04 diciembre 2021

Los sindicatos traidores firman el acuerdo que Menéndez necesitaba

Un acuerdo 100% Liberbank: en el fondo y en la forma

Los sindicatos traidores firman el acuerdo que Menéndez necesitaba

La empresa no publica en la intranet el acuerdo que, con nocturnidad y mucha alevosía, le ha firmado una mayoría sindical traidora que, una vez más, se ha cubierto no de gloria sino de una materia fecal muy maloliente y pegajosa a la que, por lo visto, se han vuelto adictos.

Los sindicatos firmantes publican circulares en las que destacan las bondades de dicho acuerdo, pero tampoco lo publican.  Les piden a los trabajadores un acto de fe (fe es creer en lo que no se ve) análogo al que ellos hacen con la dirección que, en horas veinticuatro, ha pasado de ser la hidra de siete cabezas que pretendía comernos vivos, como decían en sus circulares, a ser un unicornio azul que sólo busca conciliar los intereses de la empresa y los de los trabajadores mediante una negociación de buena fe que debió desarrollarse en una realidad paralela y no en Málaga, donde podemos afirmar que nos palpábamos la cartera al salir de las reuniones con la empresa, para ver si aún seguía ahí.

Curiosamente (o no tanto), mientras a los trabajadores se nos niega esa información (o tenemos que buscarla en los documentos que circulan por las redes), la empresa y/o los sindicatos firmantes filtran a la prensa el contenido del acuerdo y la prensa lo publica a toda página.

A estas alturas, suponemos que no publicarán nada en la intranet y en sus páginas web hasta el martes próximo, pero no descartamos que pretendan ampararse en la Ley de Secretos Oficiales y no permitan su descalificación hasta dentro de 25 años.

En todo caso, con lo que hemos podido conocer y acreditar como cierto (a nosotros no se nos proporcionó copia ni del proyecto final presentado por la empresa para que los sindicatos lo firmaran sí o sí, ni del acuerdo final que es ese mismo proyecto, rubricado por los abajofirmantes habituales), creemos que es el momento de hacer una primera valoración y darla a conocer a nuestros compañeros.

Este acuerdo es, en resumen:

Muy bueno para la empresa y, sobre todo, para el Consejero Delegado.

Relativamente aceptable para quien quiera y pueda irse.

Muy malo para quienes sigan en la entidad.

La obscena filosofía en que se sustenta este acuerdo es la que conocemos desde hace tiempo quienes procedemos de Cajastur: el que se quede, que se joda (la versión original es la contestación de un sindicalista traidor al que interpelamos por firmar el acuerdo de 1.999 que perjudica gravemente a los compañeros incorporados después de su firma: el que venga detrás, que se joda)

El acuerdo contiene un breve párrafo que, por sí solo, resume perfectamente el grado de abyección de quienes lo firman e invalida cualquier intención de hacerlo pasar por algo decente:

Párrafo II. Criterios de Designación de las personas trabajadoras

Apartado b) Con carácter subsidiario, y si con la medida de adscripción voluntaria no se ha cubierto el excedente identificado, se utilizará como criterio aplicable para la extinción del contrato la menor idoneidad para el desempeño del puesto o menor polivalencia funcional, hasta alcanzar el excedente no logrado con adhesión voluntaria.

Para nuestro relativo asombro, los Cinco Lobitos Traidores reconocen como causa válida de despido los informes hechos a medida por la propia empresa y le regalan al Consejero Delegado una formidable herramienta de presión, amenaza y chantaje para añadir a las muchas (demasiadas a nuestro gusto) que ya utiliza para aplicar su conocida teoría de gestión de personal basada en el Mucho Palo y Ninguna Zanahoria.

En las asambleas de trabajadores que celebramos en Asturias y en muchas conversaciones con los compañeros, una de las mayores preocupaciones sobre un posible acuerdo recaía en el contenido de dicho párrafo, más aún sabiendo que, en Liberbank, los jefecillos (regionales, jefes de zona y gentes de parecido pelaje) se encargaban de señalar las puntuaciones que deberían recibir los trabajadores y, en su caso, se encargaban también de corregir a la baja las evaluaciones realizadas por los responsables de oficina. 

En nuestra ingenuidad, siempre dijimos a los compañeros que ese párrafo no podía estar en un hipotético acuerdo final porque ningún sindicato se dispararía un tiro en el pie con una pistola de tan grueso calibre firmado una barbaridad como esa.

Nos equivocamos.

Y así lo reconocemos.

El nivel de falta de criterio y de complicidad con la dirección de los sindicalistas firmantes de estos disparates supera nuestra reconocida desconfianza en la burocracia sindical y sus habituales prácticas traidoras.

Lo grave de este asunto no es que la empresa lo aplique en este proceso concreto.

No necesita aplicarlo, con poder amenazarnos con él le basta y le sobra.

Y ya tiene un precedente, avalado por la mayoría sindical, para futuros procesos de reestructuración.

