Coronavirus:
videoconferencia del consejero delegado
Más de mes y medio después
de haberse declarado el estado de alarma, el consejero delegado tuvo a bien
perder algunos de sus valiosos minutos (a 1.200 euros el día, haz cálculos)
para dirigirse a los trabajadores en una de esas videoconferencias cuyo fin
último no acabamos de entender, a no ser que el propósito sea cabrearnos aún
más y ratificar que el tóxico modelo de dirección de Liberbank no se deriva en
un error por parte de algunos mandos intermedios y jefecillos con complejo de
inferioridad al trasladar, en forma de presiones y amenazas, las directrices de
la alta dirección, sino que ése es, tal cual, el modelo por el que apuestan
desde muy arriba.
Vistos los antecedentes,
poco cabía esperar de esta nueva intervención del consejero delegado.
Pero, una vez escuchada
esta intervención, queda claro que lo poco que cabía esperar era demasiado.
Palabrería insustancial, desconexión
absoluta de la realidad que vivimos en nuestros trabajos, ausencia total de
empatía, ninguna capacidad de liderazgo…. Lo de siempre.
Una pérdida de tiempo (el
nuestro, sobre todo, que, aunque económicamente no es tan valioso como el del
consejero delegado, lo es mucho más en el sentido de tener muchas cosas mejores
que hacer en nuestras vidas que escuchar estas penosas intervenciones) y una
pérdida total de la oportunidad de enderezar el torcido rumbo de su nefasta
gestión al frente de la entidad.
Puestos a ver, hubiese
sido mucho más interesante haber contemplado las negociaciones con los fondos
buitre y conocer de primera mano las garantías de beneficios y de recortes a
los trabajadores que se les hicieron.
Ya para nota, estaría
bien saber lo que han dicho los especuladores acerca del retraso en el cobro de
dividendos, una vez fracasado el intento de seguir repartiendo dividendos
cuando ya era evidente que, dada la situación generada por la pandemia, no
tocaba hacerlo.
En todo caso, de toda
esta insustancial cháchara nos quedamos como resumen con la “preocupación” del
consejero delegado por nuestra salud y la de nuestras familias.
Sin comentarios (aunque
es fácil deducirlos)
A seguir en la pelea.
Resistiremos.
Al coronavirus.
Y a estos, lo cual tiene
mucho más mérito.
5 de mayo del año de la
peste.