03 septiembre 2010

Por una mesa ... Reunión en Madrid

Por una mesa de negociación en Cajastur/ Aquí no sobra nadie (8)
Reunión en Madrid
“Nos ganamos la vida despidiendo a empleados cuyos jefes
no tienen los cojones necesarios para hacerlo” (Up In The Air)
El próximo lunes tendrá lugar en Madrid la primera reunión de la mesa negociadora para tratar los aspectos laborales de la constitución del S.I.P. en el que nuestra Caja está incluida. Para que tengas información veraz (en tanto que se ajuste a la realidad, según el metalenguaje de la dirección) en tiempo y forma, publicaremos a la mayor brevedad posible la CRÓNICA DE UNA NEGOCIACIÓN en nuestro Blog.
Se va a decidir tu futuro. No esperes a que te cuenten su versión de los hechos (que suele ser la misma, por pura casualidad naturalmente) la prensa del régimen, ni las direcciones centrales de los sindicatos adscritos a la dirección. Infórmate leyendo el blog de la Corriente

csilacaja.blogspot.com
Nomenclaturas filosóficas
Una conversación sobre un despido
Juan José Millás
Un amigo mío, víctima de un despido objetivo, le dijo a su mujer cuando llegó a casa.

-Me han despedido objetivamente.

-¿Quieres decir que estás objetivamente despedido? -preguntó ella un poco estupefacta.

-Creo que sí -respondió él, perplejo.

La esposa se quedó meditando unos segundos, y luego animó a su marido a regresar a la empresa para solicitar ser despedido de forma subjetiva.

-¿Y qué más da que me vaya a la calle de un modo u otro? -preguntó él.

-La subjetividad -respondió ella- te daría por lo menos derecho al cabreo. Contra lo objetivo, ¿qué vas a hacer? Si es de día es de día, no puedes enfadarte por eso. Pero lo subjetivo, entiendo yo, es arbitrario y lo arbitrario jode, amor mío. Te veo hundido, resignado, dócil, y esa es la peor actitud para reincorporarse al mundo del trabajo.

-Es que antes de caer yo cayeron 20 compañeros, o sea, que me fui haciendo a la idea poco a poco.

Tras unos minutos de discusión acerca de las ventajas entre lo subjetivo y lo objetivo, controversia de carácter filosófico que se ha colado de modo sorprendente en la legislación laboral, mi amigo regresó a la empresa se entrevistó con el director de personal y le solicitó que lo despidiera de nuevo, esta vez de forma subjetiva.

-¿Y qué harás si te despido de ese modo? -preguntó el directivo.

-Me cabrearé -dijo mi amigo.

-¿Y qué pasa si te cabreas?

-Pues que a lo mejor me lío a tortas con todo el mundo, empezando por ti.

El director de personal reflexionó durante unos instantes, como evaluando la petición.

-Yo soy un mandado -dijo al fin-, obedezco órdenes de arriba.

-Es lo que yo le decía a mi mujer -respondió mi amigo, que volvió a casa resignado a su condición de despedido objetivo. Aún no le han ofrecido ningún curso.
2 de septiembre de 2010