Declaraciones del Presidente
¿Bonitas palabras solamente?
Seguimos citando a
Cromwell:
“Confiad en Dios, pero mantened seca la pólvora”
(El presidente de Liberbank) ha
recordado que los trabajadores están afectados por un expediente de regulación
de empleo (ERE) y que existen afectados por las preferentes por lo que “habrá
que ver cómo atendemos a todos”
“Es una nueva etapa: lo pasado no puede
volver a pasar”
Aunque
los trabajadores de Cajastur hemos aprendido, a golpe de palos y mentiras, a no
creernos nada de lo que declaran ante los medios de comunicación los directivos
de la entidad, no está de más subrayar cómo las recientes declaraciones del
Presidente no ejecutivo de Liberbank supondrían, de ser refrendadas por los
hechos, un evidente cambio de actitud en cuanto al modelo de relaciones con los
trabajadores, con los clientes y con la sociedad que, además, supondría también
un reconocimiento claro de que la estrategia seguida hasta ahora ha sido un
absoluto disparate.
La
dirección de Liberbank acumula en los tribunales cientos de demandas: un ERE
anulado totalmente por la Audiencia Nacional el único de toda la liquidación/privatización
de las cajas) y otro anulado parcialmente a la espera ambos de resolución de
los pertinentes recursos en el Tribunal Supremo, decenas de recursos
individuales de trabajadores contra la aplicación de esos ERES, numerosas
demandas de trabajadores trasladados fraudulentamente y despedidos cuando
consiguen que los tribunales anulen esos traslados, cientos de reclamaciones de
clientes perjudicados por la contratación de Deuda Subordinada y
Participaciones Preferentes que están siendo una tras otra falladas a favor de
los demandantes y que se siguen recurriendo de forma temeraria, como ya han
advertido los tribunales.
La
dirección de Liberbank ha tratado, hasta ahora, con una prepotencia y una falta
de respeto absolutas a trabajadores y clientes generando un clima
extremadamente enrarecido en todo lo que se refiere a la entidad. La respuesta
a las demandas de unos y otros siempre ha sido la misma: “Si no están conforme,
que vayan a los tribunales”. El resultado está a la vista: dinero a espuertas
para los bufetes de abogados (que ganen o pierden, se lo llevan calentito) y, a
pesar de la cantidad de dinero que se dedica a untar a la prensa del régimen,
una imagen lamentable para la entidad.
Las
declaraciones del Presidente señalan la necesidad de arreglar unas cuantas
cosas antes de proceder al pago de dividendo, cosa que resulta obvia.
En
lo que nos atañe más directamente, parece evidente que con un ERE brutal como
el que estamos sufriendo los trabajadores, plantearse el pago de dividendos
supone una actitud francamente insostenible en estos tiempos.
Es
obvio, igualmente, que lo que obliga a tener en cuenta (retóricamente de
momento, esperemos que en la práctica no tardando) estas situaciones es la
denuncia y la movilización por parte de los afectados. La realidad nos ha
enseñado con creces que estas presuntas buenas voluntades no surgen
espontáneamente y que quedarse sentado mientras eres objeto de estos atropellos
no conduce nada más que al fracaso y a la melancolía (en cuanto a lo de ser
cómplice directo de dicho escarnio, como sucede en el caso de los sindicalistas
del régimen de Liberbank, nuestra opinión es sobradamente conocida).
Por
tanto, a la espera de que se vean reflejadas en acciones concretas las palabras
del Presidente, seguimos en la pelea.
Por
la cuenta que nos trae a todos.
23
de enero de 2015