29 abril 2008

¿QUÉ PASA EN LAS OFICINAS? O, MEJOR DICHO, ¿QUÉ NO NOS PASA EN LAS OFICINAS?


En las elecciones del próximo 7 de mayo, los trabajadores de las oficinas de Asturias vamos a elegir a 21 compañeros para que nos representen y para que defiendan nuestros derechos.

CSI considera que toda propuesta electoral y toda petición de voto debe partir de un análisis serio y riguroso de la situación en la que nos encontramos en la actualidad y de los motivos que nos han llevado a dicha situación.

A estas alturas, después de 12 años de sufrir el mismo estilo de dirección (por llamarlo de alguna forma), creemos que ya nadie se hace muchas ilusiones acerca de las intenciones que sobre nuestras condiciones salariales y laborales albergan quienes dirigen (por llamarlo de alguna manera otra vez) la Caja. Sigue más vigente que nunca la circular que bajo el título IN NOMINA VERITAS (Casi todo lo que Quiso Saber Sobre la Evolución de Nuestra Estructura Salarial, Pero Nunca se atrevió a Preguntar) publicó CSI en fecha 26 de Abril de 2005, cuya lectura recomendamos a todos, y sobre todo, a los compañeros ingresados recientemente.

En dicha circular poníamos de manifiesto, con datos fehacientes, lo que estaba suponiendo en materia de retribuciones la aplicación de teorías bastante discutibles que abogan por el recorte salarial (ajeno) como herramienta de eficacia en la gestión. También hacíamos una reflexión, con plena vigencia, sobre la conveniencia de utilizar la gaseosa para este tipo de experimentos, más aún cuando quienes, por la naturaleza de la Caja y su relación con ella, no han invertido ni un solo euro en esta empresa y además proceden de realidades laborales que no pueden permitirse el lujo de darnos, a los trabajadores de la Caja, ninguna lección de productividad, rentabilidad y compromiso con nuestro trabajo. En ese momento, con los datos de 2005, describíamos lo que para los diferentes colectivos de trabajadores de oficinas estaba suponiendo la nueva estructura salarial:

Directores y Subdirectores de Oficina

Sistema de remuneración basado en bandas salariales supuestamente revisables que, a partir de unos supuestos estudios de mercado realizados por unas supuestas consultoras externas, establece un valor mínimo y máximo del puesto de trabajo. Los objetivos se fijan unilateralmente por la empresa en base a desconocidos criterios que no pueden ser discutidos ni rebatidos. Este sistema se aplica en Oficinas a partir de 2001. Los afectados (nunca mejor dicho) todavía recuerdan con estupor las explicaciones acerca de las maravillas del nuevo sistema retributivo que se les dieron en el momento de cambiar el sistema de retribución.

Para este colectivo de trabajadores, el resultado de la gestión de Menéndez ha supuesto una pérdida constante de poder adquisitivo que, dadas las actuales condiciones de arbitrariedad y de falta de transparencia, debe ser calculada por cada uno de los afectados en base al incremento de IPC de estos años (ver tabla existente en Boletines de Departamento-Planificación).

Trabajadores ingresados antes del 25-01-99

A partir de enero del 99, los complementos salariales propios de la Caja correspondientes a cada categoría laboral pasan a convertirse en complementos personales cuya congelación ha sido un objetivo prioritario de la política retributiva del Presidente.

La congelación efectiva de estos complementos desde el año 2001 ha supuesto un 13% de pérdida de poder adquisitivo en dichos complementos, que traspuesto al total del salario, supone un 5,25% de pérdida de dicho poder adquisitivo.

Trabajadores ingresados después del 25-01-99

Estos compañeros son los grandes perjudicados de la gestión de Menéndez, tanto en un primer momento como en las perspectivas de desarrollo futuro a nivel retributivo y profesional. Seis años después de su ingreso en la Caja, están percibiendo un 10% menos de salario anual real que quienes estaban en la misma situación hace 10 años (cuando Menéndez accedió a la Presidencia de la Caja). Teniendo en cuenta la subida del IPC en estos años, este colectivo de trabajadores ha sufrido una pérdida de un 45% del poder adquisitivo que se derivaba de la anterior estructura salarial. Esta rebaja salarial, unida al aumento del coste de la vivienda, ha dado como resultado que, por primera vez en muchos años, un colectivo de trabajadores de la Caja tenga cada día más dificultades para adquirir una vivienda digna, tanto por su límite de endeudamiento como por su capacidad de amortización.

La inexistencia, después de transcurridos 6 años de su ingreso en la Caja, de un modelo de carrera profesional que permita a este colectivo de trabajadores algún tipo de mejora en su situación laboral y salarial demuestra que, una vez conseguido el recorte en los sueldos (que era lo que se pretendía), las teóricas buenas intenciones de la Dirección suscritas en este y otros acuerdos han pasado a mejor vida.”

