El próximo jueves, día 16, los dos ERES fraudulentos, a votación en el
Tribunal Supremo
El Tribunal
Supremo ha señalado el 16 de este mes como fecha para votación y fallo de los
recursos sobre los dos Eres, el que padecimos desde junio a diciembre de 2013,
firmado por CCOO y UGT y el actualmente
en vigor hasta julio de 2017 (si la estafa se consolida), firmado por CCOO, UGT
y CSIF.
Como siempre
hacemos, sin prejuzgar el sentido de la Sentencia, queremos aclarar que no
vamos al Tribunal Supremo para que este alto tribunal nos diga si los ERES que
hemos padecido son o no son una estafa. Sabemos de sobra que estamos siendo
víctimas de un atraco intolerable y lo que pretendemos con nuestras demandas es
que el Supremo dictamine que, además de inmoral, dicho atraco es ilegal, con
las consecuencias pertinentes.
Como nos habíamos comprometido a
hacer, ante la gravedad y la falta de justificación de las drásticas e injustas
medidas propuestas e impuestas por la dirección, la CSI ha mantenido una
actitud seria (que no fúnebre), rigurosa y comprometida, tanto en las mesas de
negociación, como en la denuncia pública, en las movilizaciones y en el ámbito jurídico. Hemos defendido de la
mejor manera que hemos sabido y hemos podido, a veces junto con otros
sindicatos y otras veces en solitario, los derechos de todos y cada uno de los
trabajadores de la entidad.
Una actitud
que, en condiciones normales, no sería destacable, ya que es la que se espera
de un sindicalismo decente, pero que hay que resaltar teniendo en cuenta el
grado superlativo de putrefacción del sindicalismo del Régimen en nuestro
sector y en nuestra entidad. Después de las sucesivas traiciones, de las
incontables mentiras y de las corruptelas que son públicas y notorias, resulta
asombroso que CCOO y UGT se permitan el lujo de seguir con sus ridículas
cantinelas acerca de lo mucho que nos defienden y de lo mucho que se enfrentan
a esa dirección de la que son cómplices lacayunos y complacientes.
En todo caso, lo que debe quedar
claro es que, si ahora tenemos alguna opción de que se anulen estos ERES, es
porque algunos sindicatos nos negamos a aceptarlos y tomamos las medidas
pertinentes para intentar que fuesen anulados. En el terreno judicial, desde la
CSI siempre defendimos como estrategia que, cada uno con el planteamiento que
considerase más acertado, todos los sindicatos presentásemos demandas
colectivas y que aquellos trabajadores que quisieran presentasen demandas
individuales, contando con nuestro apoyo y asesoramiento.
En este
sentido la CSI, en base a la experiencia del sindicato en Asturias acerca de
este tipo de situaciones de discriminación sindical por parte de los sindicatos
del Régimen, preparó la demanda
colectiva contra el primer ERE basándola en la violación del derecho
fundamental a la libertad sindical en su vertiente de derecho a la negociación
colectiva. Al ser alegados derechos constitucionales, esta demanda se resolvió
antes de las presentadas por el resto de los sindicatos y, en base a ella, la
Audiencia Nacional anuló dicho ERE.
La victoria que supuso esta
anulación, como siempre dijimos, no pertenece a la CSI, es de todos los
trabajadores, pero, ante algunos intentos de ponerse medallas que no
corresponden o de dárselas de expertos juristas a toro pasado, es conveniente
recordar lo cierto y lo haremos las veces que haga falta.
En el caso
del segundo ERE, actualmente en vigor, solamente CSICA y CSI (a través del
Comité de Oficinas de Asturias, con el voto a favor de la propia CSI y de
CSICA, el voto en contra de STC y UGT y la ausencia de CCOO) presentaron las demandas
contra él que ahora nos permiten que la legalidad o ilegalidad de dicho ERE
fraudulento sea juzgada por el Tribunal Supremo.
En coherencia con lo dicho
anteriormente, lo que pretendemos es que el TS anule también el segundo ERE, tan
injusto y tan poco justificado como el primero, sea atendiendo a lo reclamado
por CSI o a lo reclamado por CSICA, ya que ambos sindicatos hemos cumplido con
la obligación de defender el derecho de todos y cada uno de los compañeros,
frente a la traición de unos y la dejadez como mínimo inexplicable de otros.
En cuanto a
las demandas individuales, desde la CSI se organizó un equipo de trabajo
formado por delegados sindicales y militantes que preparó y presentó decenas de
ellas, cumpliendo con nuestro criterio de no hacer de los conflictos colectivos
un lucrativo negocio para abogados particulares. Lo mismo haremos si fuera necesario a raíz de las sentencias dictadas
por el Tribunal Supremo.
En el
terreno de la movilización y la denuncia pública, desde la CSI seguimos
cumpliendo con lo acordado en las asambleas de trabajadores y seguimos poniendo
nuestro esfuerzo para que quienes han venido aplicándonos una política de
ajustes y recortes absolutamente intolerable no se salgan con la suya
impunemente, tanto en lo hecho hasta ahora como en lo que pretendan seguir
haciendo en ese sentido.
Consideramos
que, como representantes de los compañeros en unos momentos dificilísimos para
todos los trabajadores, estamos obligados a ponerle el cuerpo a esa tarea
necesaria de enfrentarnos a los
atropellos que estamos padeciendo y, en la medida de nuestras posibilidades,
así lo estamos haciendo y así vamos a seguir, por la cuenta que nos trae a
todos.
Cara al
futuro más inmediato, y ante el previsible guirigay que tendrá lugar a partir
del día 16, con la habitual lluvia de comunicados de todo tipo, color y olor
interpretando las sentencias del TS sobre los dos ERES fraudulentos, la CSI
recomienda mucha calma y serenidad.
Por nuestra parte, como hemos hecho
hasta ahora, en cuanto las tengamos, publicaremos las sentencias del TS y toda
la información contrastada y fidedigna en torno a ellas, convocaremos asambleas
de trabajadores para tratar todo lo referido a dichas sentencias y a su
cumplimiento, y, sin adelantar acontecimientos y en caso de que fuera necesario,
organizaríamos un equipo de trabajo para abordar las hipotéticas reclamaciones
colectivas personales que hubieran de realizarse.
Lo dicho,
calma y serenidad. Esperemos que la justicia se imponga y que los trabajadores
nos liberemos de este yugo intolerable del ERE en vigor que esta dirección, con
la complicidad de sus esbirros sindicales, nos impone y esperemos que también
nos tengan que devolver los 70 millones de euros correspondientes al primer
ERE, anulado por la Audiencia Nacional.
En realidad,
algo menos de 70 millones de euros, ya que damos por sentado que, tanto los
delegados de CCOO y UGT (que, por si acaso, una vez firmada la traición,
estaban todos sometidos al menor recorte posible), como algunos jefecillos y
jefezuelos que están de acuerdo con el ERE (mientras sigan siendo jefecillos y
jefezuelos, obviamente, que después llorarán y llorarán) no tendrán la
desfachatez de extender la manita en el hipotético caso de que consiguiésemos
que fuera devuelto el importe estafado en el primer ERE.
En todo
caso, por nuestra parte, a seguir en la pelea por los derechos y por la
dignidad profesional y personal de cada uno.
Seguiremos
informando.
Julio de
2015