Coronavirus:
la Nueva Normalidad de la dirección de Liberbank es, en realidad, la
Anormalidad Habitual
Los
trabajadores de Oficinas somos desechables
El viernes pasado, cuando
todavía no nos habíamos repuesto del efecto causado por la campaña de cartas amenazantes
distribuidas por los jefes de zona (que abandonaron momentáneamente el
teletrabajo para hacer esa lamentable labor y volvieron inmediatamente a la
seguridad de sus hogares), la dirección publicaba un escrito “Seguimos
avanzando hacia la nueva normalidad” que, por si alguien albergaba alguna duda
(no es nuestro caso) vuelve a incidir en la consideración, entre escasa y nula,
que le merecemos a la alta dirección quienes desarrollamos nuestro trabajo en
las oficinas.
En dicho escrito se
anunciaba la vuelta paulatina al trabajo presencial de muchos de los
trabajadores actualmente en teletrabajo, y se hacía hincapié en la progresiva
incorporación a sus puestos de trabajo de los compañeros de Servicios Centrales
que, según la propia dirección lo harán “en un entorno seguro, dispondrán de
EPI (mascarillas, guantes, geles) que les proporcionará la Entidad y también
tendrán el apoyo en este ámbito de la figura del Gestor de Prevención de
Riesgos Laborales”.
Por la peculiaridad de
nuestro trabajo (en la primera línea del frente) quienes trabajamos en oficinas
tuvimos que efectuar nuestra labor desde los tiempos duros e inciertos del
principio de la pandemia sin posibilidad de disponer de esas seguridades que a
duras penas están siendo efectivas ahora, tres meses después de que comenzase
todo.
Hoy en día, al peligro de
contagio que padecemos se suman las evidentes insuficiencias de la estrategia
de atención al público fijada por la dirección, que nos obliga a trabajar
también de teleoperadores y de guardias de seguridad y que están generando unas
situaciones de tensión, crispación, amenazas verbales y conatos de agresiones
físicas que quienes nos dirigen, desde sus blindados despachos, alejados del
mundanal ruido y de lo que nos pasa en la vida real a la gente real, prefieren
ignorar de manera palmaria.
A esta situación se suma
la desaforada presión para colocar ciertos productos “a como dé lugar” y, ya
para nota (negativa, obviamente, no nos olvidemos que hablamos de Liberbank),
las amonestaciones y amenazas derivadas de actuaciones relacionadas con el
sistema del palo (muy gordo) y la zanahoria envenenada de los Puntos de
Productividad Comercial.
En
breve dedicaremos una circular a la, como mínimo, irregular actuación de la
dirección y del Departamento de Auditoria Interna de Liberbank en torno a este
maloliente asunto, que supone un gravísimo antecedente en la utilización
malintencionada y artera de lo que debería ser un control profesional de las
actividades realizadas en las oficinas en el que, al margen de la opinión que
nos merezca la gestión de nuestros directivos (difícilmente empeorable en
nuestro caso), deberíamos poder confiar como garantía de la realización
correcta de las gestiones y procesos inherentes a nuestro trabajo.
La suma de todas estas
actuaciones sigue poniendo de manifiesto que, también en estos tiempos de la
pandemia, a la dirección de Liberbank los trabajadores de oficinas le merecemos
un respeto más bien escaso y que, por eso mismo, a su desidia y falta de
capacidad habituales les está añadiendo una irresponsabilidad en el tema de la
situación actual de nuestros centros de trabajo que raya en la temeridad
absoluta.
En este mismo escrito,
sin dar solución a ninguno de los graves problemas que padecemos en las
oficinas, y tal vez para rellenar espacio, nos ofrecen una serie de consejos
genéricos y absolutamente prescindibles acerca de la necesidad de cuidar la
salud, a los que sólo les faltan los míticos consejos maternos “tómate el zumo
rápido para que no se le vayan las vitaminas” y “llévate una chaqueta, que por
la noche refresca” (en todo caso, al margen de su utilidad, mucho mejores los
consejos de nuestras madres, que por lo menos están dictados desde el amor que
nos tienen y no desde este permanente tomarnos por idiotas que practica la
dirección de Liberbank).
Resumiendo: la Nueva Normalidad de la dirección de
Liberbank es igualita a la Anormalidad Habitual en la entidad, donde todos
somos iguales, pero unos más iguales que otros.
En todo caso, a seguir en
la pelea por los derechos de todos.
Con más motivos que nunca
después de todo lo que nos está pasando y con el mismo empeño de siempre.
Por la cuenta que nos
trae a todos.
13 de junio de 2020
P.D. : la urgencia de denunciar lo
que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la
última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.
En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el
cuñadismo sindical!