Si esto era cierto en 2005, el transcurso de estos tres años no ha hecho más que incrementar la injustificable pérdida de poder adquisitivo en tiempos de beneficios record que estamos sufriendo todos nosotros. Sobre pagas variables, pagucas y otros donativos que nos hacen con una pequeña parte de los recortes salariales en un vano intento de conseguir alguna despistada adhesión, hemos escrito varias circulares a las que, para no hacer demasiado extensa esta circular, nos remitimos.

Junto con este cambio de estructura salarial hemos venido sufriendo la implantación de un modelo de niveles que define bien a las claras el bajo concepto que de nuestro trabajo tienen quienes, para desgracia de todos, dirigen esta empresa. Hasta el 25.01.99, cualquiera de nosotros tenía derecho al desarrollo de una carrera profesional que, por antigüedad o por superar procesos de promoción abiertos a todos, permitía una progresión que acababa en la consecución de la categoría de Oficial Superior o, en su caso, la de Oficial I. Podríamos extendernos acerca de lo que significaba esta situación, pero nada mejor que echar mano de la sabiduría popular que decía “ De la mar el mero y de la Caja el Oficial Primero”.

Antes del 25.01.99, fuera cual fuera nuestro puesto de trabajo (en ventanilla, en atención personalizada, como subdirector o como director) todos podíamos consolidar una categoría salarial digna a lo largo de los años y ninguno teníamos motivos para pensar que nuestro trabajo se consideraba “de segunda”. En la actualidad, sobre un total de 7 niveles, un Gestor Operativo Comercial tiene asignado nivel 3, un Gestor Comercial nivel 4, un Gestor de Particulares nivel 5 y un Gestor de Empresas nivel 6. Por ejemplo, si estás en ventanilla, en un día como hoy, después de trabajar duramente pagando pensiones, recogiendo y rectificando borradores de IRPF, cobrando impuestos, arreglando todo tipo de entuertos derivados de la política comercial “Duro Con Ellos” implantada por la dirección, intentando explicar que los fallos de Infocaja son “incidencias en la mejora del servicio”, procurando que la propaganda de Alonso que se acumula en atriles y mostradores no le caiga encima y le produzca diversos politraumatismos a ningún cliente, etc., etc. puedes permitirte, después de cuadrar, unos segundos de reflexión acerca de lo moralmente intolerable que resulta que, según el actual sistema, tu trabajo (o sea, tú como trabajador) no vale ni la mitad, 3/7 para ser exactos, de lo que se considera óptimo. El resto de quienes trabajamos en las Oficinas podemos aplicarnos la proporción correspondiente al nivel que se nos ha asignado. En cuanto a Directores y Subdirectores, que no están en el sistema de niveles, pueden analizar desde esta perspectiva la congelación de sus salarios y la curiosa circunstancia de que el sueldo que percibe siempre es superior a lo que determina la Dirección y sus Bandas que vale realmente el trabajo que realiza.


A todo esto hay que añadir el desgaste que nos ha supuesto situaciones laborales de brutal acumulación de tareas, sea por motivos externos a la Caja, como la implantación del Euro, sea por decisiones de la dirección, como el desastre de Infocaja, las campañas de colocación a calzador de tarjetas, el empeño en convertirnos en una sucursal de Hacienda sin ampliación de plantilla durante el periodo de la declaración de IRPF, los experimentos en materia de Reducción a la Mínima Presencia del Personal en Oficinas a Mayor Gloria de la Cuenta de Resultados y la Propaganda en la Prensa del Movimiento, la represión generalizada con ceses de Directores y Subdirectores y los traslados a 25 kilómetros y la última cacería de Gestores de Particulares, los expedientes disciplinarios por motivos ridículos, la intención permanente y deliberada de generar un clima de miedo, división y enfrentamiento entre quienes trabajamos en las Oficinas, el desprecio permanente a lo que somos como trabajadores y personas.

Han sido años duros, muy duros. No ha sido fácil trabajar todos y cada uno de estos días sabiendo que nuestros peores enemigos están adentro y muy arriba. No es sencillo correr este maratón frente a una competencia cada día más agresiva llevando sobre los hombros un pesado lastre de incompetencia directiva. Pero, a pesar de todo, los trabajadores de la Caja seguimos de pie y, por mucho que se empeñen, no vamos a venir a trabajar de rodillas. Ni nos han vencido, ni nos han convencido.

Por todo esto, CSI considera necesaria una actividad sindical basada en el análisis riguroso y crítico de una gestión cuyos resultados, según sabemos sobradamente como trabajadores de la Caja, ofrecen muchas más sombras que luces; un sindicalismo que no responda a los intereses de ningún grupo de poder interno o externo; una estrategia sindical, organizada y sostenida en el tiempo, de resistencia al deterioro de nuestras condiciones laborales y salariales y de denuncia permanente de los atropellos a nuestra dignidad profesional y personal.

En ello estamos

29 de abril de 2008