¿Qué pasó con la pelea (aún por empezar)
contra la pérdida de poder adquisitivo?
Nos
acercamos al final de año, con una inflación disparada y con nuestros salarios
prácticamente congelados (0,75% de subida este año, después de dos años de
subida 0), sin que, para nuestro muy relativo asombro, las estructuras
sindicales que firmaron este lamentable Convenio Estatal y todos los recortes
habidos y por haber en Cajastur y en Liberbank den señales de vida en una pelea
que resulta urgente para quienes vemos como, mientras se niegan a actualizar
nuestras tablas salariales, las entidades en las que trabajamos declaran cifras
crecientes de beneficios y algunos directivos, como el actual consejero
delegado de Unicaja, tiene la desfachatez de incrementarse el salario un 25%
(de 1.250 a 1.500 euros diarios,
domingos y fiestas de guardar incluidos).
En
este punto, consideramos que los directivos del Banco de España (otros que tal
bailan) deberían establecer un nuevo índice Premium para que se distinga
adecuadamente entre el pobrerío (a los que se nos seguiría referenciando al
IPC) y aquellos seres humanos de altas capacidades e incontables méritos (según
ellos mismos), a los que se les aplicaría el IPCCDU (Índice de Precios al
Consumo del Consejero Delegado de Unicaja).
Una
vez realizado este aporte a la estadística de masas, sin coste adicional
alguno, continuamos en el análisis de la situación en la que nos encontramos
los trabajadores del sector de antiguas Cajas de Ahorros. Y para que no se nos
acuse de demagogos ni de falsear cifras y datos, lo hacemos con las mismas consideraciones
de los sindicatos todofirmantes.
En
octubre, la situación era la siguiente, según manifestaban en la prensa estos
sindicatos:
“Los
trabajadores del sector bancario siguen intentando que las
entidades compensen con subidas salariales una pérdida de poder
adquisitivo derivada de la elevada inflación que cifran
en el 14,8% en los últimos cuatro años.
Ya
han pasado cinco meses desde que los representantes de las plantillas del
sector bancario comenzaron a negociar con las patronales subidas salariales o
compensaciones para enfrentar el exacerbado crecimiento de los precios y su
impacto en la capacidad adquisitiva de los empleados bancarios.
No
en vano, los sindicatos tienen calculado que los trabajadores de los bancos
asociados a la AEB han visto en los últimos cuatro años cómo se minaba
en torno a un 14,8% su poder adquisitivo. Entre 2019 y 2022 sus
sueldos han subido un 1%, mientras que la inflación lo ha hecho en torno a un
15,8%.
Un
impacto de un 14,8% sobre su poder adquisitivo que sería mayor en el caso de
los empleados de las antiguas cajas de ahorro, que en 2022 vieron sus sueldos
subir algo menos, un 0,75%.”
En noviembre, la patronal de
banca pacta un incremento adicional del 3,25 (a sumar al 1,25% estipulado en su
Convenio) para 2023.
Si los propios sindicatos hablaban
de una perdida de poder adquisitivo de 14,8% en los últimos tres años, una
subida total del 4,5% no parece ser como para tirar cohetes, pero peor aún lo
tenemos en las antiguas cajas, donde, de momento, esa subida salarial ni está
ni se le espera.
Y, ya para nota, mucho peor
aún lo tenemos en Unicaja, donde la empresa, con el beneplácito de la mayoría sindical,
ni siquiera tiene pensado cumplir en tiempo y forma el compromiso firmado en el
ERE en vigor para unificar la estructura salarial y homologarla a la de
Unicaja, única oportunidad para, de una vez por todas, liquidar el injusto e
inmoral sistema retributivo impuesto en Cajastur en 1999, gracias a la
impagable (o no tanto) colaboración de unos sindicalistas corruptos, por el
actual Consejero Delegado de Unicaja (el mismo que se sube el sueldo un 25%).
Después de meses de inactividad
de quienes firman todo lo que le conviene a la patronal y luego se desentienden
de las consecuencias de esos acuerdos que avalan una y otra vez, nos preguntamos
si van a convocar movilizaciones para exigir la subida salarial o van a pedírsela
directamente a los Reyes Magos.
Y, en el caso de Unicaja, nos
preguntamos también si van a explicar los motivos por los que admiten sin más
el incumplimiento del ERE que ellos mismos firmaron en la única parte que
podría interesar a quienes seguimos trabajando y, ya para nota, si están dispuestos
a que, al igual que pasó en Liberbank, convivan indefinidamente varias estructuras
salariales distintas para que siga indefinidamente en vigor el acuerdo del 25
de enero de 1999.
Por nuestra parte, a seguir
en la pelea, por los derechos y la dignidad profesional y personal de todos los
compañeros.
12 de diciembre de 2022
P.D.: Después de multitud de avatares entre chuscos y patéticos, el próximo
19 de enero tendrán lugar las Elecciones Sindicales para el Comité de Oficinas
de Asturias.
Un buen momento para evaluar
lo que hemos hecho y lo que vamos a hacer.
Un buen momento también para
distinguir entre las franquicias de los “sindicatos conseguidores” a los que,
por pura aritmética, lo que suceda en Asturias les importa entre muy poco y
nada (y a las pruebas nos remitimos) y el sindicalismo modesto y molesto para
algunos, de la CSI que, desde Asturias, pelea por los derechos de todos y que,
modestia aparte, consigue hermosas victorias para todos (véase, entre otras,
las peleas contra el ERE del 2013 y las medidas unilaterales previas que
permitió su anulación y la devolución de los salarios que nos habían recortado
ilegalmente)
Un buen momento, además,
para recordar que somos el único sindicato al que la empresa no autoriza a
distribuir sus comunicados mediante el correo electrónico interno y para
preguntarse el porqué de esta evidente discriminación.
La respuesta es muy obvia.
Por eso te pedimos que, si
crees que merece la pena que lo que decimos llegue a todos los compañeros, nos
ayudes a distribuir nuestras circulares.
Un pequeño esfuerzo que
merece la pena.