuflar bajo la socorrida crisis (una crisis que, según está peculiar teoría, no tendría responsables, sino que sería algo así como el Anticiclón de las Azores, un fenómeno cuyo origen no tiene ninguna relación con decisiones humanas) unas gestiones manifiestamente mejorables y unas decisiones directivas que han contribuido a llevar a las cajas a la situación actual.

Refiriéndose a lo que nos atañe más directamente, constatamos que al abandono manifiesto al que estamos sometidos por parte de la dirección en lo tocante a algo parecido a una estrategia comercial para afrontar la actual situación se suman una serie de medidas que definen el modelo de gestión que ha elegido nuestro presidente e identifican claramente a quienes vamos a pagar esta crisis a la que nos han llevado años de decisiones erróneas cuyos responsables siguen dirigiendo nuestra entidad. Entre esas medidas, cabe destacar las siguientes:

Recortes salariales (pagas de beneficios de febrero y marzo, objetivos, paga 20 -actualmente paga 18 y media-, sustituciones).

Planes de pensiones cuya necesaria y urgente transformación no se lleva a cabo por falta de voluntad de la dirección.

Plazas de director y subdirector que no se cubren desde las prejubilaciones de agosto de año pasado y marzo de este año, con lo que, aparte de recargar de trabajo y responsabilidades a los compañeros que asumen esas funciones por responsabilidad y compromiso con la caja y nuestros clientes, no se pagan las diferencias salariales que, en su caso, debieran abonarse.

Y todo esto, con el habitual estilo (garrotazo y tentetieso) a que nos tienen habituados nuestros directivos desde muchos años: sin previo aviso, sin negociación y sin justificación alguna.

¿Qué opinas tú: es una Crisis o es un Atraco?
Nosotros, date cuenta

En cuanto a la situación general del sector, al futuro de nuestras entidades y a la lógica preocupación que todos los trabajadores sentimos,  desde la CSI opinamos lo siguiente:

Lo que actualmente está haciendo el gobierno, lejos de ser una nacionalización, consiste, ni más ni menos en utilizar ingentes cantidades de dinero público para preparar la venta (o el regalo más bien) de las cajas, previa liquidación de pufos varios y reducción de plantillas, a la gran banca.

Las fusiones han resultado un absoluto fracaso que no ha solucionado ninguno de los problemas del sector (al contrario, han acumulado dichos problemas hasta dotarlos de unas dimensiones astronómicas) y pretender obligar a entidades como la nuestra que aún no han digerido sus fusiones/absorciones anteriores (véase como ejemplo de lo que no se debe hacer la compra de CCM) a una fusión a toda velocidad va a ser causa de nuevos problemas, más aún si se permite que las actuales cúpulas directivas, cuyo principal interés consiste en salir beneficiadas en el reparto de poder, continúen con sus particulares planes.

La única salida a esta situación, a nuestro modesto entender, consiste en la creación de una banca pública fuerte que funcione en beneficio de la sociedad y no de los especuladores y las élites financieras que sólo buscan su particular beneficio, nacionalizando las entidades en las que se inyecte dinero público y apartando de sus cargos a quienes las dirigen. Es necesario, también a nuestro humilde entender, que se revisen las actuaciones que nos han llevado a esta situación y que se exijan responsabilidades legales a quienes las decidieron y a quienes, desde los consejos de administración y demás órganos de gobierno, aprobaron año tras año la gestión de las cúpulas directivas de las cajas.

De esa banca pública que, más tarde o más temprano, deberá crearse, formaremos parte las cajas de ahorro que ahora estamos inmersas en este oscuro proceso de privatización. No albergamos ninguna duda de que nosotros volveremos a conocer la banca honesta en la que estábamos orgullosos de trabajar. Mientras tanto, nos queda un periodo en que la ofensiva contra nuestros derechos, contra nuestras condiciones laborales y salariales y  contra nuestros empleos por parte de quienes, después de habernos llevado a esta situación pretenden hacernos pagar por sus errores mientras ellos se van de rositas, deberá ser enfrentada por todos nosotros en la convicción de que aquí no sobra ningún trabajador, sólo están de más los directivos.

Desde la CSI,  en ello estamos

14 de mayo de 2012