13 diciembre 2010

Negociación condiciones laborales SIP
Ofensiva General de la Patronal y CCOO
(válgase la redundancia)
En las últimas fechas estamos asistiendo a una campaña de desinformación y amenazas nada sutiles acerca de las múltiples desgracias que nos esperan a los trabajadores en caso de que no aceptemos de buen grado los propósitos de la patronal acerca de nuestro futuro laboral.
Las consignas de esta campaña son bastante claras:
  • Si antes de final de año no se ha conseguido que la mayoría sindical firme el acuerdo impuesto por la patronal, se daría por liquidadas las buenas intenciones directivas y pasaríamos directamente al Plan B (medidas traumáticas y tal y tal).
  • La culpa de esta situación no es, como la lógica podría llevarnos a pensar, de una patronal que, mientras se encargaba de repartirse los puestos suculentamente retribuidos en la dirección del SIP, nunca tuvo la menor intención de negociar nada con los trabajadores ni de unos sindicatos que se han pasado directamente al enemigo, asumiendo sin ningún recato los fines, las estrategias y las tácticas de la patronal y en flagrante contradicción con sus propuestas electorales y con su línea de actuación anterior (véanse a este respecto las circulares de CCOO acerca de la privatización y acerca de los acuerdos de eficacia limitada publicadas antes de su conversión a la fe directiva). Según esta campaña, los culpables de todo lo que nos sucede y todo lo que nos puede llegar a suceder son algunos (unos miles para ser más exactos) de trabajadores que han tenido la osadía de negarse a avalar con su voto la estrategia conjunta Patronal/CCOO.
En esta estrategia de manipulación, la patronal utiliza a la prensa del régimen y CCOO utiliza sus circulares para, lejos de exponer a los trabajadores la realidad del proceso negociador y las múltiples bondades de los sucesivos acuerdos que firma sin información previa a los afectados, intentar que el miedo al futuro prevalezca sobre la lógica aspiración a mantener una situación laboral y salarial digna ante los cambios producidos por una situación que, recordamos una vez más, no es responsabilidad de los trabajadores, sino de las cúpulas directivas de las Cajas.
Por si alguien tuviera alguna duda acerca del alcance de esta estrategia, os brindamos, gracias a la Wikileaks Sindical, el Sorprendente Caso de las Circulares Cambiantes.
Acerca de la reunión del día 2-12 en la que CCOO y CSIF volvieron, ya un poco cansinos, a firmar un acuerdo con la patronal, CCOO Cajastur publica, una semana después, una circular en la que ofrece su versión de los hechos. En ella carga contra los sindicatos que se niegan a firmar dicho acuerdo y muy particularmente contra los sindicatos de Caja de Ahorros del Mediterráneo, en un burdo intento de enfrentar a trabajadores de Cajastur y de la CAM.
Además, acerca de la cláusula de elección entre indemnización o readmisión por parte de trabajadores en caso de despido declarado improcedente existente en nuestra caja, CCOO afirma lo siguiente:
“Según nuestros asesores, y dado que el acuerdo se respetan los derechos y las condiciones laborales de los trabajadores según la Caja de procedencia, la incorporación de esta cláusula no sería imprescindible”. Por otro lado “tampoco entendemos la obstinación de la patronal para negarse a su inclusión, ni siquiera en el acta de la reunión”. ¿Por qué será que la patronal no quiere que figure dicho derecho del trabajador a la opción entre indemnización y readmisión? ¿Necesitan los dirigentes de CCOO que se lo deletreemos?
Sobre la misma reunión, CCOO publica en el resto de las Cajas otra versión de dicha circular, con el anagrama de las cuatro secciones sindicales (incluida la de Cajastur) en la que se añade, entre otras variaciones, un párrafo a la publicada por CCOO Cajastur, en lo concerniente a la clausula de elección entre indemnización o readmisión en caso de despido improcedente:
“Responsable y objetivamente, las consecuencias de esta decisión (exigir que en el acuerdo a firmar figure la cláusula de despido improcedente) son absolutamente desproporcionadas. Penalizar a toda la plantilla, no sólo de Cajastur, sino del resto del Grupo, con la no aplicación de un buen acuerdo, por no ser aceptado afianzar un derecho que no está en cuestión y que, por tanto, nadie lo pierde, nos parece una decisión incomprensible, irresponsable y que no alcanzamos a entender. Las persona que conforman la plantilla de Cajastur saben que, estadísticamente, este derecho no ha sido ejercido en los últimos años casi por nadie lo que hace aún mas irracional esta posición….” ¿Un derecho que no está en cuestión?. Entonces, ¿Por qué la Patronal se niega a que figure en el acuerdo? ¿Seremos, según esto, los trabajadores de Cajastur los culpables de que no se firme ese buen acuerdo debido a que tenemos esa posibilidad de elección entre indemnización o readmisión?
Como se puede ver, una cosa es lo que CCOO Cajastur publica en nuestra Caja y otra bien distinta lo que publica CCOO Cajastur junto con sus otras secciones sindicales del SIP. No hace falta mucha perspicacia para entender que, ante la falta de justificación de su insólita complicidad con la patronal, pretenden que los trabajadores de cada Caja culpemos a los de alguna otra (sean los de la CAM, sean los de Cajastur según los casos) de la situación actual.
Mientras tanto, a estas alturas del partido, todavía desconocemos las cifras del recorte de personal de nuestra Caja, desconocemos si dichas cifras se cubrirán con las prejubilaciones e ignoramos también el número de oficinas a cerrar y los criterios utilizados para decidir estos cierres, el impacto del SIP en los departamentos, la cantidad de trabajadores que van a ser trasladados y el sistema de asignación de estos traslados. ¿Lo saben quienes están negociando en nuestro nombre o están negociando a ciegas?
La experiencia nos indica que resulta temerario dejar al libre albedrío de la dirección asuntos como la decisión de trasladar a un trabajador a cientos de kilómetros de su puesto actual con criterios tan vagos como la “idoneidad”(¿?). Con esta arma en sus manos, la posibilidad de elección ante una oferta de prejubilación, baja incentivada o cambio de puesto resulta una mera fantasía. Por otro lado, sin pretender igualar (faltaría más) las retribuciones que van a percibir los directivos de las cajas reconvertidos en directivos del SIP, consideramos necesario que las condiciones económicas y profesionales vinculadas a los traslados los puedan hacer, ya que no atractivos, por lo menos razonables, cosa que dista mucho de suceder en este momento.
Para finalizar, repetir nuevamente que los trabajadores tenemos derecho a ser informados sobre lo que se negocia en nuestro nombre y a ser consultados antes de firmar acuerdos de la trascendencia del actual.
Por nuestra parte, seguiremos informando
13 de Diciembre de 2010