14 junio 2020

Los trabajadores de Oficinas somos desechables


Coronavirus: la Nueva Normalidad de la dirección de Liberbank es, en realidad, la Anormalidad Habitual

Los trabajadores de Oficinas somos desechables

El viernes pasado, cuando todavía no nos habíamos repuesto del efecto causado por la campaña de cartas amenazantes distribuidas por los jefes de zona (que abandonaron momentáneamente el teletrabajo para hacer esa lamentable labor y volvieron inmediatamente a la seguridad de sus hogares), la dirección publicaba un escrito “Seguimos avanzando hacia la nueva normalidad” que, por si alguien albergaba alguna duda (no es nuestro caso) vuelve a incidir en la consideración, entre escasa y nula, que le merecemos a la alta dirección quienes desarrollamos nuestro trabajo en las oficinas.

En dicho escrito se anunciaba la vuelta paulatina al trabajo presencial de muchos de los trabajadores actualmente en teletrabajo, y se hacía hincapié en la progresiva incorporación a sus puestos de trabajo de los compañeros de Servicios Centrales que, según la propia dirección lo harán “en un entorno seguro, dispondrán de EPI (mascarillas, guantes, geles) que les proporcionará la Entidad y también tendrán el apoyo en este ámbito de la figura del Gestor de Prevención de Riesgos Laborales”.

Por la peculiaridad de nuestro trabajo (en la primera línea del frente) quienes trabajamos en oficinas tuvimos que efectuar nuestra labor desde los tiempos duros e inciertos del principio de la pandemia sin posibilidad de disponer de esas seguridades que a duras penas están siendo efectivas ahora, tres meses después de que comenzase todo.

Hoy en día, al peligro de contagio que padecemos se suman las evidentes insuficiencias de la estrategia de atención al público fijada por la dirección, que nos obliga a trabajar también de teleoperadores y de guardias de seguridad y que están generando unas situaciones de tensión, crispación, amenazas verbales y conatos de agresiones físicas que quienes nos dirigen, desde sus blindados despachos, alejados del mundanal ruido y de lo que nos pasa en la vida real a la gente real, prefieren ignorar de manera palmaria.

A esta situación se suma la desaforada presión para colocar ciertos productos “a como dé lugar” y, ya para nota (negativa, obviamente, no nos olvidemos que hablamos de Liberbank), las amonestaciones y amenazas derivadas de actuaciones relacionadas con el sistema del palo (muy gordo) y la zanahoria envenenada de los Puntos de Productividad Comercial.

En breve dedicaremos una circular a la, como mínimo, irregular actuación de la dirección y del Departamento de Auditoria Interna de Liberbank en torno a este maloliente asunto, que supone un gravísimo antecedente en la utilización malintencionada y artera de lo que debería ser un control profesional de las actividades realizadas en las oficinas en el que, al margen de la opinión que nos merezca la gestión de nuestros directivos (difícilmente empeorable en nuestro caso), deberíamos poder confiar como garantía de la realización correcta de las gestiones y procesos inherentes a nuestro trabajo.  

La suma de todas estas actuaciones sigue poniendo de manifiesto que, también en estos tiempos de la pandemia, a la dirección de Liberbank los trabajadores de oficinas le merecemos un respeto más bien escaso y que, por eso mismo, a su desidia y falta de capacidad habituales les está añadiendo una irresponsabilidad en el tema de la situación actual de nuestros centros de trabajo que raya en la temeridad absoluta.

En este mismo escrito, sin dar solución a ninguno de los graves problemas que padecemos en las oficinas, y tal vez para rellenar espacio, nos ofrecen una serie de consejos genéricos y absolutamente prescindibles acerca de la necesidad de cuidar la salud, a los que sólo les faltan los míticos consejos maternos “tómate el zumo rápido para que no se le vayan las vitaminas” y “llévate una chaqueta, que por la noche refresca” (en todo caso, al margen de su utilidad, mucho mejores los consejos de nuestras madres, que por lo menos están dictados desde el amor que nos tienen y no desde este permanente tomarnos por idiotas que practica la dirección de Liberbank).

Resumiendo: la Nueva Normalidad de la dirección de Liberbank es igualita a la Anormalidad Habitual en la entidad, donde todos somos iguales, pero unos más iguales que otros.

En todo caso, a seguir en la pelea por los derechos de todos.

Con más motivos que nunca después de todo lo que nos está pasando y con el mismo empeño de siempre.

Por la cuenta que nos trae a todos.  
 
13 de junio de 2020

P.D. : la urgencia de denunciar lo que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.

En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!