Negociación plan de ajuste:
ante la reunión del próximo 1 de junio
Teniendo
en cuenta el proceso de publicación de circulares habilitado por la empresa
(con un retraso de dos días en la mayoría de los casos) seguimos recomendando
la lectura de nuestro blog, donde, como siempre, informamos en tiempo y forma.
Teniendo en cuenta el barullo y la
confusión interesada que se está generando en torno a las reuniones convocadas
por la dirección en Madrid, desde la CSI
queremos manifestar una serie de cuestiones que, desde nuestro punto de vista,
resultan fundamentales teniendo n cuenta la situación que estamos viviendo:
Mucho
más que un plan de bajas, lo que Liberbank necesita de manera urgente es un
plan de futuro razonable y creíble. Estamos asistiendo, de manera acelerada y sin explicación alguna,
a una reconversión brutal de nuestra entidad, con el cierre de oficinas y la
externalización de Servicios Centrales que, lejos de garantizarnos nada, no
hace más que sembrar dudas sobre el futuro de la entidad y, obviamente, sobre
el de nuestros puestos de trabajo.
Ante este proceso de reconversión, las
preguntas que nos hacemos muchos trabajadores son las siguientes:
¿Para quién trabaja la dirección de
Liberbank (aparte de para sus propios intereses, obviamente)?
¿Con quién ha pactado la brutal
reconversión que está llevando a cabo?
¿Qué entidad se va a quedar con Liberbank?
¿A qué acuerdos han llegado la dirección
de Liberbank y dicha entidad?
¿Cuál es el futuro de lo que hoy es
Liberbank y de nuestros puestos de trabajo?
Es
dentro de ese plan de futuro donde habría que abordar las bajas que ahora se
nos ofrecen y no como un proceso aislado que cada día que pasa se parece más a
un sálvese quien pueda, cuando sin un plan de futuro, una vez más, no se salva
nadie.
Sin ese plan que nos permita confiar en la
permanencia de la entidad (con las transformaciones necesarias), ni tienen
asegurado el futuro los compañeros que permanecen en la entidad ni lo tienen
quienes se acojan a las bajas (recordemos que será Liberbank quien se haga
cargo de los pagos del salario y las cotizaciones a la seguridad social a los
compañeros que se vayan durante un periodo de hasta once años).
Una vez establecida la urgente necesidad
de que los trabajadores conozcamos el alcance real de los planes de la
dirección y centrándonos en las reuniones que se están llevando a cabo en
Madrid, desde la CSI recordamos lo siguiente:
La
dirección ha apostado, una vez más, por constituir una mesa a su medida en la
que se incluye a Banco CCM para contar
con una mayoría sindical afín, cuestión que podría dar lugar a impugnaciones
legales en caso de que se firmase un acuerdo que incluyera medidas lesivas para
los trabajadores (ya sean despidos o cualquier medida que, como en el acuerdo
de prejubilaciones del 2011, deteriorase aún más la situación de los compañeros
que continúen en la entidad)
La
dirección no ha aportado documentación alguna que justifique la necesidad de
esta reconversión y que ponga de manifiesto que no es, una vez más (como en el
caso de los ERES fraudulentos) la antesala de otro nuevo proceso de recortes y
despidos.
La
dirección no ha retirado la amenaza de despidos (medidas traumáticas los llama)
en el caso de no alcanzar su objetivo de bajas voluntarias. Para la CSI, la
retirada de dicha amenaza es cuestión obligatoria para poder abordar cualquier negociación
de este tipo.
La
dirección nos presenta a los sindicatos un modelo de baja incentivada basado en
supuestas excedencias anuales renovables (sin ninguna posibilidad de retorno,
en realidad) por el cual quien se hace cargo del pago de los salarios y las
cotizaciones a la seguridad social es la propia Liberbank (durante un periodo
de más de diez años en algunos casos), sin que dicho pago esté garantizado por una
póliza suscrita con una compañía de seguros. Teniendo en cuenta el historial de
incumplimientos por parte de la dirección, tanto de acuerdos como de sentencias
judiciales, reconocido incluso por los propios sindicatos del Régimen,
consideramos una irresponsabilidad manifiesta la posibilidad de que algún
sindicato firmase un acuerdo de estas características cuyo cumplimiento quedaría,
ante la falta de garantías externas, a la libre voluntad de la dirección de
Liberbank, de la que no nos fiamos en absoluto, por motivos obvios.
En todo caso, si la dirección retirase las amenazas de despido
o de cualquier medida que, como en el acuerdo de prejubilaciones del 2011,
deteriorase aún más la situación de los compañeros que continúen en la
entidad, y se plantearan bajas realmente
voluntarias, la CSI haría como en el proceso similar llevado a cabo el año
pasado: convocar reuniones con los compañeros a los que alcanzase esta oferta, informarles
de las muchas lagunas legales que encontramos en ella, respetando, obviamente,
la voluntad de los compañeros y su decisión de acogerse o no a ellas en base a
su situación personal.
Seguiremos informando.
31
de mayo de 2016