10 junio 2020

Coronavirus: intolerable situación en las oficinas

Coronavirus: intolerable situación en las oficinas

A pocos días para que se cumplan los tres meses de estado de alarma y las modificaciones consiguientes en el funcionamiento de nuestra entidad, lo sucedido hoy (la avería de las impresoras financieras a causa de un problema informático que, al final de la jornada, no estaba aún resuelto) es la gota que colma el vaso de la situación en las oficinas que permanecen abiertas, en las cuales, por la falta de previsión de la dirección y por su conocida irresponsabilidad, los trabajadores estamos viviendo un situación de tensión y de stress inéditos hasta ahora y que, incluso para el habitual ambiente tóxico que nos hacen vivir, resulta difícilmente tolerable.

De chapuza en chapuza, convirtiendo medidas urgentes en permanentes durante todos estos meses sin corregir los defectos manifestados tras su puesta en funcionamiento y sin hacer el mínimo esfuerzo por analizar lo que suponen para los trabajadores, dejándonos sin ningún tipo de apoyo frente a las situaciones generadas no sólo por la pandemia sino también por su incapacidad y/o desinterés, la dirección de Liberbank demuestra una vez más, y ya van demasiadas, que sus puestos (y sus salarios) les vienen demasiado grandes.

Frente a los discursos vacíos, grandilocuentes e hipócritas de la alta dirección acerca del gran equipo que constituimos y nuestra capacidad de resistencia (en eso, hay que reconocerles algo de razón: llevamos años resistiendo a sus atropellos, sin que hayan conseguido vencernos ni convencernos) la misma dirección que nos presiona de manera inclemente para cumplir a como dé lugar los objetivos que a ellos les interesan, que nos aplica recortes fraudulentos injustos e inmorales una y otra vez, que intenta que compitamos entre nosotros para conseguir (en muy pocos casos además, como denunciamos en una circular reciente) que nos devuelvan unas mísera migajas de lo que nos recortan fraudulentamente, sigue dejándonos a los pies de los caballos frente a situaciones de tensión difícilmente soportables.

Los trabajadores de oficinas hemos tenido que asumir desde que se declaró el estado de alarma, aparte de las tareas habituales (ya pensadas para que sintiéramos la extremada presión que nuestros directivos opinan que nos merecemos), la labor de teleoperadores y de guardias de seguridad, de manera permanente, sin que se reforzara la plantilla de las oficinas en funcionamiento y sin que se buscase un método que permitiese  la rotación de los trabajadores  en activo (cuya salud e su integridad física y psíquica se está poniendo en grave riesgo), el descongestionamiento de la atención telefónica y presencial y redujese las múltiples tensiones a las que nos estamos viendo sometidos y que, en días como hoy, se agravan por la desidia y la incapacidad de nuestros directivos.

Esta desidia y esta falta de interés por nuestra situación se demuestra en cosas tan evidentes y tan fáciles de resolver (si se quisiera) como la chapuza de las pantallas de metacrilato que, a día de hoy, siguen sin anclarse al mostrador constituyendo más un riesgo para los trabajadores que un elemento de protección.

Por muy buena voluntad que pongamos los trabajadores, es imposible apreciar ningún cambio en la actitud de la dirección del banco, que sólo es rápida y eficaz para aquellas medidas que añaden tensión o suponen recortes salariales.

Con pandemia o sin ella.

Aparte de lo que aquí denunciamos, volvemos a recordar que seguimos sometidos a recortes fraudulentos ininterrumpidamente desde 2013 (y desde 1.999 en Cajastur) y que, en vez de contarnos mentiras acerca de lo mucho que valora nuestro compromiso, la dirección tiene que tomar medidas inmediatas y urgentes como las siguientes:

Anulación de los recortes actuales antes de que (esperemos que se haga justicia) sean anulados por los tribunales.

Cumplimiento inmediato de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que, en base a la demanda de la CSI, anulaba la congelación de las bandas salariales de los compañeros ingresados en Cajastur después del 25 de enero de 1.999 retirando el patético recurso que presentó ante el Tribunal Supremo.

Recordamos también que ese lamentable recurso se basa en una circular dizquesindical, firmada por el representante del Sindicato Amarillo STC en la mesa de negociación de los recortes actualmente en vigor, donde se afirmaba que, con el anterior ERE fraudulento (el que firmó también el Sindicato Amarillo STC en cuanto se incluyó a su Secretaria General entre los posibles prejubilables) se había resuelto el problema de los compañeros afectados por dicha congelación salarial.

Para más INRI este sindicalista amarillo del Sindicato Amarillo STC (válgase la redundancia y la repugnancia) intentó, con muy escaso éxito, efectuar su habitual labor de mamporrero de la dirección en los pasillos de las reuniones en el último proceso negociador con el peregrino argumento de que “había que firmar algo ahora para si dentro de un año las cosas van bien, pedir que se suavicen las medidas” y afirmando que no debíamos alegar que se nos recortaba el salario a los trabajadores mientras se pagaban dividendos a los especuladores, porque entonces “los inversores huirían de Liberbank”.

Ya para nota, y batiendo el habitual grado de cinismo de este tipo de amarillentos personajes, proponía, en caso de que “dentro de un año” la situación de la entidad mejorase, se pidiese, además, otras cosas como “la descongelación de las bandas salariales de los trabajadores ingresados en Cajastur después del 25 de enero de 1.999”, contradiciendo así lo manifestado en la circular escrita por Recursos Humanos y firmada por él en la que afirmaba que ese problema ya lo habían resuelto firmando el anterior ERE fraudulento que combinaba prejubilaciones (como la de la Secretaria General del Sindicato Amarillo STC) y recortes salariales para quienes seguíamos trabajando.

Tal vez ni se había tomado el trabajo de leer las circulares elaboradas por Recursos Humanos y firmadas por él.

¿Falta de escrúpulos?

¿Falta de memoria?
 
¿Falta de escrúpulos y falta de memoria?

Tú, ¿qué opinas?

Imagínate nosotros.

En todo caso, por nuestra parte, a seguir en la pelea por los derechos y la dignidad profesional y personal de todos los compañeros.

Como siempre y, en esta situación, con más motivos que nunca.

10 de junio de 2020

P.D. : la urgencia de denunciar lo que nos está pasando retrasa, pero no anula, las necesarias aclaraciones a la última circular amarillenta con más trampas que una película de Fu Manchú.

En breve: Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!