Registro horario de jornada laboral
El
pasado jueves tuvo lugar la presentación a los representantes de los
trabajadores del sistema de registro horario de la jornada laboral que entrará
en vigor a partir del próximo 1 de enero.
La
implantación de este sistema tendría (nótese el término verbal) como objetivo
el control de las jornadas laborales en un sector en el que la prolongación
fraudulenta (sin retribución y sin cotización a la Seguridad Social) de dichas
jornadas es habitual, público y notorio.
Eso (la implantación de una aplicación destinada a acabar con el fraude en el horario laboral)
podría suceder, obviamente, en empresas donde las relaciones laborales sean
razonables.
Obviamente,
nada que ver con Liberbank.
Sin
ser agoreros ni apostar al cuanto peor, mejor (muy al contrario), nos tememos
que la dirección y/o algunos directivillos de medio pelo pretendan utilizar
este sistema como un nuevo elemento más de presión y de amenaza sobre los
trabajadores.
Por
si valiera como algo más allá de la anécdota, decir que, cuando por parte de la
CSI reprochamos a un representante de la dirección que afirmase, muy suelto de
cuerpo, que este sistema valdría para evitar los retrasos a la entrada del
trabajo (nada dijo de los habituales y generalizados retrasos a la salida), la
respuesta tuvo más de desafío tabernario que de debate acerca de la realidad de
lo que sucede en el día a día en nuestros puestos de trabajo.
Ese
es el nivel.
En
todo caso, de la aplicación más o menos fraudulenta de este sistema por parte
de la dirección dependerá su utilidad real.
Por
nuestra parte, tomaremos las medidas pertinentes para denunciar, en su caso, el
uso indebido de este sistema por parte de dicha dirección.
23
de diciembre de 2019
P.D.:
En
general y, más aún cuando habla de las negociaciones con los sindicatos, la
dirección de Liberbank maneja dos registros distintos: o miente o no dice la
verdad.
En
el caso del sindiós de los diferentes horarios en función de las entidades de
procedencia de los trabajadores, miente descaradamente cuando pretende
achacarnos a los sindicatos este nuevo desastre, fruto de su incapacidad y/o de
su mala fe: la única responsable de que no haya habido ningún proceso de
homologación de condiciones laborales (ni horarios, ni salarios, ni planes de pensiones,
ni nada de nada) desde la creación del banco es, únicamente y exclusivamente,
de la dirección.
Hay
que recordar que en una de esas intervenciones video mediante (estética Bucarest
1977 y ética tal cual) el Consejero Delegado comentó que una homologación no
podría suponer sólo mejoras, sino que tendríamos que estar dispuestos (los
trabajadores, obviamente) a “poner de nuestra parte”.
Por
si acaso, y ante nuestro muy relativo entusiasmo acerca de su teoría de la redistribución
salarial (ajena), el Consejero Delegado se encarga de homologarnos a su manera
e involuntariamente, consigue equiparar lo que pensamos (sea cual sea nuestra
entidad de origen) acerca de su gestión: peor, imposible.
En
todo caso, a seguir en la pelea.
Por
la cuenta que nos trae a todos.