Continúa La Represión
SIGUEN ASIGNANDO
Mientras caen chuzos de punta en el mundo mundial y la crisis no acaba de tocar fondo, la dirección continua enredando con su esperpéntico modelo de relaciones laborales, haciendo uso de todas las herramientas a su alcance para dejar claro quién manda y cómo se manda en la Caja.
Llevamos años (desde la ya lejana asunción del actual presidente) sometidos a una serie de dudosos experimentos y lamentables iniciativas en materia de relaciones laborales cuyo único propósito es disciplinar a una plantilla que, al parecer, no aplaude con el necesario fervor la gestión presidencial y no acata sus decisiones con el agradecimiento debido. Resulta curioso que esta serie de chapuzas se camuflen con la bandera de una supuesta profesionalización de la gestión de la Caja, llevada a cabo, paradójicamente, contra todos los profesionales de la entidad y por parte de una serie de altos directivos cuya relación con esta profesión es puramente teórica en el mejor de los casos.
Por mucho que los publirreportajes a tanto la página sobre la maravillosa gestión de nuestro presidente se empeñen en contarnos lo contrario, la realidad que vivimos en nuestros puestos de trabajo nos indica que, en materia de relaciones laborales (y en otras materias) seguimos embarcados en una nave sin rumbo donde la última decisión siempre empeora la anterior, que a su vez era peor que la anterior, y así sucesivamente.
La última racha de asignaciones de personal directivo vuelve a poner de manifiesto la falta de un criterio lógico en este tipo de decisiones que pueden suponer para los afectados un duro golpe tanto personal como profesional, después de años de trabajo y compromiso con la Caja. Digan lo que digan el presidente, el director general y los múltiples asesores internos, externos y mediopensionistas, los trabajadores de la Caja no nos merecemos este trato.
Por otro lado, no podemos dejar de resaltar la curiosa casualidad de que varios de los afectados están desarrollando una labor sindical crítica con las directrices presidenciales, por lo que, obviamente , están siendo represaliados por su actividad sindical.
Una vez más constatamos que quienes no tienen nada nuevo ni nada bueno que añadir a un desastroso modelo de dirección siguen enrocados en sus despachos, atornillados a sus sillones y a sus jugosos salarios y dedicándose a generar más molestias y más problemas a quienes tenemos que trabajar en una situación cada día más difícil y, por otro lado, se nos plantea una serie de reflexiones que creemos conveniente trasladar:
- Dado que la asignación de personal directivo suele traer consigo una disminución salarial derivada de la menor responsabilidad del nuevo puesto a ocupar y teniendo en cuenta que en fechas recientes el presidente dejó de tener poderes ejecutivos, ¿También en su caso esta variación en el nivel de responsabilidad ha supuesto una disminución del salario o seguimos con el criterio de defender la moderación salarial siempre que sea la ajena?
- Si como manifiesta el Director de Recursos Humanos, en la Caja no hay represalias ni traslados forzosos, sino que se atienden las necesidades de las oficinas mediante la asignación de los trabajadores que pueden cubrir esas necesidades, ¿Debemos entender, por ejemplo, que la Plantilla Volante de Zona Narcea tenía una necesidad perentoria de un trabajador cuyas características solamente reunía la Directora de la Oficina de Buenavista?
- ¿Hay vida inteligente en los despachos directivos?
5 de Agosto de 2009