2011: un mal año que acaba mal
El último día laborable del año nos ha traído la noticia del atraco a la oficina de Villamayor. Afortunadamente, dentro de la desgracia, los compañeros que trabajan en dicha oficina no han sufrido daños físicos, sin que esto atenúe la gravedad del suceso y la lógica situación de shock de quienes han sido víctimas de una circunstancia tan extrema.
Este atraco cierra de una manera lamentable un año que, sin pecar de catastrofismo alguno, podemos definir como absolutamente nefasto. El resultado de la fusión/privatización y la aplicación del acuerdo laboral derivado de este proceso han cumplido las expectativas más pesimistas acerca del deterioro de nuestra situación laboral y han contribuido a establecer un panorama en el que ya no son solamente nuestros derechos y nuestras condiciones salariales las que están en peligro, sino nuestros puestos de trabajo.
Este deterioro se ha agudizado especialmente en las oficinas, donde a la situación general se ha sumado un modelo de dirección absurdo que pretende sustituir la profesionalidad y el compromiso con la Caja y con nuestros clientes por el trabajo a golpe de látigo, los objetivos comerciales desmesurados y las nada veladas alusiones a las posibilidades de traslado abiertas por el acuerdo laboral del SIP y a los futuros despidos derivados del redimensionamiento del sector financiero.
A todo esto hay que sumar la sensación de desidia y abandono consecuencia de la actuación de unas estructuras directivas con las que no podemos contar a la hora de resolver los múltiples problemas que se plantean en el trabajo del día a día (más bien al contrario, parecen empeñadas en ser parte importante del problema en vez de ser parte de la solución).
La falta de sustitución de los últimos compañeros prejubilados ha acentuado la situación de carencia de personal en muchas de las oficinas afectadas lo que, junto con la necesidad de disfrutar las vacaciones pendientes sin que la oficina reciba ningún apoyo, el incremento de trabajo habitual en el mes de diciembre y las múltiples tareas derivadas de la burocracia cada día más abundante y más ridícula (lleva más tiempo comunicar por múltiples vías a la superioridad lo que hacemos que hacer lo que tenemos que hacer) que conllevan las campañas comerciales, han dado como resultado un final de año asfixiante.
En cuanto al año que entra, las perspectivas de una nueva fusión, la reconversión consiguiente y las recientes profecías presidenciales, sumadas a la crisis general dibujan un panorama bastante complicado.
Ante este presente que estamos sufriendo y ese futuro que se avecina, tenemos dos opciones claras: la resignación o la resistencia. Teniendo en cuenta que la resignación nos lleva directamente al pesimismo estéril y a la depresión, desde la Corriente apostamos por la resistencia en defensa de nuestros empleos y de nuestra dignidad personal y profesional.
Desde la modestia de nuestras posibilidades, en ello estamos.
¿Contamos Contigo?
4 de Enero de 2012
P.D.: En estos tiempos oscuros que vivimos en la que los nuevos nazis no visten uniforme pardo y no necesitan los Panzers, sino que les vale con el traje y la corbata y los planes de ajuste, nunca está de más la lectura de la literatura adecuada. Este es el caso.HhH de Laurent Binet narra la ejecución por parte de la Resistencia Checa de Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo y representante de Hitler en la Checoslovaquia ocupada.
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