Por otro lado, con este acuerdo, desembarca en Unicaja el modelo de entidad que el Consejero Delegado implantó en Liberbank (banco, recordamos, extinto y cuyas cuentas eran, para decirlo de alguna manera delicada, manifiestamente mejorables): cierre de oficinas y departamentos, externalización de tareas (primero en empresas del grupo, luego, ya veremos) y la conversión de Unicaja en un gigantesco Call Center que constituya una nueva versión del también extinto Banco Liberta, banco de agentes que iba a revolucionar el mundo financiero y que falleció sin tener ni un solo cliente después de haber costado un dineral en pesetas y cuya historia, como tantas otras, contamos en su momento, cuando todos callaban, pagando las consecuencias de romper ese mafioso código de silencio.

Como decimos, este acuerdo es un gran triunfo para el Consejero Delegado, que ya ha conseguido lo que necesitaba en las fechas en las que lo necesitaba, y que puede presumir ante los directivos procedentes de Unicaja de su modelo de relaciones laborales de palo y tentetieso y de su capacidad para llevar a los sindicatos traidores al redil después de haberlos dejado divertirse durante varias semanas haciendo el número de la cabra reivindicativa en el que, en muchos casos, se les veía francamente sobreactuados debido, tal vez, a la falta de experiencia previa.

Otros detalles del acuerdo que conviene señalar:

A los trabajadores procedentes de Cajastur, a los que, al parecer, por no ser lo suficientemente sumisos (no estas últimas semanas, sino desde hace muchos años) nos tienen unos y otros una inquina especial, se nos quitan días de vacaciones y, por otro lado, no se extiende la cláusula de elección del trabajador entre indemnización o retorno al puesto de trabajo en caso de que despido declarado improcedente que tenemos quienes procedemos de Cajastur al resto de los trabajadores de Unicaja.

Como se ve, la idea del ex Consejero Delegado de Liberbank de homologar hacia abajo, incluso en asuntos sin coste económico, sigue plenamente vigente ahora en Unicaja, con la excepción de su caso personal en que la autohomologación fue estratosférica: 25% de aumento de salario (de 1.200 a 1.500 euros diarios, incluidos festivos y fiestas de guardar) y 465 euros al día de aportación a su plan de pensiones).

En el proceso de negociación, para quienes se pueden ir de la entidad con el 65% del salario bruto, existía, además del tope del 79% del salario neto, otro tope de 300.000 euros.

En lo que conocemos del acuerdo no figura dicho tope, que debió caerse accidentalmente sin que los sindicatos firmantes se diesen cuenta, a pesar de que, en su momento, el representante de la CSI en la mesa se lo recordase de manera categórica.

¿A quién beneficia este misterioso (o no tanto) desvanecimiento?

A un colectivo de directivos que, contando hasta los nacidos en 1966, podrían ser hasta 23 jefes de Nivel I, 33 de Nivel II y 105 de Nivel III.

En ese colectivo están incluidos, entre otros, ese grupito de personajes que, desde puestos de alta dirección absolutamente inmerecidos llevan años amargando la vida a los trabajadores con su despótico comportamiento.

Es el pago a su nefasta gestión y a su forma irrespetuosa y prepotente de tratar a quienes tiene debajo, en contraste con su actitud servil y rastrera con sus amos.

Otro despilfarro más a cargar en las espaldas de los compañeros que quedan trabajando.

También, en lo referido a quienes venimos de Liberbank, lo que conocemos del acuerdo contiene un párrafo que, por su nefasta redacción, da lugar a muchos malentendidos y genera la lógica incertidumbre entre los compañeros que se acogieron al acuerdo de Excedencias Pactadas Compensadas a los que la empresa reincorporó en su momento.

Entre estos compañeros, que una vez reincorporados son trabajadores en activo como los demás a todos los efectos, hay un grupo que no suscribió ningún acuerdo individual de abandono de la entidad de los que le fueron ofrecidos.

La confusa redacción del apartado que se refiere a estos compañeros siembra la duda sobre si les niega la posibilidad de acogerse a estas salidas, lo cual sería una discriminación evidente, basada además en su negativa a aceptar las ofertas previas de la entidad. Con los antecedentes en materia de interpretación torticera de acuerdos, siempre en perjuicio del trabajador, que hemos acumulado durante años, este punto debe ser aclarado de manera inmediata.

Hasta aquí una primera valoración, con lo que tenemos en este momento, de un acuerdo infame fruto de otra traición que no nos merecíamos los trabajadores.

En unos días, publicaremos un análisis de la estrategia absolutamente infame desarrollada por esta mayoría sindical traidora, tanto en la mesa de negociación como en las movilizaciones, entre ellas, las jornadas de huelga a las que nos llevaron para inmediatamente después firmar, al igual que habían hecho en Liberbank en 2013, un acuerdo muy similar a aquello que enarbolaban como motivo de la huelga.

Pero, como decimos siempre, a seguir en la pelea, que ningún corderito se salvó balando.

Y a continuar en la defensa de los derechos y de la dignidad profesional y personal de nuestros compañeros.

Que a eso vinimos a la actividad sindical.

Y en eso seguimos, pase lo que pase.

4 de diciembre de 2021