En Asturias, continúan las presiones desmedidas
En las oficinas de Asturias, acumulamos años de problemas de salud fruto de situaciones derivadas de asuntos como los ERES, la pandemia y la unificación informática.
Es público y notorio que en los servicios de salud mental del Principado ya se había establecido un perfil de trabajador de banca, con ansiedad y/o depresión al que se le preguntaba, una vez acreditados los síntomas de estas situaciones: ¿Trabaja en Liberbank?
Hoy en día, al grave problema de la falta de personal, que deriva en una sobrecarga de trabajo desbordante y una tensión insufrible, se suma para nuestro relativo asombro (ya las hemos visto de todos los colores) el estilo de dirección, por llamarlo de alguna forma, practicado por algunas jefaturas de zona basado en la presión permanente, los Teams repetitivos, los mensajes insistentes (fuera del horario legal, en ocasiones) y las ocurrencias sin ton ni son (“hay que salir un mínimo de tres horas a visitar clientes” aunque se deje abandonada la oficina).
Un modelo de dirección muy inmaduro y muy poco profesional, que olvida que se está tratando con compañeros y compañeras que llevan años trabajando en situaciones muy duras de falta de medios y de abandono a todos los niveles y a los que no se puede tratar como mulos de carga.
A la luz de estas actuaciones por parte de alguna dirección de zona que no respeta derechos tan necesarios como la conciliación de la vida laboral y personal y que lo único que está consiguiendo es que quienes aguantaron a pie del cañón ERES, pandemia y unificación informática no puedan soportar más esta situación, cabe preguntarse si para acceder a un puesto de ese nivel no se exige una formación específica o, ya para nota, si la empresa no hace un seguimiento de las iniciativas de estos jefes (y jefas) de zona y de las negativas consecuencias de esos estilos de dirección.
Trabajar en una oficina en Asturias no puede suponer un permanente desgaste psíquico derivado de las ocurrencias de quienes confunden su puesto directivo con una patente de corso para hacer y decir lo que quieran sin el respeto debido a quienes, no en los despachos alejados de los clientes, sino en la vida real, tienen que pelear un día a día cada día más exigente.
Esperamos que quienes pueden verse reflejados (o reflejadas) en esta circular y sus superiores jerárquicos no ignoren una situación que debe ser corregida de inmediato, por la cuenta que nos trae a todos.
24 de Abril de 2025
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