Patética
(y un tanto nauseabunda) campaña de blanqueo de imagen de la dirección: ¿somos
un equipo espectacular? ¿por eso llevan años tratándonos a palos?
Coronavirus:
la dirección nos toma por idiotas (en esto también)
Uno de los efectos
secundarios de la pandemia es esa insufrible ola de supuesto buenrollismo
empresarial y directivo que permite que quienes llevan décadas dando doctrina
acerca de las bondades de los mercados y de la supuesta (y más falsa que la
palabra de un banquero) superioridad efectiva en términos de eficiencia y de
moral de lo privado frente a lo público salgan ahora pidiendo la intervención
del Estado para frenar esta hemorragia sanitaria, económica y social.
Como ejemplo, véase la
intervención del Consejero Delegado de Liberbank (1.200 euros al día, domingos
y fiestas de guardar inclusive) en la junta de accionistas (en la que,
obviamente, teníamos pensado intervenir, cosa que no pudimos hacer por “problemas
técnicos”) sugiriendo, incluso, lo que deberían hacer los gobiernos de la Unión
Europea, en una clara demostración de que el mal de altura provoca, además de
una grave desconexión de la realidad, delirios de grandeza de dimensiones
descomunales.
Ante una crisis que
todavía no se puede cuantificar, se repite la misma reacción por parte de los
poderes fácticos que nos gobiernan: mensajes que, implícitamente, reconocen que
la barbarie a la que nos han llevado no puede seguir manteniéndose.
Este tipo de discursos,
como ocurrió en ocasiones anteriores, durará lo que tarde en volver a
restablecerse la anormal normalidad de un mundo regido por poderes
especulativos para los cuales los intereses y los derechos de las grandes
mayorías (incluida la salud y la vida) son solamente un molesto inconveniente a
su avaricia y a su desmedida codicia.
En los principios de la
anterior crisis global, en 2008, uno de los representantes del neoliberalismo
en Europa, Nicolas Sarkozy, presidente de Francia entre 2007 y
2012, propugnó la "refundación del capitalismo".
Una
vez constatado que podrían seguir sangrándonos sin que su poder se tambalease,
en vez de refundar el capitalismo, nos
refundieron a los trabajadores y a
las clases populares.
Así
pretenden hacerlo ahora.
De
nuestra capacidad para enfrentar la ofensiva que sin duda vamos a volver a
sufrir dependerá que salgamos de esta crisis con un mundo más decente y más
justo o con un reforzamiento de esta dictadura de los mercados que nos lleva a
un atolladero con muy pocas salidas salvo para las cada día más reducidas
élites de la rapiña y el saqueo.
Una
vez efectuadas estas reflexiones generales que nos parecen necesarias para
entender la situación en la que nos encontramos, volvemos a lo que ocurre en
Liberbank.
Apuntándose
a la última moda en estrategia comunicacional, la dirección de Liberbank pasa
momentáneamente de los teóricos del neoliberalismo como Von Hayeck y su
adoración del mercado como único dios verdadero a los libros de autoayuda, a
Paulo Coelho y Mister Wonderful como referentes ideológicos y a los unicornios
azules como sustitutos provisionales de los hombres de negro que nos iban a
comer por las patas si no aceptábamos de buen grado los recortes fraudulentos a
que desde hace muchos años (1.999 en el caso de Cajastur) nos someten.
En un estomagante alarde de
hipocresía, esta dirección cuya única política de personal es una novedosa
adaptación del clásico palo y zanahoria donde hace mucho tiempo ha desaparecido
la zanahoria y sólo queda el palo, nos remite correos en los que, tratándonos
como si fuéramos cretinos (nada nuevo bajo el sol), pretenden halagarnos con
palabras huecas, pomposas y, dados sus antecedentes, hasta ofensivas en los
mismos días en que publica los objetivos y PPC,s que tenemos que conseguir sin
que haya ninguna corrección a la baja de estos parámetros teniendo en cuenta la
anómala situación que estamos viviendo.
Todo
un ejemplo de lo que podemos esperar de quienes, para nuestra desgracia, se
atornillaron a unos puestos directivos que les quedan demasiado grandes y para
los que no tienen ni capacidad ni liderazgo suficiente, menos aún en estos
tiempos convulsos que nos tocan vivir.
