Operación
Plasma
(recibiendo
a Rajoy y Fernández,
dos hombres y un destino)
Yo
plasmo
Tú
plasmas
Él
sale en una tele de plasma
Nosotros
plasmamos
Vosotros
plasmáis
Ellos roban a manos llenas
Hoy tuvo lugar en Bustio (pequeño pueblo en el oriente asturiano, lindando con Cantabria) la inauguración del último tramo de la autopista A-8.
A esta inauguración acudieron dos pesos
pesados (pesados y cansinos) de la política nacional y regional: Mariano Rajoy
(el mandatario que se dirige al populacho desde una tele de plasma como si
fuera el líder de una invasión alienígena) y Javier Fernández (el Presidente
Indolente que hace como que gobierna Asturias entre siesta y siesta).
Estuvieron acompañados de diferentes personajes de la política nacional y
regional que, dado el frío que hacía y, sin que sirva de precedente, llevaban
las manos metidas en sus propios bolsillos y no en los nuestros. No estuvieron
físicamente ni el pequeño Nicolás ni Fernández Villa, pero sí sus respectivos
espíritus.
Según cuentan, Rajoy y Fernández, esos dos
chispeantes, dicharacheros y alegres personajes que nos gobiernan, departieron
amigablemente durante todo el acto, felicitándose mutuamente por el pacto PSOE/PP que ayer les
permitió aprobar los presupuestos del gobierno asturiano y manifestando a la
prensa que, a pesar de su acaramelamiento, sólo son buenos amigos que comparten
aficiones comunes: la corrupción política, las privatizaciones, el saqueo de
las cajas de ahorros, las reformas laborales, la sumisión a la Troika y la
aplicación del refrán que dice “al obrero y al gorrión, perdigón”.
A esta hermosa villa de Bustio nos
trasladamos decenas de personas pertenecientes a diversos colectivos sociales y
laborales que, tal vez por falta de agudeza visual, no acabamos de percibir esa
salida de la crisis que manifiestan las estadísticas falseadas elaboradas a
medida del PP y tampoco acabamos de distinguir entre los recortes y las
privatizaciones que práctica el PSOE en Asturias (ellos las llaman
externalizaciones que suena mucho más progresista y tolerante y tal y tal) y
las que practica el PP en el resto del país. En cuanto a los brotes verdes, nos
los comimos en ensalada ya la semana pasada. Como tantos asturianos.
Una vez más, la delegación del gobierno en
Asturias, después de sesudos estudios geoestratégicos, nos ubicó en una situación
que nos ocultaba de la vista de los próceres de la patria, para evitar que nuestra
desastrada presencia física y nuestro torpe aliño indumentario restase algo del
relumbrón que, a su entender, se merecía tan destacado acto institucional.
Sea como sea, allí estuvimos, dejando de
manifiesto, entre otras cosas, que la reforma laboral es una ley genocida que
no figuraba en ningún programa electoral, dictada por políticos corruptos al
servicio de la banca, la gran patronal y los especuladores internacionales; que
la privatización es robo y corrupción; que esto no es una crisis, es una
estafa; que los políticos que nos saquearon deben estar en la cárcel y no cortando
cintas inaugurales; que estos personajes son una parte muy importante del
problema y no pueden ser la solución; que no nos tragamos sus mentiras y que no
nos vamos a quedar parados mientras nos lo arrebatan todo.
No quisieron vernos, pero tuvieron que escucharnos.
Sin duda.
30 de Diciembre de 2014