27 febrero 2013

Participaciones Preferentes y Deuda Subordinada


Participaciones Preferentes 
y Deuda Subordinada

"Primero fue el miedo. Hubo un día en que nos perdieron el miedo. Es difícil de precisar, pero ocurrió, aunque ahora nos quede muy lejos….Nos perdieron el miedo hace muchos años, luego el respeto. Sólo nos queda nuestra capacidad de rebelión, porque la indignación quedó muy atrás y fue muy celebrada por los mismos que la provocaban. " Ni miedo ni respeto. Gregorio Morán

El sospechoso secretismo con que la dirección está abordando el desarrollo del proceso de recapitalización y el plan de viabilidad impuesto por Bruselas hace ya más de dos meses no augura nada bueno para clientes y trabajadores. 

A todo lo que hemos dicho (y lo que, sin ninguna duda seguiremos diciendo) acerca del brutal plan de ajuste que se nos pretende aplicar a los trabajadores, hemos de añadir una situación muy preocupante que la conocida capacidad de nuestra altísima dirección para agraviar a la gente del común y para arrojar gasolina a cualquier incendio está convirtiendo en una bomba de relojería que, en función de la solución que se le dé,  puede resultar letal para el futuro de nuestra entidad y de nuestros puestos de trabajo: las participaciones preferentes y la deuda subordinada.

Al margen de las obvias diferencias entre estos productos, ambos comparten una serie de características que creemos conveniente recordar:

·        Son productos de inversión complejos que, a la luz de lo sucedido, no deberían haber sido comercializados entre nuestra clientela habitual y, sobre todo, no deberían haber sido ofrecidos como alternativa a las imposiciones a plazos fijos, ya que la garantía y la posible liquidez de unos y otros no tienen nada que ver.

·        Las modificaciones del mercado secundario han puesto de manifiesto el riesgo que, en diferente medida, supone este tipo de productos. Es obvia la responsabilidad que le compete a la CNMV y al Banco de España en todo este estropicio, pero esto ni alivia la angustiosa situación de nuestros clientes ni disminuye en nada la responsabilidad de la dirección tanto en el proceso de comercialización como en su negativa a buscar una solución satisfactoria para un asunto en el que nos jugamos el futuro de nuestra entidad.

·        Los trabajadores que comercializaron las participaciones preferentes y la deuda subordinada actuaron con absoluta buena fe, creyendo que este era un buen producto tanto por rentabilidad como por liquidez y buscando ofrecer una opción interesante para los ahorros de personas con las que, además de la relación comercial, existía una mutua confianza conseguida a base de años de buen trato personal y profesional. Como ejemplo de esta buena fe, baste decir que muchos trabajadores y sus familias han invertido en estos productos y ahora se ven tan afectados por la situación como el resto de los clientes.



·        Los clientes que contrataron las participaciones preferentes y la deuda subordinada actuaron igualmente de absoluta buena fe, adquiriendo un producto que ofrecía una rentabilidad razonable y una liquidez prácticamente inmediata, confiando, más allá de los argumentos comerciales concretos, en las personas que se la ofrecían. Estos clientes tienen toda la razón cuando exigen una solución para el secuestro de sus ahorros y cuanto más se tarde en dar satisfacción a esta justa exigencia, peor será para los trabajadores y para el futuro de nuestra entidad, que no puede permitirse el desgaste en credibilidad que nos está suponiendo la actual situación.

A todo este problema de creciente magnitud se suman los rumores (o globos sonda interesados) que señalan la posibilidad de que la dirección vaya a ofrecer el canje de ambos productos, con una quita aún por determinar, por participaciones convertibles en acciones, lo que, a nuestro entender, supondría una intolerable estafa a los ahorros y a la confianza de nuestros clientes. Ya sería el colmo que quienes llevan meses toreando a los afectados con verdades a medias, mentiras descaradas, maniobras propagandísticas varias y derivando sus responsabilidades hacía otro sitio, se financiaran sus sillones en el banco resultante de la privatización de nuestras cajas mediante esta intolerable maniobra de obligar a clientes que buscaban una inversión segura y no especulativa a adquirir acciones u otro tipo de productos sujetos a los vaivenes de la bolsa.

