Continuidad
del consejero delegado, reparto de dividendos y blindaje de directivos
¡Lo que hay que leer!
La
prensa nos deja en estos días varias noticias que, por si alguien tuviera
necesidad (no es nuestro caso, obviamente), revela claramente qué intereses
defienden el consejo de administración, los fondos buitres y el consejero delegado,
cómo con nuestros recortes salariales estamos financiando el inmoral reparto
de dividendos que garantiza (sólo de momento) la permanencia de los especuladores
en el accionariado de Liberbank y de qué manera estos campeones de la
desregulación y el supuesto mercado libre se blindan un tanto
desvergonzadamente en sus puestos directivos mientras utilizan el despido (de
los demás) como arma de amedrentamiento masivo.
El viernes se publicaba que la junta de
accionistas a celebrar a finales de mes aprobará la continuidad del actual
consejero delegado en tan jugoso cargo y el reparto (un tanto indecente en una
entidad que nos lleva sometiendo a recortes salariales desde 2013) de un
dividendo por importe de 22,04 millones de euros.
Evidentemente, la primera parte de la
noticia es consecuencia directa de la segunda, por lo que tal vez, el titular
más exacto sería: “El consejero delegado
de Liberbank compra su continuidad en su puesto con 22,04 millones de euros
procedentes de los recortes salariales que, mediante sucesivos eres
fraudulentos firmados por una mayoría sindical traidora, lleva aplicando a los
trabajadores desde 2013”
Cuando los especuladores presentes en el
accionariado de Liberbank no quisieron aceptar la oferta de Abanca, no fue por
el cariño que le tienen a la entidad ni por el alto concepto que tienen de la
capacidad directiva del consejero delegado sino porque se les ofreció la
posibilidad de conseguir más rentabilidad permaneciendo, de momento, en dicho
accionariado.
Teniendo en cuenta que la política del
consejero delegado, tanto ahora en Liberbank como anteriormente en Cajastur, se
basa en cargar sobre los trabajadores los costes de su gestión ineficaz y
nefasta, no es muy difícil adivinar de dónde pretende sacar el importe de sus
compromisos de pago a los especuladores.
De momento, estos 22 millones de euros
destinados al reparto de dividendos, legal (para eso hacen leyes a medida los
paniaguados del poder financiero) pero rotundamente ilegítimo e inmoral, salen
de los recortes a los que seguimos sometidos en función del ERE fraudulento
actualmente en vigor, firmado por CCOO, UGT, CSIF y el Sindicato Amarillo STC.
El sábado, El País informaba del aumento
del número de directivos que gozan de blindaje en Liberbank, de 11 en 2017 a 26
en 2018, coincidiendo, seguramente por pura casualidad, con el inicio de las
negociaciones para la fusión con Unicaja.
Esta noticia incluía las chiripitiflaúticas
y patéticas explicaciones de la dirección, que demuestran que el papel lo
aguanta todo y que el ridículo no mata.
Al parecer, la contabilidad creativa no se
utiliza solamente a la hora de publicar las cifras de resultados, sino también
en casos como éste, dando resultados tan sorprendentes como que pasar de 11 a
26 ejecutivos con blindaje no supone, según la dirección de Liberbank, un
aumento de las personas protegidas por dicho blindaje.
Ya rizando el rizo de la inventiva, afirman que los blindajes no son
realmente blindajes, sino “una cláusula especial para casos concretos” como si
los blindajes pudieran ser otra cosa que eso mismo. Qué patéticos!
En
el caso del consejero delegado, vuelven cansinamente a presentar su salario de
440.000 euros al año (1.200 euros todos los días del año incluido domingos y
festivos) como un ejemplo de austeridad retributiva y pretenden presentar el
hecho de que su blindaje suponga el importe de una anualidad si decide
extinguir el contrato “en caso de sucesión de empresa en Liberbank o cambio
relevante en la titularidad de la misma o bien es cesado por la sociedad de
forma unilateral sin que medie incumplimiento muy grave y culpable” a la que se
suma otra anualidad por “el pacto de no concurrencia para después de extinguir
el contrato” (o sea, el cobro de 880.000 euros por abandonar la entidad) como
una situación absolutamente normal.
Esta preocupación por blindar su futuro
contrasta vivamente con la alegría sin escrúpulos con la que filtran a la
prensa las cifras de los trabajadores sin blindaje que “sobramos” en este
proyecto de fusión que se suman a los que ya, según ellos, veníamos sobrando desde
la creación de Liberbank.
En todo caso, noticias que clarifican aún
más la situación en la que nos encontramos y que refuerzan nuestra idea de que
a todo alto directivo bancario hay que concederle la presunción de indecencia y
nuestro convencimiento de que solamente la pelea colectiva por nuestros
derechos garantiza la defensa de nuestro futuro y de nuestra dignidad como profesionales
y como personas.
Por nuestra parte, seguimos en ello.
2 de abril de 2019