03 junio 2008

INTERVENCIÓN DE CSI EN LA ASAMBLEA GENERAL DE LA CAJA


Esta Asamblea General de la Caja presenta una importante novedad respecto a las celebradas en los últimos años: la crisis económica que venía incubándose ya se empieza a manifestar en toda su crudeza y por lo tanto, no parece procedente que, como en ejercicios pasados, cualquier crítica a la gestión del equipo directivo sea sepultada, como anteriormente ocurría, con una avalancha de cifras de beneficios oportunamente publicitada en la prensa regional.

En este momento, asistimos a una crisis de carácter mundial, cuya magnitud y duración no puede ser predecida por nadie y que afecta y va a seguir afectando a nuestra Caja. Pero la crisis no puede ser utilizada como antes lo fueron los beneficios para impedir que se pongan de manifiesto las críticas a la gestión del equipo directivo de la Caja, porque del acierto o el error en la toma de decisiones estratégicas va a depender desde qué posición de fortaleza podemos afrontar esta crisis y cuál va a ser nuestro margen de maniobra ante las turbulencias económicas que nos esperan.

Y por eso, entrando en detalle, sería bueno saber si la decisión de acometer una estrategia de expansión desorbitada en el momento en que la burbuja inmobiliaria ya daba síntomas de estar agotándose nos va a traer serios problemas o, si por el contrario, se sigue manteniendo esa curiosa teoría de que es la red de expansión la que está aportadoen gran medida los beneficios que genera nuestra Caja, sin aclarar que gracias a los beneficios generados aquí en Asturias se pudo acometer esta aventura expansionista de incierto resultado. ¿Sigue manteniendose como en asambleas anteriores que la red de expansión es una óptima estrategía de crecimiento? ¿Es posible que la crisis inmobiliaria afecte a las Cajas que tienen su raíz en esas regiones y no nos afecte a nosotros que somos los últimos en llegar a ese mercado? ¿No nos afecta el incremento de morosidad registrado en zonas donde hemos realizado dicha expansión en una época en la que los precios de los inmuebles ya estaban claramente sobredimensionados respecto a su valor real?.

Con ser la estrategía de expansión uno de los motivos de preocupación más acuciante, hay otras iniciativas que criticamos en su momento y que, hoy en día, consideramos que no aportan nada a la necesaria fortaleza de la Caja en este periodo de crisis, más bien al contrario. Veamos algunos ejemplos:

Liberta. Definida como un servicio dirigido a particulares y grupos familiares que, por su volumen de ingresos o nivel de patrimonio mobiliario, precisan de una gestión más especializada. ¿Ha conseguido un incremento significativo de clientes de este segmento a base de arrebatárselos a otras entidades o más bien, se ha generado unas cifras de negocio artificiales a base de arrebatar a las propias oficinas de la Caja los clientes de este perfil?

Banco de agentes (también llamado Banco Liberta). ¿Sigue, como en ejercicios anteriores generando beneficios un banco sin ningún cliente en el que hemos invertido decenas de millones de euros?.

Externalización del servicio informático. ¿Todavía no podemos saber cuál será el plazo final del desarrollo de Infocaja? ¿El retraso acumulado de varios años sobre los plazos previstos y de un número desconocido de millones de euros sobre el presupuesto inicial no tiene ningún responsable? ¿Se va a exigir a la multinacional Accenture algún tipo de responsabilidad económica por esta desviación en plazos y en presupuestos? ¿Esto también es culpa de la crisis de las hipotecas subprime en los EEUU? ¿Sigue considerándose una decisión acertada el cierre del CPD de la Caja para poner en manos de Accenture nuestros desarrollos informáticos?.
Nadie puede negar la existencia de una crisis real y nadie puede negar tampoco que para gestionar esa crisis, la Caja necesita una plantilla cohesionada y motivada, que haga lo que siempre se consideró la marca de la casa: ser en todos los pueblos y en todos los barrios la imagen de eficiacia en el servicio a nuestros clientes. Necesita por tanto, un equipo directivo que lleve acabo una gestión de recursos humanos dirigida en ese sentido: cohesionar y motivar a la plantilla con un proyecto de Caja creible y asumible y con la puesta en valor de un capital humano cuya importancia es fundamental en estos momentos.

A las situaciones que todos los sindicatos denunciabamos en anteriores asambleas y a las que no se han dado respuesta positiva alguna (ceses y traslados de directores e interventores con años de servicio a la entidad por el sólo motivo de haber participado en las pasadas movilizaciones, la utilización torticera de la movilidad geográfica hasta 25 kilómetros reconocida por el Convenio Colectivo como herramienta de castigo, por ejemplo), se suma el reciente cese injustificado de más de 40 gestores de particulares, una decisón intolerable que se suma a una lista ya demasiado larga y que no hace más que poner de relieve la urgente necesidad de un cambio en el equipo directivo, que, según nuestra opinión, ni era válido en los tiempos de los grandes beneficios ni, mucho menos, lo es ahora.

Mientras los trabajadores de la Caja reciben este trato inmerecido, la suma de las retribuciones del denominado personal clave (el Presidente, el Director general y once directores de area), se incrementaba durante el ejercicio pasado en un 11,93 %, llegando a suponer una cifra global de 2.439.000 euros (405.815.000 pts.), o sea una media por persona de 187.600 euros (31.216.000 pts.). Parece que como en todos los aspectos de la vida, en esto de la moderación salarial todos somos iguales, pero unos más iguales que otros.

También hay que advertir que la crisis va a golpear sobre todo a las economias familiares de nuestros clientes tradicionales:trabajadores, pensionistas, pequeños y medianos empresarios. La Caja no puede permitirse por tanto agravar esta situación con medidas que empeoren la situación económica de estas personas que, cabe recordar, son nuestra gente. Damos por supuesto que los representantes de los impositores ya habrán presentado su protesta por medidas tales como el cobro de hasta 30 euros por una llamada telefónica informando de la situación de descubierto de una cuenta o de impago de una cuota de préstamo. Cabe reseñar que hay muchas familias para las cuales estos 30 euros son una parte importante de los ingresos diarios (o la totalidad en muchos casos).

A nadie se le oculta que entramos en un periodo muy delicado, donde la más elemental prudencia aconseja gestionar la Caja con los trabajadores y no contra los trabajadores, con nuestros clientes y no contra nuestros clientes. Después de 13 años de sufrir el modelo de gestión del actual Presidente consideramos que ni él ni su equipo directivo están en condiciones de dirigir la Caja en estos tiempos que se avecinan y es necesario un cambio que nos permita afrontar estos nuevos tiempos en las mejores condiciones posibles.

Por todo lo anteriormente expuesto, y considerando que aprobar las cuentas que hoy se nos presentan sería tanto como dar por buena una gestión que, a nuestro entender, dista mucho ser positiva, desde la responsabilidad y el compromiso con la Caja vamos a votar en contra de dichas cuentas.


3 de junio de 2008