En todo caso, resulta bastante llamativa la diferencia de trato a estos ahorradores (trabajadores, jubilados, pequeños empresarios, nuestra clientela habitual en definitiva) en contraste con el dispensado a los especuladores ligados a la corrupción política y la especulación inmobiliaria (válgase la redundancia), a los que, véase el caso de La Talá, el de Castiello y tantos y tantos otros, se les da la dación en pago sin falta de ponerse en huelga de hambre y se van de rositas mientras nosotros nos tragamos cientos de millones de euros en pelotazos fracasados y  mientras los directivos responsables de este estado de cosas se blindan en sus sillones y/o se prejubilan para dedicarse al gratificante mundo de los consejos de administración.

De que los afectados por esta situación reciban una solución justa y rápida a un problema que no debe seguir enquistándose dependen cosas muy importantes, entre ellas que la tensión que se está viviendo en muchas oficinas no se convierta en un problema mucho mayor que el ya existente.

A esta necesaria solución no ayuda, ni mucho menos, la actitud del presidente de Liberbank que, viéndose obligado por las movilizaciones de la Plataforma de los Afectados por la Preferentes de Cantabria a participar en una reunión para tratar este asunto, hizo gala de una actitud prepotente y amenazadora que, añadida a las obvias mentiras que utilizó como argumentos frente a las reclamaciones de los afectados, no ha hecho más que añadir agravios a una situación que no admite más demoras, ni más disculpas, ni más mentiras.

Como se ve, es relativamente fácil ser tan soberbio cuando se vive en despachos blindados y casas blindadas, con seguridad privada y policía pública a su personal servicio, hablando siempre en círculos de paniaguados a los que se puede tratar como peleles sin ningún problema y sin dar la cara en ningún sitio. El problema es que quienes tenemos que pagar por las decisiones y las actitudes de estos tiranuelos somos quienes trabajamos dando la cara ante los clientes y quienes pretendemos andar por la calle sin que nadie nos pueda acusar de haberles estafado, siendo como somos, trabajadores y clientes, los perjudicados por la gestión absolutamente nefasta del equipo directivo.

Para finalizar y resumiendo, desde la CSI exigimos una solución rápida y satisfactoria para los clientes que han suscrito participaciones preferentes o deuda subordinada y denunciamos la actitud de la dirección de Liberbank que, preocupada solamente por blindarse en sus sillones en vez de asumir su responsabilidad en esta situación y dedicarse a solucionar este asunto, no hace más que añadir incertidumbres y malos presagios a una injusticia que atenta gravemente contra el futuro de nuestra entidad, ya que pone en riesgo nuestra credibilidad y la confianza de nuestros clientes que son imprescindibles para su supervivencia a medio plazo.

Igualmente, consideramos absolutamente legítimas las movilizaciones de los afectados por esta situación ya que, nos consta, se ven obligados a efectuarlas porque quienes tienen la obligación de dar solución a este problema no solamente no cumplen con ella sino que se permiten tratar un tema tan serio como este con una absoluta falta de respeto a las personas afectadas, al igual, por otra parte, que nos tratan a los trabajadores.

Seguiremos informando

26 de febrero 2013

P.D.: ante las consultas de compañeros que, en su calidad de trabajadores y clientes afectados nos manifiestan su temor a ser presionados para aceptar el canje que la dirección, en su caso, quiera proponer, la próxima circular tratará sobre las medidas a tomar frente a presiones, amenazas y sugerencias extorsivas en general. Se titula: “Testigos y Grabaciones. Que no queden impunes quienes nos amenazan”