Entre el despliegue de cartas personalizadas, folletos a todo color, visitas a oficinas y reparto de variado merchandising a que hemos asistido en los últimos días, echamos de menos una explicación entendible de lo que realmente se vota en las próximas elecciones. Esperamos que para subsanar este lapsus sirva esta modesta circular en blanco y negro.
¿Qué elegimos realmente el día 7?
En vista de lo publicado hasta ahora, con promesas de cambio y plataformas de gobierno varias, sería conveniente comenzar aclarando lo que no elegimos el día 7 de mayo.
No elegimos al Presidente de la Caja
No elegimos al Director General
No elegimos al Equipo Directivo
(En el caso de que esa fuese la elección, por nuestra parte estaríamos hablando de botar y no de votar).
En las próximas elecciones, los trabajadores de oficinas vamos a votar a quienes van a defender nuestros derechos en unos momentos en que esta labor no es precisamente sencilla, dado que contamos con una dirección que centra sus esfuerzos en la pelea contra los trabajadores de la Caja, para regocijo de una competencia cada día más agresiva, a la que, por falta de estrategia y liderazgo, se le están regalando espacios y campos de actuación de difícil recuperación.
También elegimos a quienes nos representarán en el caso de una hipotética negociación con la dirección. Decimos hipotética, porque llevamos años en los que, a cualquier reunión con la dirección se le denomina, por aquello de darle más empaque, negociación. Para que pueda hablarse de negociación debería haber una mutua intención de buscar un acuerdo que satisfaga los intereses de ambas partes (dirección y trabajadores) en base a criterios de equidad y, sobre todo, sentido común.
Después de lo que hemos visto en los últimos años, ¿Alguien se cree que la actual dirección tiene el menor interés en negociar algo?. Más aún: ¿No es una irresponsabilidad sindical alentar expectativas de negociación en el momento actual, cuando sabemos sobradamente que esta dirección no va a negociar nada y sólo pretende conseguir la firma sindical para avalar el desarrollo de un modelo de gestión intolerable tanto para los trabajadores como para el futuro de la entidad?.
Como ejemplo de lo pernicioso que puede ser llamar negociación a cualquier cosa y repetir incansablemente esta palabra como si fuera un mantra tibetano a la espera de que su sola invocación resuelva todos los problemas, resulta como mínimo llamativo que, en vísperas de elecciones sindicales, algunos sindicatos se reúnan, cada uno por su lado, con la dirección para “negociar” un acuerdo postconvenio (cuando el Convenio Estatal ya se ha firmado hace 6 meses) y nos comuniquen, unos que ven “buena voluntad” (sic) en la dirección y otros que “no hay avances en la negociación” (¿cuál negociación?).
Por lo que realmente votamos y elegimos el día 7, CSI considera que la acción sindical debe pasar ineludiblemente por explicar a los trabajadores las cosas como realmente son, sin alentar falsas expectativas ni hacer promesas de imposible cumplimiento. Creemos que en estos momentos, los sindicatos debemos establecer una estrategia de resistencia frente a los continuos atropellos que venimos sufriendo, que parta de la denuncia permanente de un modelo de gestión insostenible y que tenga como objetivo además de detener el desarrollo de los Planes de Destrucción Masiva actualmente en marcha que, cuando esta dirección se vaya (cosa que con el esfuerzo de todos va a ocurrir más temprano que tarde), quienes asuman la dirección de la Caja tengan que sentarse a negociar de verdad.
En ello estamos
21 de Abril de 2008