Advertencia: Esta
circular contiene escenas de concupiscencia carnal directivosindical, lenguaje
explícito y relaciones económicas contranatura. No apta para menores y para
sindicalistas de piel fina y aterciopelada.
Sobre la imposible
unidad sindical entre quienes se venden y nos venden y quienes ni vendemos a
nuestra gente ni nos vendemos y los problemas de las marionetas sindicales
cuando se les notan demasiado los hilos
Crónica de una
traición anunciada
“Que veamos claramente que toda su palabrería, ese
despilfarro embarullado
de términos
farragosos y de tecnicismos soporíferos se limita a cinco palabras:
os vamos a seguir
jodiendo” La sartén, el mango y el fuego. Maruja
Torres
“En un tren en marcha, nadie es neutral” Howard Zinn
Mientras la Alegre Pandilla de la Privatización se lo sigue llevando calentito (según publica la prensa, el consejo y la alta dirección de Liberbank cobraron 4,47 millones en 2012), los trabajadores contemplamos atónitos como entre los directivos de Liberbank y los directivos de CCOO y UGT (válgase la redundancia y la repugnancia) desarrollan las últimas escenas del guión habitual en eso que ellos llaman negociación cuando realmente se trata de un inmundo pasteleo en el que los beneficiados son los unos y los otros y el pato de la boda resultamos ser nosotros.
Como en todo vodevil que se precie, en esta obra, que aunque por su desarrollo y por la ligereza moral de algunos actores podría parecer una comedia resulta ser más bien un drama por las consecuencias que puede acarrear para los trabajadores, aparece de repente un personaje que tiene un protagonismo esencial para entender el sentido último del espectáculo.
En este caso, quien ha pasado de las bambalinas a la presencia directa en la mesa negociadora (sic) de Madrid ha sido el jefe máximo de CCOO en el sector de Banca que, ante la torpeza demostrada por sus subalternos de Liberbank, ha decidido, con el obvio beneplácito de la dirección, pasar a dirigir desde dentro y no desde afuera como hasta ahora, la actuación de sus muchachos en la aplicación del brutal plan de ajuste que pretenden aplicarnos.
La
actuación de este personaje, que llegó a la dirección máxima del sector de
Banca de CCOO cuando la corrupción de la anterior jefa de lo mismo se hizo tan
evidente que ni las habituales tragaderas de estos estamentos permitieron que
continuase en su puesto, ha sido clave en las actuaciones que han llevado a las
cajas a su actual situación (firmaba acuerdos de cogobierno en Caja Madrid con
el actualmente imputado Miguel Blesa y así les fue a los trabajadores de Caja
Madrid y a la propia entidad, aseguró la complicidad de su sindicato en el
proceso de liquidación/privatización de las Cajas, lo que explica entre otras
cosas, que muy escasas voces sindicales protestasen contra este atraco a mano armada
de colosales dimensiones, dirigió, mano a mano con los abogados carroñeros de
referencia, las negociaciones que llevaron a miles de despidos en Novagalicia y
Bankia,….. en fin, toda una joya del sindicalismo empresarial cuyos servicios
suponemos le serán convenientemente remunerados, a él y a todos sus cómplices).
El
problema que tienen quienes pretenden, a muy última hora, vestir este muñeco
diabólico es que, por la habitual vagancia que les mantiene muy cómodamente
sentados en sus despachos sindicales, han dejado pasar demasiado tiempo (más de
seis meses) y demasiadas oportunidades de hacer algo (véase todas las
movilizaciones que hemos llevado a cabo los trabajadores en Asturias), como
para que ahora, vendiéndonos el mismo pack que vendieron a los trabajadores de
Novagalicia y de Bankia (concentración de delegados, concentración de
trabajadores, huelga, reunión hasta última hora, firma de un acuerdo
impresentable que no se somete a aprobación de los afectados para,
posteriormente, descubrir que la dirección les ha engañado y no respeta el
espíritu del acuerdo), quieran tomarnos por idiotas a los trabajadores
y hacernos comulgar con ruedas de molino.
Es
mucho, demasiado, lo que todos nos jugamos en estos días como para permitirnos
el lujo de mordernos la lengua y callar lo que resulta lamentablemente obvio.
La
disyuntiva que se nos plantea a los representantes de los trabajadores es clara
y no admite termino medio: colaborar en esta componenda o enfrentarla en todos
los terrenos (la denuncia, la movilización y también en los tribunales).
Como
es obvio, la CSI
(y, afortunadamente, en esta pelea no vamos a estar solos) elige la segunda
opción, mientras CCOO y UGT han elegido desde hace tiempo la primera. Por eso,
es imposible la unidad sindical y quienes la hacen imposible son aquellos que han
traicionado a los compañeros en múltiples ocasiones y pretenden seguir
haciéndolo con una falta de escrúpulos asombrosa.
Cada
trabajador debe pararse a reflexionar sobre todo lo que hemos sufrido hasta
ahora y sobre las perspectivas que se nos presentan en caso de que la dirección
consiga llevar a cabo sus intenciones con la complicidad de quienes, en teoría,
deben defender nuestros derechos. Una vez valorados los argumentos de quienes
traicionan y de quienes no estamos dispuestos a hacerlo, cada trabajador debe
elegir de qué lado se posiciona y qué está dispuesto a hacer para defender su
futuro y el de los suyos.
