Coronavirus:
continúa la estafa de los PPC
Junto con la nómina de
este mes, la empresa ha abonado los incentivos correspondientes al primer
trimestre de 2020 por “mejores desempeños comerciales”.
En el escrito publicado
en la Intranet para anunciar dicho abono, la propia dirección desliza datos que
demuestran de forma inapelable que el sistema de PPC (Puntos de Productividad
Comercial) es una monumental estafa a los trabajadores y no tiene nada que ver
con ese supuesto “sistema de medición transparente y homogéneo para todos los
empleados” que ” por encima de todo” “refuerza y ensalza el principio de
meritocracia” que la empresa quiere vendernos.
Muy al contrario, a día
de hoy y con la trayectoria de varios años de aplicación, creemos que la
definición del sistema de PPC de Liberbank que mejor se ajusta a la realidad,
es el siguiente:
“Truco
contable muy poco sofisticado por el medio del cual la dirección de Liberbank,
utilizando una ínfima parte de lo que nos descuenta mediante los sucesivos
recortes fraudulentos, pretende que compitamos entre nosotros para que, en el
mejor de los casos, nos devuelva muchísimo menos de los que nos lleva
sustrayendo de forma inmoral (e incluso ilegal) durante años”
Para más regodeo y
contradiciendo abiertamente (qué raro, nosotros que pensábamos que la dirección
de Liberbank, como la Santa Madre Iglesia, no puede engañarse ni engañarnos) lo
que la propia empresa manifestó muy enfáticamente cuando compareció en la
Inspección de Trabajo a raíz de la denuncia de la CSI con motivo de la
implantación de los PPC (“este sistema sólo busca incrementar las
remuneraciones en base a cumplimientos de objetivos comerciales y no puede ser
utilizado para sancionar”), es público y notorio que en sus periódicas campañas
de amedrentamiento, los mandos intermedios no dejan de amenazar con traslados,
despidos y otras plagas bíblicas en base a la posición que se ocupe en el
ranking de cumplimiento.
Las cifras publicadas por
la propia empresa dejan bien claro la distancia sideral entre los teóricos
buenos propósitos de este sistema de PPC y la realidad final:
Entre
un total de 2.308 trabajadores incluidos en él, sólo 38 van a cobrar por el
cumplimiento de estos objetivos (el 1,65%)
La
cantidad global a repartir por este concepto correspondiente al primer
trimestre de 2020, siempre según los datos de la propia empresa, asciende a 19.000 euros.
Teniendo en cuenta que, durante ese trimestre nos han descontado
4,3 millones de euros en base a los recortes fraudulentos actualmente en vigor,
a los que hay que sumar, en el caso de los compañeros ingresados en Cajastur
después del 25 de enero de 1999, el recorte permanente desde su mismo momento
de incorporación, parece obvio que la dirección sigue empeñada en tomarnos por
idiotas una vez más.
Incluso
para los pocos compañeros que van a cobrar, la cantidad (500 euros por todo el
trimestre) no llega a cubrir lo fraudulentamente descontado durante el mismo
periodo.
En la actual situación,
en la que, a las tareas habituales se suman, en el caso de quienes trabajamos
en las oficinas, el incremento de trabajo derivado de las operaciones ICO y de
sus cambiantes y mareantes trámites y la asunción de nuevos roles
(teleoperadores y guardias de seguridad) a sumar a los que ya desempeñábamos,
resulta patético que la dirección pretenda que esta miserable limosna que
nosotros mismos pagamos “sirva de estímulo” para nada que no sea lamentar una
vez más su manifiesta falta de capacidad y su falta de respeto hacia los
trabajadores.
Para que, como
corresponde a estos tiempos, las relaciones laborales en Liberbank comiencen a
enderezar el torcido y desnortado rumbo que llevan desde hace años, más que
persistir en el engaño, como parece que pretende seguir haciendo, la dirección
debe dar pasos que, sin suponer nada más que devolvernos una parte de lo mucho
que se nos quitó injustamente antes de que los jueces les obliguen a ello,
demuestren que hay una voluntad real de dejar de ser una empresa que destaca
por lo nefasto de su ambiente laboral y por las prácticas intolerables en
materia de relaciones con los trabajadores.
Entre las medidas que
deberían llevarse a cabo sin más dilación, reiteramos las siguientes (y que no
nos llamen ilusos porque tengamos una ilusión):
Retirada
inmediata de los recortes fraudulentos actualmente en vigor desde principios de
año, con efectos económicos desde su fecha de implantación.
Cumplimiento
de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que, en base a la
demanda de la CSI, anula la congelación de las bandas salariales de los
compañeros ingresados en Cajastur a partir del 25 de enero de 1.999,
retirando el recurso al Tribunal Supremo basado en una circular firmada por el
representante del Sindicato Amarillo STC en las negociaciones de los últimos
recortes en la que afirmaba, muy suelto de cuerpo, que gracias al ERE en vigor
hasta finales del año pasado que ellos firmaron, los compañeros afectados ya
habían cobrado lo que les correspondía” y se había resuelto el problema de la
congelación de las bandas salariales de los trabajadores ingresados en Cajastur
después del 25 de enero de 1.999. (¿mentira
podrida y manifiesta? Claro, para eso y no para nada más están los redundantes
sindicalistas amarillos del Sindicato Amarillo STC).
En este caso, sin
adelantar el sentido de la resolución del Tribunal Supremo, no está de más
reiterar que la Fiscalía de dicho tribunal ha emitido el preceptivo informe,
volviendo a dar la razón al TSJA, a la CSI y a los trabajadores.
Al parecer, no somos los
únicos que pensamos que ciertas circulares dizquesindicales no tienen más
utilidad que la meramente higiénica (una vez impresas).
A la espera de que, por
una vez y que sirva de precedente, la dirección haga lo que tiene que hacer,
seguimos en la pelea.
Por la cuenta que nos
trae a todos.
1 de junio de 2020
P.D.: la situación en
Nissan, Alcoa y en tantas otras empresas demuestra que esta crisis sanitaria
esta generando una pavorosa crisis económica y social en donde la lucha de los
trabajadores es fundamental para que, no seamos, una vez más, quienes paguemos
injustamente los platos rotos.
La lucha de los
trabajadores de la EHBI y la huelga de hambre que están manteniendo cuatro de
ellos desde hace 20 días en lucha contra los despidos es una demostración de
que rendirse no puede ser una opción.
Ahora menos que nunca.
Este es el tiempo en el
que, al igual que ya se está reivindicando en otros países, debemos exigir que,
tanto la banca como las grandes empresas, tengan 0 euros de beneficios en 2020
y que el trabajo y los derechos de las grandes mayorías estén por encima de la
especulación financiera y la acumulación inmoral de riqueza en manos de unos
pocos.
A ello.