Basado en un hecho
real
Fecha: sábado, 17 de agosto
Hora: 10 de la noche
Lugar: tradicional restaurante zona de El Fontán
(Oviedo)
En dicho restaurante, coinciden en distintas mesas un
altísimo ejecutivo de Cajastur/Liberbank (sí, ese que estás pensando) y un
trabajador de la Caja afectado por el recorte del 60% del salario a raíz de la
componenda entre la dirección y los sindicalistas traidores de CCOO y UGT.
En un momento dado, el
trabajador se acerca a la mesa del ejecutivo y le hace entrega de una botella
de sidra prácticamente vacía indicándole que, con el recorte de salario que le
había practicado el susodicho directivo, no podía invitarle a nada más. Le
entrega también un breve escrito en el que le comentaba la imposibilidad económica
de invitarle a nada más y los motivos de esa imposibilidad, además de
recordarle el lema reivindicativo: “Liberbank: Eres, recortes y despidos para
los directivos”. Previamente, el trabajador había preguntado si le conocía, a
lo que el personaje en cuestión había respondido que no.
Una
vez entregado el obsequio, el trabajador se dispone a marcharse y, cuando está a la altura de la puerta, el directivo le desafía a
que se acerque para “comentarle una cosa”. La cosa que quería comentar era que
“tal mal no estarás, cuando todavía puedes estar aquí”. Obviamente,
partiendo de este nivel, la discusión se va caldeando, tomando parte en ella
los acompañantes del directivo y mostrándose particularmente agresiva la
acompañante de éste que por motivos económicos no muy edificantes ha sido
noticia de prensa hace unas semanas. Después de un vivo debate acerca de los
recortes para unos y la pasta gansa que se llevan otros, seguido con atención
por los clientes que llenaban el local y tras la intervención de los camareros
y el dueño del restaurante, se puso fin a la discusión, no sin que, antes
de ausentarse, el referido ejecutivo se dirigiese por dos veces al trabajador
nombrándole por su nombre y sus dos apellidos (al parecer, ahora sí lo conocía,
mira tú que cosas), y tachándole de imbécil.
Resumen: Después del atraco
al que nos someten a trabajadores, clientes y ciudadanos en general, todavía
van por la vida con esa intolerable prepotencia y se creen que los afectados
nos vamos a morder la lengua a la hora de decirles lo que opinamos de ellos. Craso
error. Al igual que hizo el compañero, sin dejarse provocar ni perder el
control de la situación, es bueno que, vayan donde vayan, les recriminemos su
actitud y les obliguemos a sentir vergüenza (en el hipotético caso de que la
tuvieran, cosa improbable por lo que vemos).
Seguiremos informando.