Como es público y notorio, periódicamente nos llegan al buzón de correo una lluvia de circulares sindicales que compiten entre ellas en el grado de indignación sobreactuada (muy sobreactuada para ser exactos) al referirse a cualquier situación, ya sea un problema generado a nivel mundial como un suceso cualquiera en un territorio concreto.
Esta estrategia de adjetivos altisonantes para referirse por igual a todas y cada una de las cosas que nos pasan hace que, al final, no se establezca ninguna relación por orden de importancia de los problemas que estamos padeciendo, y, sobre todo, de las prioridades sindicales respecto a dichos problemas y a las responsabilidades que tenemos en su solución.
Desde la CSI, seguimos insistiendo en que hay una situación fundamental que no puede ignorarse, ni desde la dirección ni desde los sindicatos: la discriminación salarial que padecen los trabajadores procedentes de Liberbank y de Caja de Ahorros de Asturias.
No solamente porque es injusta e inmoral (como corresponde a los Golfos Apandadores que la implantaron y que, recordamos, contaron para todas sus tropelías con la firma de una mayoría sindical que, en aquella época, no emitía circulares tan hiperventiladas como las de ahora), sino porque, además, hace ingobernable a Unicaja desde unos mínimos conceptos de equidad y eficacia.
Una entidad con cinco estructuras salariales distintas no puede mantener unas relaciones laborales justas y razonables y no puede avanzar en asuntos tan necesarios como, por ejemplo, el establecimiento de planes de carrera profesional.
Por eso llama (relativamente) la atención que, entre tantas circulares indignadas, no haya ninguna alusión al Acuerdo de Discriminación Salarial firmado en diciembre del año pasado que incumple el compromiso de homologación y da por buena la podrida estructura salarial procedente del régimen anterior.
En Asturias, seguimos esperando que, mediante circulares o, ya para nota, de manera presencial, los sindicalistas que apoyan el mantenimiento de la discriminación salarial nos expliquen el motivo de su boicot a la homologación y, sobre todo, que indiquen en qué lugar de su tabla reivindicativa (si la hubiera o hubiese) se sitúa dicha homologación salarial.
Pero, más allá de esta explicación que algunos sindicalistas nos deben a todos, lo que importa es la prioridad que la dirección debe de dar a esta situación, sin esperar a que, en breve, estalle esta bomba de relojería que resulta ser el Acuerdo de Discriminación Salarial en su aplicación literal (sin el parche que la empresa estableció de manera unilateral este año).
Más temprano que tarde, la empresa debe convocar a los sindicatos para volver a negociar la Homologación Salarial con las premisas que estaban sobre la mesa hasta diciembre de 2023: nadie va a cobrar menos de lo que cobraba hasta ahora y todos vamos a tener la estructura salarial de 20,5 pagas de Unicaja.
Aunque, modestia aparte, algo sabemos sobre la redacción de circulares duras en tiempos muy duros, consideramos que esta competición algo infantil (en la que no vamos a entrar) sobre a ver qué sindicato es más combativo en los papeles disparando contra todo lo que se mueve no aporta nada a la defensa de los derechos de los trabajadores.
Obstinados y cabezones, como siempre, seguimos centrando el objetivo en lo que consideramos urgente y fundamental.
¡¡A igual trabajo, igual salario!!
¡¡Homologación salarial, Ya!!
08 de agosto de 2024