A
falta de la representación final de esta nueva bajada de pantalones, queremos
dejar claras una serie de cuestiones que consideramos fundamentales:
Es totalmente falso que la dirección pretenda adoptar medidas coyunturales para solventar unos supuestos problemas de viabilidad de Liberbank. Manuel Menéndez (el Austero Gestor, Apolítico, Profesional y tal y tal que según él, sólo cobra algo más de mil euros al día) pretende aprovechar los resultados de su nefasta gestión para llevar a cabo los despidos que ya anunció públicamente en su momento e imponer en todo Liberbank el modelo salarial que, desde hace años, está desarrollando en Cajastur: un mínimo consolidado y, a partir de ahí, lo que él diga. En enero de 1999, compró a unos sindicalistas corruptos para aplicar esta teoría en Cajatur y ahora, al parecer, va a hacer lo mismo en Liberbank.
El planteamiento de UGT y CCOO de presentar su propio plan de ajuste alternativo sin ni siquiera disimular un poco haciendo como que examinan la documentación contable entregada, por obligación legal, en la mesa de negociación, es una muestra palpable del nivel de desfachatez a la que han llegado quienes se dedican a administrar los intereses curiosamente coincidentes de la dirección y las cúpulas de sus aparatos sindicales, en vez de defender los derechos de los trabajadores a los que representan.
A pesar de nuestro escaso entusiasmo por las estrategias de UGT y CCOO en Liberbank, no somos tan ingenuos como para pensar que estén dictadas por el convencimiento ni por la fe en las mentiras de la dirección. Para nosotros, detrás de esta manifiesta traición que se está cocinando no hay más que la misma basura que vemos todos los días en muchas empresas: una burocracia sindical que vive (y muy bien, por cierto) instalada en la administración de la crisis, que vende a buen precio su complicidad en los recortes y los despidos, que cobra por firmar ERES y que no tiene ningún empacho en aplicar la reforma laboral de Rajoy a los trabajadores de sus sindicatos y que, en el caso de las Cajas de Ahorros, es la primera interesada en enterrarlas con el menor ruido posible, entre otras cosas, porque la necesaria actuación de la justicia contra los que las saquearon no se quedaría, a nuestro entender, a las puertas de los sindicatos que durante años han sido cómplices activos de todo este modelo de gestión que nos lleva a la situación actual.
Es falso que un acuerdo del estilo del que están cocinando entre unos y otros aporte alguna certeza y alguna estabilidad a nuestra situación como trabajadores. Muy al contrario, aceptar en cualquier medida los falaces argumentos de la dirección acerca de la necesidad de recortar nuestros salarios y de mandarnos al paro temporalmente como medidas imprescindibles para asegurar la viabilidad de la entidad, significa poner las condiciones para que, en breve, la dirección nos comunique que, muy a su pesar y para seguir asegurando la viabilidad de Liberbank, ha de prescindir, con harto dolor de su corazón, de nuestros servicios y, lamentándolo mucho también, ha de calcular la indemnización por despido que nos corresponde en base a nuestros salarios recortados. Por eso a la dirección cualquier acuerdo de este tipo les resuelve la papeleta mientras que a los trabajadores nos pone en la rampa de salida de la empresa hacia el paro y sus consecuencias.
Estos no son momentos para cómodas neutralidades entre quienes hemos sido elegidos para representar a los trabajadores. Tan culpables de nuestra situación futura serán quienes rubriquen alguna traición de este estilo como quienes opten por la sumisión a los intereses de sus cúpulas directivas frente a los derechos de sus compañeros. Hay que posicionarse claramente con todas las consecuencias: o se está, con nombres y apellidos, por la defensa de nuestros empleos y de nuestro futuro o se está con quienes quieren recortar nuestros salarios y preparar nuestros despidos a bajo coste. Que cada delegado sindical elija el campo en el que se coloca y que asuma el resultado de dicha elección. Nosotros ya hemos elegido hace tiempo y estamos dispuestos a pagar el precio.
En
todo caso, hagan lo que hagan en la reunión del día 7 y por mucho que la
desmovilización de los trabajadores forme parte de la negociación paralela que
mantienen directivos de uno y otro pelaje, el día 8 termina el plazo legal
indicado por la Reforma Laboral
para consumar estos atropellos pero, por la cuenta que nos trae a los
trabajadores, no termina esta batalla.
El
mismo día 8 los sindicatos que nos oponemos a este atropello debemos presentar
el Informe de Oposición que la autoridad laboral debe examinar antes de dar de
paso las medidas adoptadas por la dirección. En lo expuesto en ese informe
deben basarse también los recursos legales a presentar ante la Audiencia Nacional.
Por nuestra parte, daremos a conocer a los trabajadores el informe elaborado
por la CSI en el
que ponemos de manifiesto las falsedades manejadas por la dirección para
pretender una imposible justificación de sus intenciones.
Además
de la estrategia judicial que incluye además, las demandas individuales que, a
nuestro entender deberían coordinarse y de las que hablaremos en breve, es
fundamental continuar con las movilizaciones contra los eres, los recortes y
los despidos en Liberbank, la denuncia
del saqueo de nuestras cajas (en la calle y en los tribunales) y la protesta en
todos los lugares contra los cómplices de este atropello. Tenemos, además, que
confluir con todos los que están movilizándose contra este atraco que quieren
llamar crisis, participando con nuestras pancartas y nuestras reclamaciones en
las movilizaciones conjuntas que se están llevando a cabo. No podemos quedarnos
en casa deprimidos por lo que nos sucede ni limitarnos a despotricar frente a
la televisión o en los bares. Debemos movernos para que, tarde o temprano, nos
tengan miedo y nos vuelvan a tener respeto. Por nuestra parte, en ello estamos
y esperamos cada día ser más en la pelea.
Si peleamos podemos ganar, si no
peleamos ya estamos perdidos
A por ellos, que son muy pocos y muy
mala gente
Seguiremos informando
06 de mayo de 2013