09 julio 2015

El próximo jueves, día 16, los dos ERES fraudulentos, a votación en el Tribunal Supremo




El próximo jueves, día 16,  los dos ERES fraudulentos, a votación en el Tribunal Supremo

El Tribunal Supremo ha señalado el 16 de este mes como fecha para votación y fallo de los recursos sobre los dos Eres, el que padecimos desde junio a diciembre de 2013, firmado por CCOO y UGT  y el actualmente en vigor hasta julio de 2017 (si la estafa se consolida), firmado por CCOO, UGT y CSIF.

Como siempre hacemos, sin prejuzgar el sentido de la Sentencia, queremos aclarar que no vamos al Tribunal Supremo para que este alto tribunal nos diga si los ERES que hemos padecido son o no son una estafa. Sabemos de sobra que estamos siendo víctimas de un atraco intolerable y lo que pretendemos con nuestras demandas es que el Supremo dictamine que, además de inmoral, dicho atraco es ilegal, con las consecuencias pertinentes.

Como nos habíamos comprometido a hacer, ante la gravedad y la falta de justificación de las drásticas e injustas medidas propuestas e impuestas por la dirección, la CSI ha mantenido una actitud seria (que no fúnebre), rigurosa y comprometida, tanto en las mesas de negociación, como en la denuncia pública, en las movilizaciones y en  el ámbito jurídico. Hemos defendido de la mejor manera que hemos sabido y hemos podido, a veces junto con otros sindicatos y otras veces en solitario, los derechos de todos y cada uno de los trabajadores de la entidad.

Una actitud que, en condiciones normales, no sería destacable, ya que es la que se espera de un sindicalismo decente, pero que hay que resaltar teniendo en cuenta el grado superlativo de putrefacción del sindicalismo del Régimen en nuestro sector y en nuestra entidad. Después de las sucesivas traiciones, de las incontables mentiras y de las corruptelas que son públicas y notorias, resulta asombroso que CCOO y UGT se permitan el lujo de seguir con sus ridículas cantinelas acerca de lo mucho que nos defienden y de lo mucho que se enfrentan a esa dirección de la que son cómplices lacayunos y complacientes.

En todo caso, lo que debe quedar claro es que, si ahora tenemos alguna opción de que se anulen estos ERES, es porque algunos sindicatos nos negamos a aceptarlos y tomamos las medidas pertinentes para intentar que fuesen anulados. En el terreno judicial, desde la CSI siempre defendimos como estrategia que, cada uno con el planteamiento que considerase más acertado, todos los sindicatos presentásemos demandas colectivas y que aquellos trabajadores que quisieran presentasen demandas individuales, contando con nuestro apoyo y asesoramiento.

En este sentido la CSI, en base a la experiencia del sindicato en Asturias acerca de este tipo de situaciones de discriminación sindical por parte de los sindicatos del Régimen, preparó la  demanda colectiva contra el primer ERE basándola en la violación del derecho fundamental a la libertad sindical en su vertiente de derecho a la negociación colectiva. Al ser alegados derechos constitucionales, esta demanda se resolvió antes de las presentadas por el resto de los sindicatos y, en base a ella, la Audiencia Nacional anuló dicho ERE.

La victoria que supuso esta anulación, como siempre dijimos, no pertenece a la CSI, es de todos los trabajadores, pero, ante algunos intentos de ponerse medallas que no corresponden o de dárselas de expertos juristas a toro pasado, es conveniente recordar lo cierto y lo haremos las veces que haga falta.

En el caso del segundo ERE, actualmente en vigor, solamente CSICA y CSI (a través del Comité de Oficinas de Asturias, con el voto a favor de la propia CSI y de CSICA, el voto en contra de STC y UGT y la ausencia de CCOO) presentaron las demandas contra él que ahora nos permiten que la legalidad o ilegalidad de dicho ERE fraudulento sea juzgada por el Tribunal Supremo.

En coherencia con lo dicho anteriormente, lo que pretendemos es que el TS anule también el segundo ERE, tan injusto y tan poco justificado como el primero, sea atendiendo a lo reclamado por CSI o a lo reclamado por CSICA, ya que ambos sindicatos hemos cumplido con la obligación de defender el derecho de todos y cada uno de los compañeros, frente a la traición de unos y la dejadez como mínimo inexplicable de otros.

En cuanto a las demandas individuales, desde la CSI se organizó un equipo de trabajo formado por delegados sindicales y militantes que preparó y presentó decenas de ellas, cumpliendo con nuestro criterio de no hacer de los conflictos colectivos un lucrativo negocio para abogados particulares. Lo mismo haremos si fuera necesario a raíz de las sentencias dictadas por el Tribunal Supremo.

En el terreno de la movilización y la denuncia pública, desde la CSI seguimos cumpliendo con lo acordado en las asambleas de trabajadores y seguimos poniendo nuestro esfuerzo para que quienes han venido aplicándonos una política de ajustes y recortes absolutamente intolerable no se salgan con la suya impunemente, tanto en lo hecho hasta ahora como en lo que pretendan seguir haciendo en ese sentido.

Consideramos que, como representantes de los compañeros en unos momentos dificilísimos para todos los trabajadores, estamos obligados a ponerle el cuerpo a esa tarea necesaria de enfrentarnos  a los atropellos que estamos padeciendo y, en la medida de nuestras posibilidades, así lo estamos haciendo y así vamos a seguir, por la cuenta que nos trae a todos.

Cara al futuro más inmediato, y ante el previsible guirigay que tendrá lugar a partir del día 16, con la habitual lluvia de comunicados de todo tipo, color y olor interpretando las sentencias del TS sobre los dos ERES fraudulentos, la CSI recomienda mucha calma y serenidad.

Por nuestra parte, como hemos hecho hasta ahora, en cuanto las tengamos, publicaremos las sentencias del TS y toda la información contrastada y fidedigna en torno a ellas, convocaremos asambleas de trabajadores para tratar todo lo referido a dichas sentencias y a su cumplimiento, y, sin adelantar acontecimientos y en caso de que fuera necesario, organizaríamos un equipo de trabajo para abordar las hipotéticas reclamaciones colectivas personales que hubieran de realizarse.
Lo dicho, calma y serenidad. Esperemos que la justicia se imponga y que los trabajadores nos liberemos de este yugo intolerable del ERE en vigor que esta dirección, con la complicidad de sus esbirros sindicales, nos impone y esperemos que también nos tengan que devolver los 70 millones de euros correspondientes al primer ERE, anulado por la Audiencia Nacional.

En realidad, algo menos de 70 millones de euros, ya que damos por sentado que, tanto los delegados de CCOO y UGT (que, por si acaso, una vez firmada la traición, estaban todos sometidos al menor recorte posible), como algunos jefecillos y jefezuelos que están de acuerdo con el ERE (mientras sigan siendo jefecillos y jefezuelos, obviamente, que después llorarán y llorarán) no tendrán la desfachatez de extender la manita en el hipotético caso de que consiguiésemos que fuera devuelto el importe estafado en el primer ERE.

En todo caso, por nuestra parte, a seguir en la pelea por los derechos y por la dignidad profesional y personal de cada uno.

Seguiremos informando.

Julio de 2015