12 agosto 2020

Nada nuevo, pero todo muy desagradable: intolerables amenazas del consejero delegado, movimientos especulativos y saqueo del patrimonio de Cajastur


Nada nuevo, pero todo muy desagradable: intolerables amenazas del consejero delegado, movimientos especulativos y saqueo del patrimonio de Cajastur

La nefasta gestión de la cúpula directiva de Liberbank genera, incluso en pleno verano, un permanente goteo de noticias que, más allá de sus características propias, forman parte de ese nefasto modelo de gestión que venimos sufriendo desde hace años (en Asturias, desde 1.995, año en el que el actual consejero delegado, sin experiencia alguna en el mundo de la banca, llegó a la presidencia de Cajastur apadrinado por José Ángel Fernández Villa, otro referente ético y moral de las cloacas político sindicales asturianas) basado en el palo a los trabajadores y clientes, el pago de favores a costa de nuestros recortes y el despilfarro del patrimonio acumulado durante décadas por Cajastur para beneficio de la oligarquía asturiana y mexicana, los fondos buitres y, suponemos, de algunos personajes no identificados públicamente pero cuya identidad es fácilmente deducible.

En estos últimos días, se están produciendo movimientos especulativos muy intensos en torno a Liberbank, coincidiendo con los rumores acerca de una operación corporativa en la que tomaría parte nuestra entidad. Tanto en estos movimientos como en la ola de rumores, no cabe duda de que el actual consejo de administración tiene una activa participación en defensa no de unos hipotéticos intereses de la entidad, sino en los suyos propios y en los de los diversos grupos especuladores que controlan dicho consejo.

Ante la serie de noticias interesadas publicadas por diversos medios informativos, desde la CSI recomendamos a los compañeros lo mismo que hemos recomendado en similares situaciones que se han dado previamente: calma, tranquilidad y cartuchos al cañón.

Es obvio que, en caso de una hipotética compra/fusión/absorción, sería fundamental, cara al futuro, el relevo inmediato del actual consejero delegado (lo de investigar la privatización y el saqueo de Cajastur, ya sería para nota) que, por lo que a nosotros respecta, hace mucho tiempo que ha demostrado sobradamente su falta de capacidad y su falta de cualquier mínimo liderazgo social imprescindible para ejercer dicho cargo.

En todo caso, pase lo que pase, con fusión o sin ella, aguantando a esta lamentable dirección o con una dirección nueva, lo que garantizamos desde la CSI es lo que, creemos, deberían garantizar todos los sindicatos (¿en un mundo ideal? No nos llaméis ilusos porque tengamos una ilusión): la pelea, como hasta ahora, por los derechos de nuestros compañeros en todos los frentes: en la calle, en las mesas de negociación, en los juzgados….

Por si alguien la necesitaba (no es nuestro caso, obviamente), la última videoconferencia del consejero delegado es una evidente demostración de que, incluso en un sector que no se caracteriza por la altura moral de sus directivos, el caso de Liberbank es una anomalía negativa digna de estudio (para un tratado sobre la sociopatía en las relaciones laborales, por ejemplo).

De esta esperpéntica intervención, resaltamos unos detalles que nos ahorran adjetivos a la hora de definir lo que pensamos acerca de la gestión del consejero delegado:

Con toda la desfachatez del mundo, sigue amenazándonos con duras represalias, despidos colectivos entre ellas, si la Audiencia Nacional tumba los recortes fraudulentos que nos aplicó unilateralmente desde principios de este año, al no conseguir, por vez primera desde hace mucho tiempo, el apoyo de la mayoría sindical para sus planes de ajuste.

O sea que, si la AN dictamina que es ilegal su plan de seguir metiéndonos la mano en el bolsillo a los trabajadores para contribuir a financiar el reparto de dividendos, las dietas del consejo de administración, su escandaloso sueldo (1.220 euros al día, incluidos domingos, festivos y fiestas de guardar), el consejero delegado nos castigará por ello.

Esto apesta a amenaza mafiosa y como tal nos la tomamos.

Con todo el desprecio y sin ningún tipo de miedo, que es un lujo que, a estas alturas, no nos podemos permitir.

Por otro lado, el mismo consejero delegado se permite la lamentable vanagloria de presentarse como un precursor de los ERTES por fuerza mayor relacionados con el Coronavirus e insiste en que su conocida teoría de la austeridad salarial (ajena) consiste, en realidad, en repartir entre todos los esfuerzos y los sacrificios.

Se le olvida, seguramente de forma involuntaria, aclarar que el virus que nos trajo la pandemia que llevamos años sufriendo los trabajadores de lo que ahora es Liberbank, ese virus de la privatización y el saqueo de Cajastur para beneficio de unos pocos y perjuicio de la mayoría tiene mucho que ver con su nefasta gestión (socializar pérdidas y privatizar beneficios) y que, para conocer su grado de participación en esos esfuerzos y esos sacrificios que nos impone con todo gusto a los demás, nos faltan muchos datos económicos que nos gustaría se hicieran públicos, pero que solamente con los que son públicos (su escandaloso salario y la ayuda a la vivienda que percibe) ya queda absolutamente descalificado éticamente para hablar de ese tema.

Otro detalle un tanto insultante de la intervención del consejero delegado es su versión rural de la parábola de la cigarra y la hormiga llevada al terreno de la humilde patata. Después de tanto palabro en inglés de chichinabo para explicar los resultados de la entidad, el consejero delegado desciende a un ejemplo lo más sencillo posible para que incluso gente que considera de escasas entendederas como nosotros podamos entender su estrategia de permanentes recortes fraudulentos a los trabajadores.

Patético intento y falaz argumentación, por cierto, ya que hasta en eso falta a la verdad: quienes hemos sido niños campesinos sabemos de sobra que las patatas no pueden ser conservadas más allá de cierto tiempo prudencial antes de ser consumidas o vueltas a sembrar.

Para finalizar, la entidad anuncia el cierre del Monte de Piedad de Oviedo, aprovechando la venta del edificio histórico enclavado en la plaza de la catedral, construido en 1929 y propiedad de Cajastur durante décadas.

Según la prensa, el edificio se vendió en 2019 por 3 millones de euros a una sociedad que planea convertirlo en un hotel de lujo.

Continúa el saqueo del patrimonio de lo que fue nuestra Caja de Ahorros, convirtiendo lo que fue patrimonio de todos en beneficio privado de unos pocos, sin que, como en otros casos, el de las colecciones de arte, por ejemplo, se aclare dónde está yendo a parar esa riqueza que la dirección de Liberbank administra como si fuera suya, con el silencio cómplice de la Fundación Bancaria Cajastur y de la clase política asturiana, que paga así los muchos favores recibidos.

En todo caso, con más motivos que nunca y con el ánimo de siempre, a seguir en la pelea por los derechos de todos.

Seguiremos informando.

12 de agosto de 2020

En breve:

Las últimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!

Circular que, debido a la incansable actividad parasitaria del Sindicato Amarillo STC y de su reciente maniobra en torno a las cartas que la dirección envió a un grupo de compañeros, tiene que modificar su título:

Ahora será Las penúltimas mentiras del Sindicato Amarillo STC. ¡Qué cansino es el cuñadismo sindical!