24 enero 2018

“Ejecución de sentencia primer ERE fraudulento: incongruencias, verdades a medias y mentiras absolutas del sindicalismo clientelar”



“Ejecución de sentencia primer ERE fraudulento: incongruencias, verdades a medias y mentiras absolutas del sindicalismo clientelar”


Después de más de cuatro años de pelea, dos sentencias favorables a los trabajadores en la Audiencia Nacional (anulación del primer ERE fraudulento y anulación de las medidas unilateralmente impuestas por la dirección previamente a la firma de dicho ERE), confirmadas por sendas resoluciones del Tribunal Supremo, y a la espera de las decisiones que la Audiencia Nacional tome para ejecutar dichas sentencias, estamos asistiendo a la clásica estrategia del sindicalismo del régimen (los tradicionales y los que se fueron sumando a esta cómoda postura sindical a lo largo de todo este proceso) que, tomándonos, una vez más, por tontos de capirote a los trabajadores, ofrecen unas versiones de lo ocurrido hasta ahora cuyo parecido con la realidad es pura coincidencia.

Según las delirantes versiones ofrecidas por este peculiar sindicalismo, la historia sería ésta:

CCOO y UGT firmaron el ERE que sustituía a las medidas unilaterales implantadas por la dirección para salvar nuestros puestos de trabajo, después de llevar a cabo titánicas movilizaciones que obligaron a la dirección a firmar tan modélico acuerdo.

La demanda que tumbó el primer ERE, por discriminar al resto de los sindicatos, fue elaborada por STC, en base a su reconocida experiencia de pelea jurídica y de la otra contra este tipo de atropellos, que se remonta al acuerdo de 25 de enero del 99 en Cajastur.

Bueno, en realidad, en la firma de ese brutal acuerdo, estaban del otro lado, apoyando los brutales e injustificados recortes que siguen padeciendo los compañeros que ingresaron en nuestra caja desde esas fechas y continuaron felices y contentos durante muchos años en aquella UGT que, a ciertos niveles, podía repartir cargos y prebendas, pero no nos pongamos tiquismiquis por una simple cuestión de ubicación en una mesa hace tantos años.

Según STC, a pesar de que fue la CSI la que elaboró y defendió la demanda por violación de derechos fundamentales que tumbó el ERE, el mérito es de ellos y, a pesar de que no se cansaban de repetir que “la demanda de la CSI no tenía sentido” y a pesar de que salieron del juicio bramando contra nuestro sindicato, la medalla le corresponde a STC. Por qué motivo? Porque ellos lo valen.

CSIF, al parecer, también tumbó el primer ERE. Cómo? Ni se sabe, pero no dejemos que la realidad les estropee la autoestima sindical.  

CCOO y UGT, según su versión, no son responsables de la violación del derecho a la negociación colectiva. A pesar de ser condenados junto con la dirección, ellos no tienen ninguna culpa, ya que no sabían que presumir de pastelear un ERE fuera de la mesa de negociación pueda llevar a su anulación, como ocurrió en este caso.

Ellos no hicieron más que cumplir lo que la dirección les ordenó y reclaman el atenuante de la obediencia debida, una vez más. Así son.

Una vez anulado el primer ERE y confirmada la anulación por parte del Tribunal Supremo, había que anular las medidas previas aplicadas unilateralmente por la dirección.

Otra vez más, a pesar de que las sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo señalan que deben ser anuladas porque la dirección no facilitó las cuentas que la CSI exigió en el periodo negociador y a pesar de que todos los recursos de la dirección contra esa anulación cargan una y otra vez contra la CSI y su derecho a exigir dicha documentación contable, en realidad, fue STC (según, con la modestia que les caracteriza, se encarga de propagar STC) quien consiguió la anulación de dichas medidas unilaterales. Cabe pensar que todo se reduce a un error ortográfico y, donde las sentencias y los recursos dicen CSI, deberían decir STC que, como ellos mismos recuerdan una y otra vez, son quienes saben de estas cosas. Así es el cuñadismo sindical.

CCOO y UGT, que retiraron las demandas que habían presentado contra las medidas unilaterales y CSIF, que no la había presentado, dan lecciones sobre cómo y de qué manera habrá que reclamar, en su caso, la devolución de lo descontado en base al ERE fraudulento y en base a estas medidas unilaterales cuya anulación fue necesaria para llegar a la situación actual.

En medio de este festival de la confusión y la tomadura de pelo por parte de quienes poco hicieron para conseguir la anulación del primer ERE y las medidas unilaterales, destaca la utilización de esta situación como gancho para conseguir afiliaciones con el argumento (por llamarlo de alguna manera) de que sólo defienden en los tribunales a quienes previamente se afilien a sus sindicatos.

El asunto es el siguiente:

Cuando se presentan a las elecciones sindicales, piden el voto a todos los trabajadores, no a sus afiliados.

Cuando firman los recortes, los firman para todos los trabajadores (sin consultarles previamente), no sólo para sus afiliados (a los que, por si acaso, tampoco consultan previamente).

Cuando hay que defender a los trabajadores, exigen la afiliación previa (y el pago de las cuotas de un año en algún caso).

Como se puede comprobar, el clientelismo sindical en todo su esplendor.

Por parte de la CSI, en estos momentos de interesada confusión, recordamos lo siguiente:

El derecho a reclamar lo devuelto nace gracias a la anulación del primer ERE y de las medidas unilaterales previas a dicho ERE, no por la voluntad de la dirección ni de los sindicatos firmantes de dicho ERE.

En el largo proceso para conseguir estas anulaciones, desde la CSI hemos intentado ser una herramienta útil para todos los compañeros afectados por estos injustos recortes y para la pelea colectiva contra todos los atropellos que padecemos por parte de una dirección que utiliza su particular versión del palo y la zanahoria, donde, para los trabajadores, sólo queda el palo.

En toda esta pelea, hemos apostado siempre por la unidad de acción con otros sindicatos aunque, en algunos casos, esto nos haya obligado a soportar deslealtades y traiciones por parte de quienes haciendo muy poco, quieren atribuirse todos los éxitos y atribuir a los demás todos los fracasos.   

Como es lógico y como hemos hecho siempre, desde la CSI vamos a hacer todo lo posible para que todos los compañeros recuperen todo lo descontado y será la Audiencia Nacional, en su caso, quien marque los ritmos y las exigencias de esas devoluciones.

Como todos hemos podido comprobar, frente a lo que cínicamente afirman quienes no se cansan de firmar nuestros recortes, lo más sencillo y lo menos trabajoso es firmar los ERES que la dirección propone.

Pelearlos, con esta nefasta reforma laboral que estamos padeciendo y con la permanente complicidad de los sindicatos del régimen, es una tarea cada día más complicada, que nace ya en la mesa de negociación, a donde no se puede ir con las manos en los bolsillos a ver qué dice la dirección y donde hay que mantener una actitud exigente y comprometida, sin dejarse amedrentar por las presiones de la dirección y de sus mariachis sindicales.

En todo caso, esperemos que, más pronto que tarde, podamos dar por finalizada esta larga pelea contra el primer ERE fraudulento con la devolución de lo ilegalmente descontado.

Sea como sea, por nuestra parte, seguimos en esta pelea (y en otras), y a disposición de todos los compañeros en la defensa de sus derechos y en contra de los continuos atropellos de la dirección.

Por la cuenta que nos trae a todos.

24 de enero de 2018