Coronavirus:
intolerable situación en las oficinas
A pocos días para que se
cumplan los tres meses de estado de alarma y las modificaciones consiguientes
en el funcionamiento de nuestra entidad, lo sucedido hoy (la avería de las
impresoras financieras a causa de un problema informático que, al final de la
jornada, no estaba aún resuelto) es la gota que colma el vaso de la situación
en las oficinas que permanecen abiertas, en las cuales, por la falta de
previsión de la dirección y por su conocida irresponsabilidad, los trabajadores
estamos viviendo un situación de tensión y de stress inéditos hasta ahora y
que, incluso para el habitual ambiente tóxico que nos hacen vivir, resulta
difícilmente tolerable.
De chapuza en chapuza,
convirtiendo medidas urgentes en permanentes durante todos estos meses sin
corregir los defectos manifestados tras su puesta en funcionamiento y sin hacer
el mínimo esfuerzo por analizar lo que suponen para los trabajadores,
dejándonos sin ningún tipo de apoyo frente a las situaciones generadas no sólo
por la pandemia sino también por su incapacidad y/o desinterés, la dirección de
Liberbank demuestra una vez más, y ya van demasiadas, que sus puestos (y sus
salarios) les vienen demasiado grandes.
Frente a los discursos
vacíos, grandilocuentes e hipócritas de la alta dirección acerca del gran
equipo que constituimos y nuestra capacidad de resistencia (en eso, hay que
reconocerles algo de razón: llevamos años resistiendo a sus atropellos, sin que
hayan conseguido vencernos ni convencernos) la misma dirección que nos presiona
de manera inclemente para cumplir a como dé lugar los objetivos que a ellos les
interesan, que nos aplica recortes fraudulentos injustos e inmorales una y otra
vez, que intenta que compitamos entre nosotros para conseguir (en muy pocos
casos además, como denunciamos en una circular reciente) que nos devuelvan unas
mísera migajas de lo que nos recortan fraudulentamente, sigue dejándonos a los
pies de los caballos frente a situaciones de tensión difícilmente soportables.
Los trabajadores de
oficinas hemos tenido que asumir desde que se declaró el estado de alarma,
aparte de las tareas habituales (ya pensadas para que sintiéramos la extremada
presión que nuestros directivos opinan que nos merecemos), la labor de
teleoperadores y de guardias de seguridad, de manera permanente, sin que se
reforzara la plantilla de las oficinas en funcionamiento y sin que se buscase
un método que permitiese la rotación de
los trabajadores en activo (cuya salud e
su integridad física y psíquica se está poniendo en grave riesgo), el
descongestionamiento de la atención telefónica y presencial y redujese las
múltiples tensiones a las que nos estamos viendo sometidos y que, en días como
hoy, se agravan por la desidia y la incapacidad de nuestros directivos.
Esta desidia y esta falta
de interés por nuestra situación se demuestra en cosas tan evidentes y tan
fáciles de resolver (si se quisiera) como la chapuza de las pantallas de
metacrilato que, a día de hoy, siguen sin anclarse al mostrador constituyendo
más un riesgo para los trabajadores que un elemento de protección.
Por muy buena voluntad
que pongamos los trabajadores, es imposible apreciar ningún cambio en la
actitud de la dirección del banco, que sólo es rápida y eficaz para aquellas
medidas que añaden tensión o suponen recortes salariales.
Con pandemia o sin ella.
Aparte de lo que aquí
denunciamos, volvemos a recordar que seguimos sometidos a recortes fraudulentos
ininterrumpidamente desde 2013 (y desde 1.999 en Cajastur) y que, en vez de
contarnos mentiras acerca de lo mucho que valora nuestro compromiso, la
dirección tiene que tomar medidas inmediatas y urgentes como las siguientes:
Anulación
de los recortes actuales antes de que (esperemos que se haga justicia) sean
anulados por los tribunales.
Cumplimiento
inmediato de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que, en
base a la demanda de la CSI, anulaba la congelación de las bandas salariales de
los compañeros ingresados en Cajastur después del 25 de enero de 1.999 retirando
el patético recurso que presentó ante el Tribunal Supremo.
Recordamos también que
ese lamentable recurso se basa en una circular dizquesindical, firmada por el
representante del Sindicato Amarillo STC en la mesa de negociación de los
recortes actualmente en vigor, donde se afirmaba que, con el anterior ERE
fraudulento (el que firmó también el Sindicato Amarillo STC en cuanto se
incluyó a su Secretaria General entre los posibles prejubilables) se había
resuelto el problema de los compañeros afectados por dicha congelación
salarial.
Para más INRI este
sindicalista amarillo del Sindicato Amarillo STC (válgase la redundancia y la
repugnancia) intentó, con muy escaso éxito, efectuar su habitual labor de
mamporrero de la dirección en los pasillos de las reuniones en el último
proceso negociador con el peregrino argumento de que “había que firmar algo
ahora para si dentro de un año las cosas van bien, pedir que se suavicen las
medidas” y afirmando que no debíamos alegar que se nos recortaba el salario a
los trabajadores mientras se pagaban dividendos a los especuladores, porque
entonces “los inversores huirían de Liberbank”.
Ya para nota, y batiendo
el habitual grado de cinismo de este tipo de amarillentos personajes, proponía,
en caso de que “dentro de un año” la situación de la entidad mejorase, se
pidiese, además, otras cosas como “la descongelación de las bandas salariales
de los trabajadores ingresados en Cajastur después del 25 de enero de 1.999”,
contradiciendo así lo manifestado en la circular escrita por Recursos Humanos y
firmada por él en la que afirmaba que ese problema ya lo habían resuelto
firmando el anterior ERE fraudulento que combinaba prejubilaciones (como la de
la Secretaria General del Sindicato Amarillo STC) y recortes salariales para
quienes seguíamos trabajando.
Tal vez ni se había
tomado el trabajo de leer las circulares elaboradas por Recursos Humanos y
firmadas por él.
¿Falta de escrúpulos?
¿Falta de memoria?
¿Falta de escrúpulos y
falta de memoria?
Tú, ¿qué opinas?
Imagínate nosotros.
En todo caso, por nuestra
parte, a seguir en la pelea por los derechos y la dignidad profesional y
personal de todos los compañeros.
Como siempre y, en esta
situación, con más motivos que nunca.
10 de junio de 2020
P.D. : la urgencia de denunciar lo
que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la
última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.
En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el
cuñadismo sindical!