En
todo caso, aquí en Liberbank, al igual que afuera, a pelear porque no seamos
los de siempre los que paguemos esta nueva crisis.
¿Resistiremos? Claro que sí.
Al coronavirus también, por supuesto.
Como llevamos años resistiendo a los
planes de recortes fraudulentos y a la falta de respeto a nuestra dignidad
profesional y personal por parte de la dirección, otros virus que llevan años
infectando nuestras vidas.
En
todo caso, desde la CSI seguimos, como siempre y más que nunca, en la pelea por
los derechos de todos los compañeros.
Para
cualquier incidencia o consulta, poneos en contacto con los delegados del
sindicato.
Seguiremos informando.
13 de abril de 2020
P.D.: Como test acerca de la veracidad de esta
campaña de blanqueo de imagen de la dirección, os proponemos esta sencilla
encuesta:
En
la hipótesis (que esperemos no llegue a darse) de que la situación derivada de
la pandemia permitiese aplicar nuevos recortes salariales y nuevos despidos (muy
poco) encubiertos mediante traslados manu militari ¿crees que el consejero
delegado de Liberbank, con el consabido aplauso del consejo de administración,
dietas mediante, nos los aplicaría a quienes sorpresivamente nos hemos
convertido de repente en “un equipo formidable”?
Sí No No sabes/no contestas Como
Las Grecas, prefieres no pensar
P.P.D.:
Como
a la fuerza ahorcan y por aquello de hacer de la necesidad virtud, ante las “sugerencias”
del BCE, se pospuso a última hora el reparto de dividendo por importe de 22
millones de euros que pretendían repartir.
En
octubre de este año, volverán a intentarlo.
Un
disgusto pasajero para los fondos buitre y, es de suponer, para quienes desde
el submundo del sindicalismo amarillo intentaron hacer labor de zapa en la
negociación de los últimos recortes fraudulentos que estamos padeciendo
actualmente.
Uno
de los argumentos estrella que utilizaba en su función de lobista en los
cabildeos de pasillo el representante del sindicato amarillo STC en esa mesa de
negociación era que no podíamos argumentar que era absolutamente inmoral
recortarnos otra vez los salarios mientras se iban a pagar millones de euros de
dividendo a los fondos buitres “porque si no, nos quedamos sin accionistas y la
entidad se hunde”.
Otro
de los argumentos utilizados por el mismo sindicalista amarillo era que habría
que firmar algún recorte y, si en un año “o así” (sic) la entidad iba bien, se
podría pedir algún tipo de mejora, como, por ejemplo, la descongelación de las
bandas salariales de los compañeros ingresados en Cajastur a partir del 25 de
enero de 1.999.
Para
dar más perspectiva a estas desfachatadas argumentaciones, recordamos que este
mismo sindicalista amarillo es el que firmaba la circular sindical redactada
por Recursos Humanos en la que se hacía constar, entre otras, la falsedad de
que, con la aplicación del ERE anterior al actual, la empresa ya había
descongelado dichas bandas salariales.
Ante
la demanda interpuesta por la CSI contra esa congelación, la dirección de
Liberbank presentó como principal prueba a su favor esta patética circular.
El
Tribunal Superior de Justicia de Asturias dio la razón a la CSI.
Como
siempre, Liberbank recurrió al Tribunal Supremo y volvió a presentar la circular
del sindicalismo amarillo como prueba.
El
Fiscal del Tribunal Supremo, en su preceptivo informe acerca del recurso de
Liberbank, vuelve a darnos la razón y desecha una vez más las falsedades del
inframundo sindical amarillo.
Mientras
llega y no llega la sentencia del TS, recordamos todo esto porque, igual que el
coronavirus no es el cordero de dios que quita el pecado del mundo respecto a
las injusticias de la dirección, tampoco lo es respecto a quienes, desde el
sindicalismo cómodo, atechado y placentero, son cómplices activos de dichas
injusticias.
Que,
en medio de tanto discurso azucarado y anestesiante, no se nos olvide.
Por
la cuenta que nos trae.