Un convenio colectivo de cinco años de duración que no contempla cláusula de revisión ligada al IPC, una estructura retributiva tóxica procedente de Cajastur que supone la congelación salarial perpetua y una homologación salarial que ya debía de estar en vigor hace mucho tiempo y no acaba de llegar, ¿qué podría salir bien para los trabajadores?
La absorción del abono del paupérrimo 0,25% ligado a los beneficios y contemplado en el Convenio Colectivo en vigor (manifiestamente mejorable, por decirlo de alguna manera educada) a los compañeros ingresados en Cajastur después del 25 de enero de 1.999 vuelve a poner de manifiesto la urgente necesidad de liquidar la vomitiva estructura salarial made in Menéndez (los mandamientos del banquero neoliberal de provincias venido muy a más se resumen en dos: todo para mí, nada para vos)
Como no nos cansaremos de repetir (lo decimos ahora y lo decíamos antes, cuando muchos callaban y no salía gratis exponer la verdad pura y dura) es una absoluta inmoralidad que quien compró a los sindicalistas corruptos que firmaron el acuerdo del 25 de enero de l999 para llevar a cabo su propósito de rebajar los salarios de los trabajadores de Cajastur (por aquello de que la envidia y el complejo de inferioridad son muy malos consejeros) siga cobrando 2.075 euros al día, incluidos domingos, festivos y fiestas de guardar, una vez cesado y, además, tenga pensado llevarse más de un millón de euros cuando se vaya definitivamente.
Pero la dirección de Unicaja debe superar ya la nefasta experiencia de tener un consejero delegado de este ínfimo nivel y debe demostrar, con los hechos, que está dispuesta a avanzar en el camino de ser una sola entidad en todos los territorios, sin que haya Unicaja de primera y Unicaja de segunda.
Una condición imprescindible para ser una sola Unicaja es la homologación salarial: a igual trabajo, igual salario.
La propia dirección ha manifestado que la homologación salarial va a basarse en dos criterios: nadie va a cobrar menos de lo que cobraba y la estructura salarial será de 20,5 pagas al año, lo que supondrá que las subidas salariales y los abonos derivados del convenio estatal dejen de ser absorbidos.
Esta homologación salarial debería, según lo firmado en el ERE de la absorción de Liberbank por Unicaja, haberse llevado a cabo antes del final del año pasado.
Al margen de que deba conseguirse su aplicación con efectos retroactivos de esa fecha, la dirección debe tomar iniciativas ahora, sin escudarse en la podrida herencia de ese cesado consejero delegado que sigue cobrando por intentar perjudicar a Unicaja en todo lo posible y está encantado en alentar más descontento y en empujar a los trabajadores a conflictos que, en estos momentos, sólo a él le interesan.
En breve, veremos qué hacen con la paga de Cajastur ligada a los beneficios que el año pasado fue absorbida parcial o totalmente a los compañeros afectados por esta permanente injusticia.
Desde la CSI hemos insistido, en todas las reuniones de la Comisión de Relaciones Laborales, en que esa paga se abone a todos por igual, sin absorción posterior.
Es obvio que todos los sindicatos estamos de acuerdo en algo tan esencial como eso.
Una vez más, la pelota está en el tejado de la dirección.
De ella depende que avancemos hacía unas relaciones laborales razonables y que dejemos atrás tanta basura y tanto atropello.
Seguimos.
6 de julio de 2023